6. Nicolás Lombardi.

1457 Words
La recepcionista duda que responder, Maripaz aparenta ser una chica decente, pero por otro lado su trabajo estaría en juego si es engañada. -- Disculpe señorita Richett, lamento mucho lo que está pasando, pero sin un documento que la identifique como podría yo ayudarla-- le dice, y Maripaz sabe que está en lo cierto. Es más, Maripaz piensa que ella no ayudaría a nadie si no lleva un documento que la identifique por mas carita de inocente que tenga. -- Señorita la entiendo, por favor présteme entonces el teléfono para hacer una llamada a mi padre, él sabrá como ayudarme-- le dice y cruza los dedos en la espalda esperando que la señorita secretaria se apiade de ella. La secretaria todavía no ha empezado a hablar cuando Maripaz escucha la voz ronca de un hombre a sus espaldas que hace que todo su cuerpo se estremezca. Ella voltea esperando encontrarse con algún guardia de seguridad o peor aún con el conductor que perdió la paciencia de esperarla, pero se topa con un traje oscuro que cubre un pecho enorme, ella levanta la mirada para saber de quién es tremendo cuerpo cuando sus ojos se encuentran con una mirada profunda, pero a la vez le daba la impresión que tenía algo de comicidad en ella. -- Señor…-- dice la señorita que estaba en el mostrador, pero la mirada de este hombre hace que ella deje de hablar al instante. Que le pasa a este tipo, no solo llega después que yo, sino que intimida a quien me está atendiendo, pensó Maripaz, y eso no lo iba a permitir, ella pensaba que si atiende a este señor la señorita le pedirá que se vaya y eso no podía permitirlo. -- Disculpe señor, pero sería mejor que espere su turno para que lo atiendan. Yo estoy hablando con la señorita ahora-- le dice y se volteo para ver qué piensa la señorita sobre prestarle el teléfono a ella -- Señorita por favor, solo es una llamada. No se arrepentirá, es más si el juez se entera que me ayudo le va a estar muy agradecido igual que papá-- termino y la miro con esa sonrisa que sabe deja como bobos a todos -- Señorita parece que no podrán ayudarla, así que es mi turno-- le dice el tipo y ahora ella volteo con todo el coraje para mandarlo bien lejos, ella estaba en un pais que no conoce bien y estaba sola, no tenía documentos ni dinero, a su novio lo encontró desnudo en la cama con una fulana y para colmo tenia a un conductor de taxi esperando que le pague el viaje. -- Señor no entiende que no se meta. La señorita me va a prestar el teléfono para una llamada y después usted podrá pedir lo que quiera-- le dice muy seria, ella coloca sus manos en su cintura y con su rostro totalmente levantado para poder mirarlo de forma desafiante, le manda un pisotón en su zapato.  Antes de que pueda volver a voltearse para continuar hablando con la señorita, el tipo la toma de la cintura levantándola y la coloca sobre sus hombros, Maripaz tuvo que cerrar los ojos porque se sentía que estaba en la cima del Everest de lo alto que era él, ella trato de patalear para que la baje, pero no lo consiguió, él salió del edificio con ella en el hombro y lo único que ella logro ver, fue que alguien abrió la puerta de un auto y la metieron y cerraron la misma. Maripaz se acomodó e intento abrir la puerta para salir de dicho auto, pero estaba cerrado con llave, también se dio cuenta que había una separación entre el piloto y el asiento donde ella estaba, ella toco el vidrio polarizado para llamar la atención de quien quiera que estuviera adentro. Afuera se encontraba Nicolás Lombardi el hijo de Renzo Lombardi amigo y socio del padre de Maripaz Richett, él había escuchado todo lo que Maripaz había dicho en el lobby del edificio Richett y pensaba que de ser cierta su identidad él definitivamente la ayudaría, pero nunca imagino encontrarse con una pequeña bomba, que no solo lo regaño, sino que también tuvo el coraje de pisotear su zapato, cosa que Nicolás detestaba. Después de meter a la pequeña bomba a su auto, se dio la vuelta