—¿Qué? —contestaron los guardias asombrados al mismo tiempo.
Ella fue corriendo hasta la mesa y tomó la cartera.
—¡Si, este es mi bolso!
—¿Cómo que su bolso? —preguntó Ivanka asombrada parándose de la mesa —¡ese bolso es mío, es una Birkin, de piel de cocodrilo amarillo!
—¡Pues la mía también ladrona. Mi bolso tenía ese mismo osito en la manija. Además ahí adentro esta mi celular—miró al guardia de seguridad —.Présteme su celular para que vea.!
El guardia de seguridad le prestó el celular, la mujer marcó y enseguida sonó dentro del bolso que tenía Ivanka.
—¡Ven, se los dije, esta mujer robó mi bolso! ¡Los intercambió a propósito. Yo la vi en el baño, seguro me estaba siguiendo para hacer su hazaña!
Luego, tomó la cartera, la abrió y sacó todas las cosas que ella tenía adentro, desde el collar hasta las llaves de su auto de lujo. Luego, la mujer estando enojada, tomando el collar y todas las cosas, mirando a Ivanka prosiguió:
—¿Esto es lo que te querías robar verdad?
Ivanka enojada por toda esa confusión, enseguida le respondió:
—¡Yo no la estaba siguiendo a usted señora. ¿Como se le ocurre?! ¡Yo tengo el mismo dinero que usted para comprarme una Birkin de cuarenta mil libras. Y ese collar está bien feo como para querer robármelo!
—¡Já! ¡si cómo no—respondió la mujer con sátira—,lo hiciste a propósito. Llamaré a la policía!
—¡Yo no hice nada!
Aquel guardia de seguridad enseguida sospechó de Ivanka y creyó todas las palabras de la otra mujer, porque ella se había colado en aquella fiesta. Entonces, tomó unas esposas que él tenía su bolsillo, se acercó a Ivanka y enseguida le dijo lo siguiente:
—Lo siento señorita, usted es sospechosa de robo. Se coló en esta fiesta y de paso tomó el bolso de esta señora. —Estando cerca de ella, de inmediato la esposó.
Ivanka nerviosa, dejándose esposar enseguida le dijo:
—¡Pero señor, yo no hice nada malo, créame. No lo hice con intensión, yo solo entré a esta fiesta para hablar con el gran jinete Kent!
—Lo siento mucho, pero no le creo nada.
—¡Métanla presa por favor!
Enseguida, Alexander quien odiaba los escándalos y cuando las cosas no le salían bien, fue hasta aquella habitación. Jesse su socio, calmaba los ánimos de la fiesta, anunciando a ganadores de las ultimas apuestas que habían hecho los invitados, doblando la cantidad de dinero de los premios para que nadie hablara de lo sucedido. Entonces, él entrando con su rostro muy enojado le preguntó:
—¿Que sucede?
La mujer de la cartera robada enseguida exclamó:
—¡Pues que esta tipeja aquí presente, es una ladrona Alexander. Me estaba persiguiendo para robarme!
—¿Cómo? —dijo él frunciendo el ceño.
—¡Claro que no!—comentó Ivanka con voz de ruego —¡Yo no robé nada señor. Fue solo una pequeña confusión!
De inmediato, Alexander al poner más atención en la rubia, la identificó dándose cuenta de que ella, era aquella hermosa rubia, con quien se había encontrado en un campo de polo y equitación cuando ambos tenían unos diecinueve años. Y mirándola fijamente con su ceño fruncido, pensaba:
«¡Creo que es ella, la niña bonita. Sé que es ella por ese pequeño lunarcito en su nariz y porque dobla la boca de una manera muy tierna! Creo que… es americana»
Entonces, aprovechó y se acercó más hacia ella y al estar al frente, a unos pocos centímetros, enseguida le preguntó:
—¿De donde eres?
—¡Vengo de Los Estados Unidos señor. Pero oiga, yo no robé nada!
