[ANYA]
Lo miro a los ojos mientras que un nuevo orgasmo nos consume en esta cama y la sonrisa en nuestros rostros dicen todo lo que callamos. Sus manos se enredan en mi cabello y debo admitir que la piel que tengo con él no la tuve con nadie —Te haría mía toda la noche— Habla agitado mientras que se quita el preservativo, y me inclino hacia él para besarlo con este fuego que todavía queda en mi cuerpo.
—No te vayas entonces— Propongo y paso mis manos por su torso provocándolo nuevamente.
—Anya… no me puedo quedar, imagínate que viene alguien a buscarte— Comenta y sonrió.
—Nadie puede venir a verme sin llamarme antes— Sentencio y hago que nuestros cuerpos se separen para acostarme a su lado en esta cama que parece un campo de guerra a causa del desorden de las sábanas y almohadones tirados por todas partes de la habitación.
—Una chica precavida— Comenta acostándose de costado al igual que yo para así mirarnos de frente.
—Siempre—
Él respira profundo y pareciera estar teniendo un debate interno, pero luego lleva su mano a la curva de mi cintura para atraerme hacia él —Eres muy hermosa, al igual que peligrosa— Habla y sonrió.
—Tú también eres muy guapo, y tienes un cuerpo que uffff— Admito y con la yema de mis dedos me paseos por su torso —¿Vas al gimnasio? ¿no?— Cuestiono y sonríe.
—Un poco— Admite y pasea su mirada por mi anatomía —Puedes volver loco a cualquier hombre ¿lo sabes?— Me pregunta y de pronto la punta de sus dedos se pasean por el centro de mi cuerpo pasando así por el valle de mis pechos.
Cierro mis ojos en respuesta y cuando creo que se detendrá, sigue un poco más al sur llegando a mi intimidad. Abro mis ojos para verlo y me sonríe cuando empieza a tocarme de una manera que me hace querer empezar de nuevo. Su mano es experta en la materia y con su mirada me pide acceso. Aparto mis piernas un poco y así él comienza a entrar y salir de mi a su antojo. Lo miro mientras que juega conmigo y acerca su cuerpo para con su otra mano tomarme de la nuca acercándome a su boca.
—Eres muy bueno en esto— Declaro sonriente y me besa.
Nuestras lenguas se enredan en un beso de esos que queman todo y una de mis manos encuentra su hombría para así tocarlo al igual que lo hace conmigo. Subo y bajo sintiendo nuestras respiraciones agitándose y sonríe sobre mis labios —No sé dónde rayos has aprendido esto, pero no me importa. Solo te quiero disfrutar así— Habla excitado y una vez más me arrodillo sobre la cama haciendo que deje de tocarme por un breve instante.
Me acomodo encima suyo con mis rodillas a cada lado de su cuerpo obligándolo a quedar boca arriba una vez más y lo vuelvo a tocar. Él cierra sus ojos por un breve instante mientras voy sintiendo como su cuerpo grita volver a comenzar y de pronto siento sus brazos rodeándome como si yo fuera una pluma y se sienta en el centro de la cama conmigo encima suyo.
—No sé si vaya a tener suficiente de ti, mira que hasta quizás me haces adicta a estar así contigo— Advierto y me mira fijamente mientras que sonríe.
—Me voy a ir al infierno por meterme contigo, pero sabes, no me importa— Sentencia y me muerdo los labios.
Estiro mi brazo un poco y tomo otro de los envoltorios que dejamos en la mesita de noche —¿Otro round?— Propongo divertida.
Él ríe y mira nuestros cuerpos —Creo que la pregunta está de más, ¿no?— Responde mientras toma el envoltorio y lo abre para después colocárselo.
Lo beso intensamente y él me acomoda a su antojo encima suyo. Siento sus manos en mi espalda y su torso rozando mis pechos haciendo que todo sea más excitante —¿Dónde estuviste todo este tiempo?— Le pregunto cuando su cuerpo se hunde en el mío haciéndome delirar.
Renzo me mira a los ojos y hace un gesto que me hace sonreír —Tal vez eras tú la que no habías llegado todavía— Contesta y le muerdo el labio inferior.
—Pero ya llegué, y no te voy a dejar escapar de mi cama tan fácilmente— Advierto y hace que nuestros cuerpo así unidos, caigan en la cama quedando yo debajo suyo.
Él empieza a moverse dentro de mi mientras que mis piernas se enredan en sus caderas y me mira a cada embestida que da —No me pienso ir de tu cama por un buen tiempo— Declara y mis manos se enredan en su cabello.
—Qué bueno, porque me gusta mucho como me coges— Digo excitada y sus besos se deslizan hasta mis pechos mientras que me vuelve loca.
Cada movimiento suyo se vuelve más intenso al igual que mis gemidos y ganas de sentirlo más. Me vuelve loca la manera que me hace suya y no quiero que termine nunca. Esta química es diferente y me encanta…
—j***r— Pronuncia al borde de un nuevo orgasmo que se va apoderando de los dos hasta que no damos más y nos soltamos. Él mira a los ojos mientras trata de recuperar el aliento y sonríe cuando me vuelve a besar —Anya— Dice agitado.
—¿Qué?— Pregunto igual que él.
—Quiero ser el causante de todos tus orgasmos— Me dice haciéndome reír.
Juego con su pelo mientras sonrió —No quiero tener una relación— Anuncio y asiente.
—Lo sé, pero eso no quiere decir que esto tenga que terminar ¿no?— Me pregunta y niego.
—Claro que no, puedes venir aquí cuando quieras—
—¿Debo llamar antes?— Bromea y niego.
—Tú no, excepto que yo te diga que mis hermanos o mis padres vinieron a verme— Aclaro.
—No me hables de tu padre que si se entera de esto me va a matar—
—No se enterará— Le aseguro.
—¿Entonces socios con derechos?— Etiqueta y rio.
—¿Qué es eso? No seas tonto, solo pasémosla bien cuando queramos y ya— Propongo.
—Pero sin terceros— Advierte.
—¿Hablas de tríos?— Averiguo sorprendida y ríe.
—No, me refiero que no quiero que haya alguien más— Anuncia y lo miro con dudas.
—¿Eres celoso? Mira que las cosas así no funcionan— Explico.
—No, pero tampoco quiero compartirte en la cama— Dice firme.
—Si me tenemos sexo de esta manera como hoy, no hará falta que busque a nadie más— Digo divertida y hago que me suelte para acostarme boca abajo, pero él me rodea son sus brazos.
—Eres una chica demasiado mala— Bromea y besa mi cuello.
—Solo soy sincera— Difiero.
—No te van a quedar ganas de estar con nadie más después de estar conmigo— Avisa y sonrió.
—Eso espero— Digo y lo siento levantarse de la cama —¿Qué haces?— Pregunto girando mi cabeza para verlo y de verdad que es guapísimo.
—¿Me prestas tu ducha antes de irme?— Me pide y asiento.
—Si, úsala, hay toallas en el mueble— Indico —¿Te vas a ir?— Averiguo mirando el reloj que indica que son las tres de la madrugada.
—Si, tengo una reunión con tu padre a las siete y pasara por el hotel— Me deja saber.
—Ups—
Él ríe y se acerca a mi para besarme —Ups, me matara, lo sé, pero eres irresistible— Concluye y se va al baño mientras que yo me quedo aquí acostada sintiendo como mi piel recuerda cada una de sus caricias.