Minutos antes, de que Alexander le pidiera aquel favor a Ivanka, su exnovia llamada Brigitte había entrado a la fiesta sin invitación. Alexander no quería saber de ella porque lo obligaba a casarse y siendo él un hombre con gamofobia (Fobia para casarse y al compromiso) la rechazó de inmediato a los ocho meses de noviazgo. Tanto la familia de Brigitte los Vanderbilt y los Wallas, tenían una muy buena relación y amaban que sus dos hijos estuvieran juntos, pero Alexander debido a su falta de apego emocional con las mujeres, terminó esa relación con aquella hermosa mujer al sentirse presionado con lo del matrimonio. Él le dijo a sus padres que jamás se casaría y que solo viviría su vida. Que jamás estaría atado a nadie porque según él, se consideraba un “caballo salvaje”.
Por otro lado, Brigitte a pesar de ser una mujer de esbelto semblante, seguía perdiendo su tiempo con él, rechazando a posibles parejas. Su belleza siempre irradiaba con todos los hombres ya que, era una linda pelinegra, muy delgada, casi como de unos 50 kilos a pesar de medir un metro setenta, su color de piel era olivácea, de hermosos ojos marrones como todos los Vanderbilt, con rasgos mediterráneos. Da la casualidad de que todos los Vanderbilt incluyendo Jesse, el mejor amigo y socio de Ricky, no eran los típicos caucásicos millonarios, más bien, si los veías a simple vista, parecían sacados de una telenovela latina.
A su vez, Brigitte pensaba que como hasta ahora ella era la única mujer con quien él había estado por más tiempo, tenía la idea que él y ella eran almas gemelas. Asi que, a pesar de haber estado meses separados, aun lo seguía buscando porque no se daba por vencida. Entonces, aquel aristócrata al escuchar que su ex Brigitte estaba en la fiesta, su humor cambió porque para él esa mujer era como un grano en el trasero. No sabía cómo quitársela de encima y hasta ahora decentemente le había dicho todo lo posible para que lo dejara en paz, pero la pelinegra aun continuaba con su supuesta reconquista.
—¡Insistiré hasta que él caiga rendido ante mis pies, ninguna mujer lo querrá como yo y es obvio que él no deseará a ninguna otra como me quiso a mi porque duramos casi un año juntos. Sé que él se dará cuenta de eso muy pronto y lo tomará en cuenta. No me rendiré. Tal vez, nos separamos por un tiempo porque lo obligué a casarse y a lo mejor no estaba listo, pero yo sé que Alexander me ama! —Era lo que siempre le decía Brigitte a toda su familia y sus amistades.
Asi pues, que Alexander dejó a la rubia Ivanka junto con Jesse el primo segundo de Brigitte y se fue hasta su encuentro para una vez más decirle que por favor se alejara y que no lo buscara más. Luego, al ya estar frente a ella, la mujer lo veía con ojos brillantes y abrió sus brazos para darle un gran abrazo.
—¡Ricky, mi amor! —Asi llamaban a Alexander de cariño, debido a que ese fue el primer nombre que le puso su madre cuando estaba pequeño, pero como tradición familiar, de parte de la familia de su padre, le cambiaron el nombre a Alexander, por ser el primogénito de su padre Henry.
Alexander en ese mismo instante, con su rostro molesto, con disimulo detuvo aquel abrazo de esa mujer y en voz baja le dijo:
—¡No me llames así, ya no somos nada!
—¡Pero me encantaba llamarte así, cuando hacíamos el amor!
Luego, él la tomó del brazo con disimulo y se la llevaba para otro sitio más privado porque a la pelinegra le encantaba dar escándalos y Alexander odiaba las discusiones. Esa era una de las razones a parte de su miedo a contraer matrimonio por la que dejó a la pelinegra. Entonces, él caminando junto con ella, le susurró:
—La verdad no entiendo tu afán de ir a todos lados a donde yo estoy para fastidiarme.
—Pues porque vine a felicitarte mi amor—contestó ella entrando a un lujoso salón decorado con muchos adornos de caballos—. Sé que no somos nada pero por lo menos una felicitación lo pueden hacer hasta los amigos más lejanos.
Luego, el hombre cerró la puerta, y mirando a Brigitte fijamente con mucha altivez, con aquellos impactantes ojos verdes le respondió:
—Oye, la verdad me tienes harto, ¿Hasta cuándo seguirás con este circo?
