Después de una noche larga volvimos al apartamento, sus palabras aún retumban en mis oídos y suena tentador. Me senté en la terraza después de darme un baño, el frío de la noche golpeaba mis hombros descubiertos, mi mente estaba en otro lugar, pensaba en mi papá y cómo le cambió la vida, cuanta falta me hace mi mamá, en estos momentos no se que hacer, la desesperación comienza a hacerse evidente, así tenga un trabajo ahora el dinero no me alcanza y mi hermano tampoco quiere ayudar, él en lugar de comportarse como un buen hijo lo que hace es darle dolores de cabeza a mi papá, un carraspeó me alertó.
— Espero no interrumpirte y sacarte de tus pensamientos, ¿Quién es el afortunado? —. Se sienta a mi lado mi jefe, sin su camisa, solo con pantalón dejando a la vista sus músculos bien definidos.
— Ahh no jefe, estoy pensando en mi papá. Él no está bien de salud así que me tiene muy preocupada.
— Dime Leonardo, no me gusta el término jefe, suena como tirano o algo así, adicional que me encantaría escuchar mi nombre de tus labios —. Abro mis ojos y lo miro. — Quieres tomar algo, el clima esta como para poder pasarla bien.
— Jefe, digo Leonardo. Es mi percepción o usted me está coqueteando — hablo con vergüenza, puede que me esté equivocando.
— Eres muy inteligente Carolina, desde que te vi la primera vez me encantas te, eres el tipo de chicas que me gusta. Viste a la chica que estaba con él señor en el cóctel, ella es su acompañante. Cuando te dije eso allá te lo dije de verdad, tú podrías ocupar ese lugar si así lo quisieras. Te garantizo que no te arrepentirás.
— No se que decir, esto me tomó de sorpresa. Usted tiene esposa, lo escuche. No soy ese tipo de personas que se meten con hombres casados —. Tomó una posición seria al ver que él se me acercaba.
— Sí, efectivamente tengo esposa y una hija. A mi esposa la quiero, ella lleva conmigo muchos años, es una mujer bella e inteligente, pero vamos a ser claros. No me interesa conseguirme una amante que crea tener derechos sobre mí o mi vida, quiero tener una acompañante quien acate todos mis caprichos y calme mis necesidades, yo práctico el b**m y me gusta ser dominante, veo en ti la persona correcta y perfecta para asumir el rol de sumisa. Solo debes aceptar y ya, descubrirás que el mundo está hecho de placer. Piénsalo te aseguro que no te arrepentirás, claro puedo darte una pequeña prueba de lo que significa eso.
Se acerca a mí lentamente, yo se que quiere hacer y a pesar de lo que acabo de escuchar no quiero moverme, pone una mano a cada lado de la silla quedando yo al medio, luego une sus labios con los míos, moviéndolos a la par, su lengua se hace paso para apoderarse de mi totalmente, sus movimientos son expertos, habiéndome jadear cuando me acerca a él, no puedo negar que todo eso me tiene sumamente excitada y las ganas van aumentando, es inevitable. Termina de besarme y me mira profundamente "piénsalo" dice y se va a su habitación, yo quedo ahí como ¿Qué acaba de pasar? ¿Cómo me dejó convencer y caigo en ese juego?, con mis dedos tocó mis labios hinchados por lo que acaba de pasar, debo pensar bien, ya que no dudaría en aceptarlo.
Lo que quedaba del viaje fue agotador, no perdía oportunidad para observar como los otros empresarios tenían tanto contacto con sus acompañantes, también veía los privilegios con las que ellas contaban, eso sería como venderme.
Volvimos a la ciudad y los días pasaron y no recibí comentario alguno sobre esa propuesta, por el contrario, él se mostraba distante y profesional, alcance a pensar que eso fue una jugada para ponerme a prueba, pero se que la pasé o caí en ella.
En la tarde recibí un correo por parte de él, este no fue remitido al correo corporativo, fue al correo personal, cuando vi el cuerpo del mensaje pude notar que lo que él me propuso era muy enserio.
— "Carolina me tomo el atrevimiento de enviarte esto, no me respondiste nada, pero yo quiero ayudarte a cambiar de parecer, acá te envío el prototipo de contrato que manejo, recibirás beneficios si así aceptas con la condición de aceptar las reglas tal y como las propongo, lee con detenimiento y espero tu respuesta en máximo cuarenta y ocho horas "
Abrí el archivo adjunto y era el contrato, esto es una locura.
Tenía aproximadamente tres páginas para leer, pero las reglas eran claras.
— Prohibido enamorarse del amo, y exigirle algún tipo de relación.
— La " relación " se mantendrá fuera de la empresa, dentro de esta seguiremos siendo jefe y empleada.
— La relación que mantendremos será de dominante y sumisa.
— La sumisa se someterá a castigos si no acata al amo.
— La sumisa seguirá las normas de vestimenta que el amo indique.
— Está prohibido decirle no al amo.
— La sumisa estará disponible para el amo tres días a la semana, no podrá negarse y se quedará con el mínimo tres horas.
— La sumisa tratara al amo como "señor" no se permitirá otro adjetivo.
— El amo puede cancelar el contrato en cualquier momento.
— La sumisa utilizará medios anticonceptivos que el amo le suministrará.
— Mientras dure el contrato la sumisa no puede tener relaciones sexuales con nadie más.
— El amo puede utilizar cualquier elemento para explorar el placer de la sumisa.
— La sumisa recibirá beneficios por su buen comportamiento y se manejará un acuerdo de confidencialidad.
Leo y leo las cosas y claramente estoy un poco impactada, agarró mi teléfono y en el buscador escribo las palabras claves y al ver esas imágenes mi cabeza queda en shock, no se que tan excitante y placentero sea todo eso, lo que sí sé es que nunca me imaginé llegar a hacer algo así. Mi teléfono suena, es mi jefe.
Entro a su oficina y sin siquiera mirarme me pide unos documentos para firmar y llevarlos a contabilidad, antes de salir me dice que para tomar una mejor decisión para firmar el contrato me espera esta noche en el hotel royal.