Alexander mirándola con detenimiento, con sus grandes ojos verdes, enseguida se dijo en pensamientos:
«Si, creo que es ella» —entrecerró sus ojos con duda.
Ivanka lo miró directo a los ojos y con voz de ruego exclamó:
—¡Señor, créame yo no robé nada!
—¡No le crea señor Alexander —sugirió el guardia de seguridad Carl—Ella es una de las infiltradas que entraron sin invitación, a lo mejor si estaba persiguiendo a la señorita aquí presente porque sabía que tenía un collar de diamantes ahí adentro!
—¡A mí no me gustan los collares de diamantes por favor. Mis favoritos son los collares que están de moda, los Millie de Donna Karan!
La otra mujer la vio muy extrañada porque esos collares estuvieron de moda hace diez años atrás.
—¡Ay, por favor, esos collares salieron del mercado. Es una mentirosa, llévensela!.
Alexander quiso calmar la situación, acercándose a aquella mujer llamada Jannette y le dijo lo siguiente con una sonrisa amable:
—Mi querida invitada, no te preocupes yo me encargaré de todo esto. Yo… le daré su castigo a esta chica y tu si quieres puedes seguir en la fiesta. De todas maneras, nada pasó a mayores y tienes todas tus cosas en tu bolso. Mis guardias de seguridad la atraparon a tiempo.
Sin embargo, la mujer estaba muy molesta.
—¡Sí, sé que todas mis cosas están, pero tus guardias dejaron entrar a alguien peligroso y sin invitación!
—Lo sé, pero no te preocupes, fue un simple error. Yo me encargaré de toda esta situación. Te enviaré como compensación un obsequio a tu casa. Un brazalete de esmeraldas de parte de las joyerías de mis padres por todo esto que te hicimos pasar.
Aquella mujer al escuchar la palabra brazalete de esmeraldas, enseguida se calmó.
—Ok —respondió con una sonrisa—, entonces…espero que se haga justicia.
—No, te preocupes —contestó Alexander en un tono de voz esperanzador —Yo… me encargaré de ella. Mañana te mandaré tu regalo por todo esto que sucedió aquí. Y… por favor no lo comentes. Hazlo por mí.
—Está bien, no lo haré porque sé que eres un hombre correcto y hay veces que las cosas se salen de control—miró a Ivanka con mucho desprecio —. Espero que hagas justicia con esa gentuza.
—¡Oye, respeta! —dijo la rubia.
Alexander se volteó y le dijo:
—¡Silencio señorita!
Luego, Jeannette se fue, y todo el asunto se resolvió de manera diplomática. Alexander le dijo a los guardias que se retiraran y se quedó con Ivanka a solas. Se sentó al frente de ella, y la miraba fijamente, para tratar de recordarla.
—Señor, ¿iré a la cárcel? —dijo Ivanka muy angustiada— Yo no hice nada malo, se lo prometo créame. Solo me sentí mal y la verdad me confundí con las carteras. —Le señaló su cartera —mire son muy parecidas. Además, no creo que colarse en una fiesta sea algo malo.
Sin embargo, Alexander se encontraba ido en sus pensamientos, mirándola con detenimiento.
«¡Si, definitivamente es ella. ¿Pero… porque no me recuerda? Yo si la recuerdo claramente!»
—¿Cómo es que es tu nombre? —preguntó con mucha curiosidad.
—¡Ivanka, Ivanka Fisher señor. Mi padre… es el dueño del British National Bank David Fisher, yo no soy ninguna ladrona!
Alexander cruzó las piernas, se puso una de sus manos en su mentón y mirándola con sus grandes ojos verdes los cuales eran muy expresivos pensaba:
«¡Es ella, si, se llama Ivanka. ¿Por qué no se acordará de mí? … siempre quise saber que fue de ella aquella vez que la paseé en mi caballo hace diez años atrás. La pasamos bien, nunca… la he olvidado, le di mi teléfono pero nunca me llamó, recuerdo que me dejó con ganas!».