—Hasta que vuelvas conmigo. Sé que no amarás a ninguna mujer como me quisiste a mí. Duramos casi un año juntos y eso es un indicativo que si me amas. Y como siempre te digo, sé que te presioné para casarnos pero ya enmendé mi error. —Se acercó más a él y al estar a pocos centímetros de él alzó su mirada y poniendo sus manos sobre la cintura del hombre continuó —Sé que esta mañana estuviste con una mujer pero sé que ninguna te dará una buena mamada como yo lo hacía y tampoco sabrá lo que más te gusta tanto en la cama, como tus gustos personales.
En ese instante, Alexander con su mirada hacia ella, soltó una pequeña risilla burlona.
—Jajaja, ¿te crees muy especial porque te la tragabas toda? he tenido mejores Brigitte—Le quitó las manos de encima de manera sutil—.Te pido amablemente que te alejes de mí, o si no tendré que llevarte con la policía y ponerte una orden de restricción. Me he abstenido de hacerlo porque nuestros padres aún mantienen relaciones y quiero evitar un escándalo.
Brigitte sabía que Alexander era un hombre de mucho prestigio, debido a su fama en el mundo hípico y a su vez, poseía mucho dinero, así que, el ser su esposa elevaría más su estatus, sumado a que el hombre también poseía un título de vizconde heredado por su tatarabuela. Es por eso, que la mujer no se daba por vencida con el casi treintañero. Entonces, ella al escuchar que el aristócrata le iba a poner una orden de restricción, enseguida se arrodilló ante él.
—¡No puedes hacerlo Ricky mi amor! —Se agarró fuertemente del pantalón del hombre.
—¡Levántate, ¿estas loca? —dijo Alexander tomando a la desesperada mujer de los brazos pero ella seguía de rodillas.
—¡No, no me voy a levantar! —Gritaba aun agarrándole el pantalón — ¡Yo te amo y sé que tú también me amas. Hasta ahora has tenido puras aventuras pero no una novia de verdad como lo estuviste conmigo; asi que, sé que aún me amas!
Alexander harto de los dramas innecesarios de Brigitte, no le quedó más remedio que usar su fuerza y levantarla siendo algo brusco. Y tomándola de sus brazos, mirándola con mucho enojo, apretando sus dientes le decía con mucha rabia:
—¡Te dije que te levantaras y que me dejaras en paz! ¡Hasta ahora he sido un caballero contigo, pero me estás colmando la paciencia desde hace meses, pidiéndome que volvamos cuando te he dicho en innumerables ocasiones que no quiero nada!
Ella sintiendo que el hombre con sus manos apretaba muy fuerte sus brazos, con voz adolorida le reclamaba:
—¡Alexander, me lastimas!
—Lo sé, y es para que entiendas que ya no quiero nada contigo.
—¡Pero no has tenido novia desde entonces!
—¡Ahh! ¿Sigues tu con eso?
—¡Si, porque sé que me amas!
El aristócrata desesperado por deshacerse de esa mujer que le fastidiaba tanto su existencia, se acordó de Ivanka en ese mismo instante, y como se sentía un poco atraído por ella desde hace tiempo, le dijo lo siguiente a Brigitte sin pensarlo muy bien:
—Pues fíjate que tengo novia. La mujer con quien me fui esta mañana no era ninguna aventura, es mi nueva novia. Se llama… Ivanka y…me… me gusta mucho.
—¿Ivanka? —preguntó ella muy desconcertada.
—Si, asi se llama.
Luego, él estando muy ansioso, se dijo en pensamientos:
«¿Qué demonios dije? Acabo de amenazar a la tal Ivanka que la iba a meter presa ¿y ahora ando inventando que es mi novia?, pero bueno, con tal de quitarme a esta garrapata de varios meses de encima a lo mejor se quedará tranquila»
—Ivanka… ese nombre me parece que es ruso. —Lo miró entrecerrando sus ojos con una expresión de asco en su rostro —¿Te metiste con una prostituta rusa Alexander? ¿Me dejaste a mí, que soy una mujer de alto estrato social por una simple prostituta rusa?
—No es una prostituta, es una doctora veterinaria.
—¡Eso seguro es mentira!
Se soltó del agarre de Alexander y prosiguió:
—¡Debo conocer a esa perra ¿está aquí?
Alexander mirando que la alterada Brigitte iba hacia la puerta, le gritaba:
—¿A donde vas? ¡Ven aqui!
Nota de la autora Lily.
Ay Alexander, amarra a tu loca o garrapata como dices tu. ¿Será que le hace un escandalo? veamoslo en el siguiente episodio.