Por otro lado, mientras ella se recuperaba, ella le dijo a sus padres que quería retomar sus estudios, sus padres se negaban pero ella insistía. Solo le faltaban unos 2 años de carrera, ya que entró de unos once años a la secundaria porque, siempre quiso ser inteligente para que su padre biológico, llamado Ivan Sajarov la tomara en cuenta, pero, al hombre nunca le importó. Ni si quiera le importaron los años en los que ella estuvo en coma. Entonces, su madre quien sabía que Ivanka era muy encomendada a los estudios y que el mundo de la veterinaria y los animales eran su felicidad, decidió contratarle a los mejores profesores de veterinaria para que ella pudiera retomar esos años perdidos. Y por suerte pudo pasar todas esas materias con honores.
Tenia un año practicando la medicina y por suerte, era una gran veterinaria debido a su inteligencia. Pero, para no ser perfecta, debido a su accidente, de vez en cuando se le salían aquellos comportamientos extraños en los que creía que era una adolescente a finales de sus dieciocho y más cuando estaba sin la vigilancia de su mejor amigo Georgie. Es por eso, que Jesse percibió que la mujer era algo inmadura para la edad en que se apreciaba.
—¿No crees que estas un poco grandecita para sacar la lengua?
Ivanka en sus días de adolescencia, nunca se caracterizó por ser una muchacha madura, por el contrario tenía toques de rebeldía principalmente la manera como le hablaba a su madre, tratándola con dureza debido al problema que siempre tuvo con su padre biológico y de vez en cuando le costaba sentar cabeza. Pero luego se arrepentía y trataba con dulzura a su mamá. Pero en esta ocasión, detestaba a Jesse y a Alexander; asi que, como la adolescente que era por dentro comenzó a remedar a Jesse, sacándole más la lengua y haciendo gestos de burla con su rostro.
—¡Bla, bla, bla, no te importa déjame salir pingüino!
—Pues no, y menos con esa actitud tan ridícula.
Luego, ambos fueron interrumpidos por Alexander, quien entró de repente con una expresión de desespero en su rostro. El hombre había terminado de discutir con Brigitte la cual fue sacada del lugar por los guardias de seguridad. Tanto Jesse como Ivanka pudieron percibir que el hombre se veía algo angustiado.
—¡Alexander ¿Qué sucede? ¿Pasó algo en la fiesta? ¿Brigitte hizo algo?!
El hombre no le respondió a ninguna de sus preguntas, si no que tenia su mirada puesta en Ivanka.
—¡Jesse déjame a solas con ella. Necesito… conversar algo importante!
—¿De qué? —preguntó Ivanka con su ceño fruncido —¡Ni creas que me voy a acostar contigo como p**o para que me dejes salir!
—Eh…claro que no.
—Pero hace poco me dijiste que…—Alexander de inmediato la interrumpió.
—¡Te voy a dejar salir, no te preocupes!
—¿Qué? —dijo Jesse asombrado porque el aristócrata nunca actuaba asi—¡Pero entró sin permiso!
—Lo sé, pero ahora necesito de su ayuda, me dijo que… era veterinaria y… necesito algo de ayuda. Ahora tenemos más animales. Déjame hablar con ella a solas.
—¿Estás seguro?
—Si, anda. Regresa a la fiesta, tengo que hablar con ella.
Jesse algo intrigado, lo miró alzando una ceja en señal de duda y no le quedó más remedio que retirarse del lugar. Luego, Alexander sacó una silla, la arrimó más hacia ella y estando frente a frente ya no con la misma expresión prepotente de antes si no una más dócil, le dijo lo siguiente:
—¿Quieres… agua? ¿O alguna bebida?
Ivanka mirándolo con desinterés le contestó:
—Quiero es que me quites estas esposas y me abras la puerta “Scar”
Él entrecerró su ceño porque no entendió lo último que le dijo.
—¿Scar?
—¡Si, tu cara es como Scar, el villano del rey león. Ojos verdes, cejas pobladas y tienes una actitud toda estirada y se nota que eres hipócrita. Me caes mal!
Ella citó la película animada El Rey León de Disney porque era su película favorita. Luego, Alexander la miró haciendo una mini sonrisa irónica de medio lado y le respondió:
—Guao, ¿Y tú que eres? ¿Neurocientífica que lees rostros?
—No, pero he estudiado a los animales y con sus rostros puedo ver como se sienten, asi que… eso mismo hago con las personas y creo que tu eres asi. Estirado, mala gente e hipócrita.
—Ah, bueno, no te equivocas. Y aja, si te hace feliz a que me parezca a ese personaje esta bien. Soy…¿Cómo es que se llama?
—Scar —Lo miró con asombro—¿No lo conoces?
—No, no vi casi televisión cuando niño, no me importaba. Jugaba al polo y trabajaba en mis movimientos en la equitación. Pero en fin, no me interrumpas. Quiero… pedirte un favor a cambio de trabajo en mis establos e hipódromos. Dijiste… que eres doctora veterinaria ¿cierto?
—Si. —respondió ella con sequedad.
—Bueno… trabaja conmigo, te pagaré lo que me pidas, y te daré una buena reseña para tu hospital a cambio… de algo. —La miró con temor al final.
Ivanka entrecerró sus ojos, los cuales estaban llenos de desconfianza con aquel aristócrata, y le respondió:
—Te dije que no me voy a acostar contigo. Tienes cara de pervertido también.
Alexander mirándola fijamente, alzó sus dos cejas y se dijo en pensamientos:
«¡Vaya, esta mujer sí que lee rostros!»
Luego, carraspeó su garganta y prosiguió:
—Claro que no. No te vas a acostar conmigo, no… te daré la dicha.
