Llegamos a su apartamento en California, era realmente grande, todo estaba en tonos blancos y beiges, me daba hasta pena ensuciar algo. Me invitó a sentarme mientras él se dirigió a la cocina y me alcanzó una botella de agua, él por el contrario, tomó un jugo.
— Señor revise la agenda y tenemos a las tres reunión con los socios de la empresa Cae 's Company, a las ocho tenemos un cóctel, el cual lo ofrece esa misma empresa. Mañana tenemos temprano reunión con el señor Hallow, no ha confirmado aún la hora pero lo más seguro es que sea un desayuno.
Todo lo que hacía era observarme mientras hablaba, luego se levantó y se quitó su saco, sus pectorales sobresalieron de su camisa, se estiró un poco y se acercó a mi.
— Te quiero ver lista antes de la hora, vas a entrar a esa habitación y encontrarás ropa para cada ocasión, toma lo que necesites. Yo estaré en la otra habitación por si necesitas cualquier cosa —. Asentí con mi cabeza, su cercanía me tenía muy inquieta.
Él siguió su camino y yo entré a aquella habitación, la cual era más grande que toda mi casa, abrí el clóset y era realmente bello, toda la ropa era nueva. Era realmente impresionante.
Me fui a darme una ducha así que me desvestí y entre, pero al momento de abrir la llave todo era muy confuso, no había manija para girar, eran botones. Oprimí uno y la luz se encendió, luego otro y se apago la luz, me daba miedo tocar algo y dañarlo no me alcanzaría la vida para pagarlo, no me podía ir así a la reunión llena de sudor y con mi cabello sucio, ajjj tome aire y me cubrí con una toalla, con mi cara roja de la vergüenza salí de la habitación y fui en búsqueda de mi jefe, él estaba en su habitación, al llegar a la puerta no estaba totalmente cerrada, estaba entreabierta y podía observar todo lo que él hacía, estaba de espaldas se estaba alistando para bañarse, estaba sin camisa su espalda ancha estaba a mi vista, se bajó el pantalón junto a sus bóxer dejando ver su maravillosa desnudez, trague saliva no podía seguir viendo con descaro a mi jefe de esa forma, tomé valor y toque dos veces, él no respondió nada así que dio media vuelta dejando a mi vista su m*****o se envolvió en una bata y salió.
— Jefe, que pena molestarlo —, mi voz salía entrecortada. — Creo que voy a parecer ignorante pero no puedo abrir la llave del agua en el baño.
— Sé me olvido explicarte, ven entra a mi baño y acá te explico —. Sentir su aroma era maravilloso, es impregnante. Me mostró que se debe utilizar con sensor y de los botones solo se cambia la temperatura, le agradecí y al salir noté como mordió su labio inferior mientras me veía caminar.
Entre a la habitación y me di un baño, era más fácil de lo que pensaba, es increíble estar pensando tanto en un hombre así, me descresto y es mucho mayor que yo. Me cambié y me puse uno de esos vestidos finos de seda, color crema y unos zapatos a la par, junto con un collar. Nos encontramos en la sala para luego bajar, de allí salimos en carro hacia el restaurante, al llegar todo elegante estaba esperando el señor Stuart, quien nos invitó a seguir. Allí comenzamos a platicar sobre las nuevas telas, iban a utilizar un encaje importado de Suecia, los dos hombres estrecharon sus manos, y cerraron el negocio.
De ahí debíamos irnos para el cóctel, nos devolvimos al apartamento para cambiarnos. Allí escogí un vestido largo color verde esmeralda con escote en la espalda, llegó mi jefe y se ubicó detrás de mí para ayudarme a colocar el collar, sus manos se sintieron tan grandes en mi hombro descubierto, note como olía mi cabello suelto me gire lentamente y mi respiración se aceleró, su sola presencia me alteraba, era una sensación inimaginable para mi, el se acercó y rozó lentamente sus labios con los míos dejándome con hambre de él.
Lo tomé de su cabeza y lo acerque a mi, abrí mi boca y atrape sus labios, su lengua comenzó a jugar con la mía, puso su mano derecha en mi espalda baja para profundizar el beso mientras que con su otra mano sujetaba mi cabeza, era un a sensación indescriptible, era mejor de lo que me imaginé, nos separamos por falta de aire él me sonrío y siguió su camino, cuando salí a la sala con mi cara de ponque por besar semejante hombre me lleve una sorpresa, estaba hablando con su esposa, era obvio. No se porque no lo visualice, su edad, su fortuna, era obvio que tendría una esposa. Me sentí mal, literalmente fui la que lo persuadio, Moví mi cabeza y lo espere en la puerta, él colgó la llamada y continuó caminando sin siquiera mirarme, como no lo imaginé, soy un pequeño juguete para un gran jugador.
Nos subimos al carro, el no dirigía la palabra solo miraba su teléfono y reía con el, llegamos al coctel y nos invitaron a pasar allí nos dieron una bebida para empezar mientras mi jefe saludaba a todas las personas que veían en el camino. El cóctel fue tranquilo, mi jefe cerró un negocio para exportación, mire al señor Howard quien se encontraba con una chica de mi misma edad tocandosen, mi jefe me miró y me susurro...
— Esa serias tu, si así lo quieres solo es dejarte llevar y no escandalizar te con los comentarios y suposiciones –. Terminó de decir y se fue, yo quedé ahí inmóvil no entendía lo que había dicho y a que se refería, la velada continúo y a pesar de que el sentimiento de culpa me invadía con aquella señora quería seguir probando esos suaves labios.