—¡Hey señor, estoy hablando con usted—Le alzaba las manos esposadas—¿por qué me mira asi? ¿enserio va a meterme presa por semejante tontería? ya le expliqué lo que sucedió!
Alexander con su mirada puesta en ella, se quedaba callado porque estaba muy pensativo:
«¡Me dice señor, y me mira como si fuera un desconocido, entonces… significa que no se acuerda de mí!»
—¡Oiga! ¿entonces? ¿me va a mandar a la cárcel?
Alexander volvió en sí y con su personalidad muy altiva al ver que la mujer no se acordaba de él, la miró alzando una de sus cejas de manera despectiva.
—Pues sí, lo que hiciste fue un gran delito. Tomaste ese bolso en el cual había un gran collar de diamantes y de paso no estabas invitada a mi fiesta… dos delitos en uno.
—¡Pero señor, le dije que yo me confundí! ¡mire, el bolso de la muchacha y el mío son iguales. Lo tomé por equivocación, no apropósito. Porque estaba algo mareada, soy intolerante al alcohol! ¡No me lleve a la cárcel, yo… haré lo que sea. Estoy a punto de abrir un hospital veterinario y si ven que yo fui a la cárcel, me van a difamar y nadie irá!
Él al escuchar que la mujer haría lo que sea enseguida levantó una de sus cejas porque se activó su lado maldadoso.
«¡Mmmm creo que es hora de abusar de tu poder Ricky! Recuerdo que ella me dejo con ganas la última vez que nos vimos. Ni siquiera me llamó y como un estúpido esperaba su llamada»
—¿Harás lo que sea?
—¡Si, lo que sea! Si quiere… puedo ser su veterinaria personal. Atenderé a todos sus caballos de manera gratuita!
Él la miró con altivez y le respondió:
—Pues… quiero algo mejor y será muy fácil. Solo dame un beso y no levantaré ningún cargo hacia ti.—sonrió con malicia.
Enseguida, ella lo miró con indignación y le respondió:
—¿Un beso? ¿estás loco?
—Aja... No eres tan fea. No eres mi tipo, estas algo flacucha—Paseaba su mirada sobre sus senos —, pero como estas necesitada puedo hacer una excepción.
Ivanka abrió su boca de la impresión por aquello tan grosero, que le dijo aquel hombre acerca de su cuerpo y que obviamente abusaba de su poder. Y mirando a Alexander entrecerrando sus ojos, pensaba:
«¡Georgie tenía razón, los hombres de esta década son unos idiotas!»
—Eres un imbécil, me insultas, hablas feo de mi y de paso ¿me estas pidiendo que te bese?
Alexander la miró con altivez, y con sus manos en sus bolsillos, sostenía una sonrisa burlona, la cual a Ivanka le provocaba darle un golpe. Y mirándola fijamente, le respondió:
—Ay, por Dios, ¿te pones así solo por un tonto beso? No te estoy pidiendo que nos acostemos. Podemos resolver todo poniéndote en aquel rincón y resolvemos todo esto. Y… con respecto a tu cuerpo te dije la verdad, no eres mi tipo. Me encantan las tetonas. Pero… como soy un alma noble haría una excepción.
—Já, ¿no soy tu tipo pero aun asi quieres besarme? Estás enfermo.
—Bueno, te daba una corta solución. ¿La tomas o la dejas?
Y mientras Alexander hablaba, de fondo se escuchaban los violines de un grupo de música clásica que él contrató. Pero, Ivanka estaba muy indignada, con aquel hombre tan déspota y despreciable. Asi que, le dijo que prefería besar a un animal con una enfermedad contagiosa, que darle ese beso que él pedía. Alexander le dio mucha rabia porque la mujer se negó a hacer lo que él quería y la amenazó con llevarla a la policía por intento de robo.