Ivanka con sus arranques de inmadurez adolescente debido a su problema, soltó una risa muy burlona y algo ruidosa.
—¡Jajajaja! ¿Que no me darás la dicha?
—Si—respondió él algo ansioso porque lo que menos le gustaba era rogarle a alguien —, pero no hablemos de eso ¿sí? no me voy a acostar contigo, deja de pensar en sexo. Pensemos en negocios, ¿te gustó mi propuesta, lo de trabajar con mis caballos?
—Si…pero… presiento que hay algo sucio detrás de todo eso, si no es sexo entonces ¿qué será? No vendo drogas y tampoco armas, ni me gusta el mundo de la mafia por si las moscas.
Alexander mirándola muy extrañado y comenzando a ponerse más ansioso porque Ivanka lo sacaba un poco de sus casillas le respondió:
—Oye, mujer, ¿me quieres dejar terminar? Además que locuras dices. ¿Me ves cara de vendedor de drogas?
—Mmmm, como dice mi madre: desconfía de todo el mundo y acertarás. Pero bueno, dime lo que me vas a decir, parece que te va a dar una crisis nerviosa.
—¡Si, es que no me dejas terminar! ¡Siempre me interrumpes, y no soy nada de eso!
—¡Aja, ve al grano, suelta lo que vas a decir, Scar!
Alexander, en ese mismo instante, suspiró para tratar de calmarse un poco. Por dentro tenía miedo, nunca antes lo tenía con nadie, pero con ella sí. Entonces, no le quedó más remedio que bajar su mirada y decirle:
—Quiero, bueno, no quiero…necesito que… finjas ser mi novia por unos meses mientras trabajas conmigo. Estoy en un grave aprieto y necesito una novia con urgencia. Te elegí a ti porque eres medico veterinario, sabes de caballos y podremos fingir que tenemos cosas en común. Además, no…eres tan fea. Podrás quedar bien a mi lado.
Ivanka aun esposada, lo quedó mirando un tanto boquiabierta y le dijo:
—¿Me estás pidiendo que finja ser novia de un idiota como tú?
Alexander con su mirada hacia el suelo en un tono de voz bajo, le contestó:
—Si…
—¡Já! Se nota que estás bien desesperado ¿no idiota? Y que manera de pedírmelo. No eres tan fea y podrás quedar bien a mi lado. A parte de tonto, eres un prepotente y algo… como es que le dicen en esta época a los hombres como tu… ya va, déjame recordar. Ah, ya me acordé… misógino. ¡Un prepotente misógino!
Alexander subió su mirada hacía ella, cruzó sus piernas y a la vez sus brazos respondiéndole de manera soberbia:
—Bueno, este misógino te ayudará mucho en tu carrera. Tú decides rubia. Además, siendo mi novia no estarías nada mal. Porque a que no adivinas, el jinete Kent es mi padrino y que yo sepa, estás esposada y en esta situación por colearte en esta fiesta para hablar con Kent ¿no es asi?
—Si, pero…—Alexander la interrumpió.
—No sé, tú decides. No es necesario que me lo digas ahora. Te dejaré en libertad—sacó una tarjeta de presentación de su bolsillo y la metió en el bolso de Ivanka—, ahí tienes mi número de teléfono, llámame para ese plan. Solo… serás mi novia falsa por unos meses y listo. No te preocupes, no me acostaré contigo.
—Pues… espera mi llamada en el 2150 porque este año no creo que te llame.
Alexander mirándola con altivez, le respondió:
—Bueno, allá tú. Tu eres la que no tendrás prestigio con tu carrera. Agradece toda mi bondad. Te dejaré en libertad a pesar de todo lo que hiciste.
—No hice nada malo, ojotes.
—Ah, se nota que te gusta ponerle sobrenombres a la gente. Que inmadura.
—Lo que sea, déjame ir, no me gusta tu presencia.
—Ok—comentó Alexander con algo de enojo porque, la mujer no daba su brazo a torcer —¡como quieras!
Minutos despues…
Ivanka se había ido del lugar junto con su mejor amigo y Alexander tomó una fusta de cuero el cual era como una especie de látigo en forma de palo, con un pequeño cuadrado de cuero en la punta, muy utilizado en la equitación. Cuando estaba nervioso se daba cortos golpecitos en la palma de la mano. Así que, caminando de un lado a otro pensaba en la respuesta de Ivanka. Jesse viendo que Alexander casi que haría una zanja de tanto caminar, le decía:
—Ricky, creo que debes calmarte. Contrata mejor a una actriz. No a esa flaca que te trata mal. Es hermosa no puedo negarlo, pero conociéndote que te encantan que te rindan pleitesías, terminarás peleando con ella a cada rato y no podrás fingir bien.
El hombre, pegándose con su fusta en la palma de la mano, caminando de un lado a otro, le respondió:
—Lo sé, pero creo que ella es la perfecta. Es veterinaria de granja, la busqué en su perfil profesional de Lokedin por el internet hace poco. Asi que…no estaría mal estar con ella. Además, debo hacer lo que sea para deshacerme de tu fastidiosa prima. ¡Brigitte me va a dejar calvo!
—¿Y… si la flaca no te llama? ¿Qué harás?
El hombre se detuvo y haciendo un suspiro le respondió:
—No lo sé, tendré que… rebajarme de nuevo ante ella. Pero, lograré convencerla, tu sabes lo insistente que soy cuando quiero algo.
Nota de la autora Lily.
Ay, Alexander, debes respetar un poco a las mujeres. Como que no te pegaron con ese pequeño fuete cuando pequeño. ¿Y, será que Ivanka la adolescente de treinta años aceptará? Comenta si te gustó el capitulo.