Capítulo 8. Aquellos ojos verdes

1263 Words
Ivanka salió de aquel lugar sintiéndose muy humillada porque la habían tratado como una delincuente, a pesar de no haber hecho nada malo, ya que todo fue una gran equivocación y no se merecía que supuestamente fuera a la cárcel. Aquella rubia, antes del accidente siempre fue una chica mimada principalmente por su madre, ya que, cuando niña, era maltratada físicamente por su padre biológico. Así que, para ella, todo eso fue una gran humillación por parte de aquellos hombres hacia su persona. Entonces, la rubia se sentó en un pequeño banco que estaba cerca de ese lugar, para esperar a mejor amigo Georgie, que estaba en el baño. Le mandó un mensaje de texto diciéndole que saliera como una bala de ese lugar porque, los de seguridad lo estaban buscando y le dio la dirección exacta donde ella se encontraba. “Estoy sentada en unas bancas cerca del estacionamiento. Casi me meten presa y todo por culpa del anfitrión de la fiesta”—Fue el mensaje de texto que envió. Asi que, el pobre Georgie quien sufría una pequeña intoxicación estomacal, miró ese mensaje de texto y se alertó mucho. —¡Ay, Dios santísimo, me descuido un momento y ya meten presa a Vanka! —comentó Georgie cuando estaba aún en el retrete. Él cuidaba mucho a la rubia porque, la madre de Ivanka, Amanda, le había confiado a su hija para que la protegiera, ya que ella le rogó incansablemente que quería vivir sola y que a pesar de que su mente no era la de su edad biológica, viviendo sola debía madurar porque en unos diez meses cumpliría treinta años. Por lo tanto, Amanda con todo el dolor de su alma dejó a su hija irse a su ciudad natal Londres, pero siempre estaba al pendiente gracias a Georgie. Minutos despues, Georgie salió del baño y con disimulo, con pasos muy apresurados salió de aquel lugar hacia aquellos bancos en donde se encontraba Ivanka. Luego, allí la encontró, jugando con su celular mientras la esperaba y juntos se fueron al auto para irse camino al apartamento en donde vivía Georgie. Tiempo actual… Siendo las nueve de la noche, mientras Alexander, en su hipódromo, abría una zanja esperando que Ivanka lo llamara, la rubia iba en el auto conduciendo a toda velocidad quejándose de aquel altivo hombre. —¡Ah, como lo odio! ¡me trató horrible el ojón ese! ¡Me dijo que me liberaba si le daba un beso! ¿Cómo va a ser posible? Georgie tocándose el estomago por aun se sentía mal, le respondió con cara de malestar: —¿Y no le diste el beso? Yo se lo hubiera dado. Ese hombre está suuuuper guapísimo. —¡Pero es un idiota! —¡Ay, hermana —contestó en un tono de voz muy afeminado— Yo le hubiera dicho: Si quieres méteme presa en tu casa y de ahí no me saques jejeje, ay no, ustedes las mujeres si desperdician oportunidades. —Já, pero jamás con ese tipo tan imbécil. ¿Qué se cree? Me miraba así como si fuera la última coca cola del desierto, con sus ojos verdes, grandotes todos penetrantes los cuales parecían que me estuviera quitando la ropa. Me trató como si fuera primero una ladrona y luego como una prostituta. Yo le expliqué con exactitud lo que pasó y todo fue en vano porque me amenazó con eso, con que quería besarme. Pero adivina que pasó luego. Georgie se acomodó más en el asiento, se puso de lado de manera muy afeminada, cruzó las piernas y le respondió: —Suéltalo todo hermana. Me encantan los cuentos de heterosexuales que se odian. Ivanka con sus manos en el volante con una expresión de enojo en su rostro le respondió: —Bueno, el tipo me ofreció trabajo en sus caballerizas como doctora a cambio de que fuera su novia falsa. —¡¿Qué? ¿Y porque?! —exclamó Georgie con mucho asombro. —La verdad no lo sé, lo único que te sé decir es que al principio estaba todo altivo diciéndome que me iba a meter presa, se fue, y luego vino otro tipo que tenia un perfume muy penetrante también a humillarme. Después el ojotes volvió a entrar y vino con esa propuesta. Entró ya con otro semblante como si algo le hubiera pasado. Pero no sé, supuse que se había fumado alguna especie de droga o algo porque no entiendo como de un minuto a otro me iba a ofrecer que fuera su novia. —Si, que hombre tan raro Vanka. Sabes que, debes cuidarte de él. No me da buena espina y más esos ricos así tan prósperos como él. Seguro eso es un fetiche raro. Recuerda a mi ex el jugador de golf que le encantaba cuando me disfrazaba de Britney Spears. Ya despues quería que anduviera en la casa como Britney y… se puso rara la cosa. » Pero qué bueno que de verdad no aceptaste nada de ese loco y que no te dejaste amedrentar—tocó el hombro de Ivanka y esbozó una linda sonrisa —eso significa que ya estas madurando y que actuaste como de tu edad. Pero, Ivanka mientras conducía puso una expresión de vergüenza en su rostro y le contestó: —Bueno…no mucho jejeje. Georgie quien conocía esa expresión, con sus ojos entrecerrados le reclamó: —¿No me digas que empezaste a sacar la lengua y a hacer bromas de niñita? ¡Desde que tenias quince te he dicho que te vez fea haciéndolo! —¡Pero es inevitable que lo haga! ¡Tu y mis padres saben que soy muy expresiva. Soy acuario signo de aire y somos libre como el viento! Georgie puso sus manos sobre su rostro, estando algo indignado porque anteriormente ellos habían practicado mucho, pero la rubia era algo rebelde. Entonces, con sus manos sobre sus ojos exclamó: —¡Vanka, no salgas con que todas las cosas tontas que hagas es por tu signo. Recuerda, ahora eres una mujer de 29 años, que abrirá su propia clínica muy pronto! —¡Si, pero me cuesta. Sobre todo cuando estoy con viejos! —¡Lo sé, pero ya no eres una jovencita de 18. Ya somos adultos, se que es duro pero así es la realidad! —Ah, tenme paciencia. Ya despues actuaré normal. Apenas salí del hospital hace seis meses. Y… por lo menos hoy tuve un logro. No me atemoricé ni me dejé influenciar por Scar. —¿Scar? —preguntó Georgie con asombro. —Si, así le digo al ojón pervertido. Se parece a ese villano del rey león por su prepotencia y sus ojos verdes penetrantes. Georgie mirando fijamente a Ivanka alzó una de sus cejas, y comenzó a chasquear sus dedos de forma afeminada. —¡Ay, no, ay no!, andas diciendo a cada rato ese rasgo físico de ese hombre y cuando eres asi que empiezas a repetir muchas cosas, es que te gusta. Te gustaron los ojos del tipo, ¿no es así? Ivanka conduciendo lo miró por cuestiones de segundos con una expresión de desagrado, alzando su labio superior hacia su nariz. —¡Iugh que asco! Claro que no, solo que…su mirada me impactaba un poco, porque… parecía como si me conocía. Y si, Georgie estaba en lo cierto, a Ivanka inconscientemente, le encantaron los hermosos ojos verdes de aquel aristócrata pretencioso. Nota de la autora Lily. ¡Ay, Ivanka, también le montaste el ojo al pretencioso!. Comenta si te gustó el episodio.
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