Sin embargo, Ivanka rabiosa y algo temerosa, mirando como aquel hombre de elegante traje azul oscuro se iba directo hasta la puerta, se quedó muy pensativa, por la decisión que tomaría. Ella pensó que no perdería nada con un beso a ese ogro que perder su reputación al momento de abrir su clínica. Asi que, no le quedó más remedio que ir detrás de él estando esposada.
—¡Oye, idiota, espera!
—¿Cómo me dijiste? ¡Debes respetarme, recuerda que de mi depende tu reputación!
—Que esperes, te…daré el beso. Pero… con una condición. Necesito que firmes una hoja y que escribas que no vas a levantar cargos contra mí. Mi madre dice que las palabras se las lleva el viento.
El hombre mirando a la rubia con mucho deseo sonriendo con malicia enseguida se dijo en pensamientos:
«¡Sí, es tu momento Ricky, la rubia que se te escapó ahora vas a poder besarla. Los cielos te aman y te la pusieron de nuevo en tu camino, por ser un hombre bueno. Por fin!»
—¿Entendido?
—¿Cómo que entendido? —preguntó molesto—Yo soy el que pone las normas aquí, más no tu.
Ivanka suspiró del fastidio y mirándolo muy enojada le contestó:
—Pero no te creo. Tienes cara de hombre sucio y timador. Mi hermano siempre dice que la gente con los ojos verdes son malos. Y…tiene razón. Llevo unos diez minutos conociéndote y eres horrible.
—¿Horrible yo? Más bien soy un santo. ¿Qué se yo si todo lo que dices es mentira? entraste sin invitación y de paso tenias una cartera equivocada.
—¿Santo? Eres un enfermo.
Alexander revoloteó sus ojos y mirándola de forma desinteresada le respondió con un tono de voz lleno de mucho sarcasmo:
—Uy, que miedo me descubriste. Soy un enfermo bla, bla, bla. ¿Entonces, me vas a besar o no? a la policía le va a encantar mi testimonio. Diré, Ivanka Fisher la supuesta hija del banquero David Fisher, es una cleptómana que le encanta robar carteras ¿Quedó bien o le añado lo que entraste sin invitación a mi fiesta?
Ivanka actuando como una adolescente, debido a un problema que tuvo hace diez años atrás, pataleó diciéndole lo siguiente:
—¡Que no robé!
—Ve a la esquina y obedece o si no, daré ese testimonio. No voy a anotar nada.
—¡No quiero besarte! ¡No me gustas, eres un ser despreciable!
Alexander quien era un hombre muy insistente y que odiaba que le llevaran la contraria gracias a su crianza, muy molesto le respondió:
—¡Entonces, iré a la policía y te pasearé por toda la fiesta para que todos te vean con las esposas y te tomen fotos!
Sin embargo, ambos fueron interrumpidos por Jesse quien entró de repente un tanto ansioso.
—¡Ricky…Brigitte está aquí. Parece que quiere hacer un escándalo!
—¿Qué? ¿Por qué la dejaron pasar?
—Le dijo a los de seguridad que era tu novia.
—¡Ah… esta mujer ya me tiene harto! ¿Cuándo será que me dejará en paz? Lo siento por hablar así, se que es tu prima pero…
—Prima segunda, y tranquilo te dije que no pasa nada. Si quieres, la distraigo y la llevo para otra parte.
—No, yo mismo hablaré con ella. Ya es hora de que deje de evitarla—miró a Ivanka—.Mientras voy… quédate aquí con ella. No dejes que se escape.
Una hora despues…
Alexander tenía sus manos en posición de ruego mirando a Ivanka.
—¡Oye, anda ayúdame con eso, te prometo que… haré lo que me pidas! ¡ solo…finge ser mi novia!
Ivanka mirándolo con una sonrisa burlona le respondió:
—¡Já, se nota que estás bien desesperado imbécil. ¿Harás lo que yo pida?!
Nota de la autora Lily.
Ay, Ricky ¿ahora andas rogando? esperemos que Ivanka te de tu merecido, estas pasado de maloso.