para subir por la otra puerta, pero el conductor del taxi que llevo a Maripaz a las oficinas del bufete, se le acerco algo contrariado y preocupado al ver que su clienta era llevada como saco de papas por un señor y era metida a un automóvil --Disculpe señor, la señorita que ha metido usted en el auto-- le dice con algo de timidez el conductor, pues Nicolás lo miraba de forma intimidante -- Ella es mi novia. Hay algún problema-- le dice y mira al conductor seriamente -- No señor, lo que pasa es que su novia aun no me ha pagado el viaje-- le dice el conductor a Nicolás quien al ver el vehículo que manejaba, supo que sería un conductor de taxi de algún hotel del centro de la ciudad -- Cuanto le debe mi novia, y de donde la trajo--  -- Son setenta y cinco dólares, del hotel Royal-- responde como un robot el conductor, Nicolás toma la billetera del bolsillo de su pantalón y saca un billete de cien dólares, se lo entrega y le pide que guarde el cambio, luego se da la vuelta y continua su camino hacia la puerta de su auto. Antes que Luigi su asistente le abra la puerta, Nicolás le indica que vaya directamente a su departamento. Espera que le abran la puerta y sube de inmediato antes que la fierecilla que había adentro intente huir. Maripaz al ver subir a este extraño en el auto, trata de salir, pero es detenida por él y tomada en sus brazos, Nicolás coloca sus manos alrededor del cuerpo de Maripaz y actúa como una esposa sujetando sus brazos dentro, así ella no puede intentar huir ni moverse para hacerle daño. --Auxilio, me están secuestrando-- empieza a gritar Maripaz cerca a los oídos de ese extraño, una y otra vez, Nicolás que ya no aguantaba los gritos de la fierecilla le suelta los brazos y tomando su rostro con las manos la acerca a él para besarla, él une sus labios a los de Maripaz quien al estar con la guardia baja por haber sido liberada de pronto facilita la intromisión de Nicolás en su boca. Ella intenta retroceder al sentir la lengua de Nicolás recorrer su boca, Maripaz intenta empujar la lengua profanadora con su propia lengua consiguiendo que ambas entren en una batalla de poderes, estos movimientos consiguieron que el fuego de Nicolás se encienda y las ganas que tenía por comerse a esta caperucita eran cada vez más fuertes. Nicolás no soltó a Maripaz hasta que le quito todo el aire que tenía, y al hacerlo ella quiso golpearlo --Si no te portas bien, volveré a besarte. Entendiste-- le dice mientras la suelta y hace que ella se sienta bien -- Tú no tienes idea de con quién te estas metiendo. ¿Acaso sabes quién soy yo? -- le dice mirándolo a los ojos, esos ojos que hipnotizan a Nicolás y hacen que él olvide hasta su nombre, él la mira y no puede dejar de observar su rostro perfecto, sus labios hinchados y rojos por el beso que acaban de compartir, sus mejillas coloradas, esa nariz perfecta con una que otra pequeña peca. Cuando él vuelve a la realidad recuerda la pregunta de ella y le responde -- Y tú sabes quién soy yo? --  -- Solo un tonto responde una pregunta con otra-- le contesta Maripaz -- Entonces, no solo me regañas y me pisas, sino que ahora también me insultas--  -- No me importa quién seas, solo te diré que estas en un gran lio-- le dice Maripaz, quien espera que pronto se den cuenta que no ha regresado y muevan a todos para buscarla, pero luego recuerda que su novio se había acostado con otra, él era el único que podría buscarla. Que podía hacer ahora, lo único que se le ocurrió en ese momento fue portarse ecuánime y pactar con este tipo por su bien -- Sabes, creo que te has equivocado de persona, yo lo único que quiero es un teléfono. Si tú me prestas tu teléfono para hacer una llamada, te prometo que no diré nada de esto-- le dice señalando al auto de Nicolás, como si estuviera diciendo que olvidaría el secuestro si logra comunicarse con su padre. A Nicolás le parece en cantadora la forma como intenta negociar con él.
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