CAPITULO 5. DESPERTAR

3050 Words
Dolor, que puto dolor siento! Dios mío, que dolor tan agudo! Como si fuera una película de terror donde la protagonista se despierta después de que fue golpeada por el asesino poco a poco abro los ojos. Y lo primero que siento es el incisivo y agonizante dolor que me recorre la cabeza en círculos. "aaaaaaayyyyyy!" Exclamo intentando llevar mis manos a mis heridas porque siento que la cabeza va a explotarme! "Hasta que por fin despiertas estúpida." Las palabras gentiles de mi amiga Ericka me hacen girar la cabeza para tratar de ubicarla. Tarea inútil pues veo borroso. El solo hecho de girar la cabeza me duele. parpadear duele. Hasta las putas raíces del cabello me duelen dios santo! "Entre tú y tu dichoso niño me van a matar de los corajes y sustos que me han hecho pasar!" "No me vuelvo diabética porque tomo muchos suplementos de nuestra línea alimenticia..." "Pero si no..." "Ya estaría en coma diabético!" "Pero que carajos te pasó idiota?" "De pronto enloqueciste Hanna, te volviste loca, loca de remate!" Intento mover mi mano para decirle Ericka que baje el volumen de sus gritos, pues la cabeza me pulsa con cada latido del corazón. "Callate ya Ericka, dime que pasó." Como puedo susurro. Mi amiga se levanta de la silla donde estaba sentada hace solo un segundo. Se pasea como fiera enjaulada por la habitación de hospital donde estoy. "Que me calle y que te diga que pasó?" "No me vengas ahora con cuentitos de novela barata de que perdiste la memoria estúpida!" "Porque si ese es el caso te prometo que te quito todo Hanna!" "Tu casa, al Kristoff que te andas cogiendo, tu camioneta y de paso a Leo porque yo si lo quiero bien no como tú!" Cierro los ojos porque no soporto la intensidad de las luces artificiales de esta blanquísima habitación de hospital. Con calma le digo con voz más alta. "Mira idiota también te quiero y se que estás enojada en este momento." "Pero lo que quiero saber es porque me duele tanto la cabeza y como llegué aquí." "Eso quiero saber." Ericka resopla furiosa pero al menos tiene la amabilidad de responderme. "Cuando te volviste rematadamente loca gritando en la calle todos tus pesares..." "Te desmayaste." "Te golpeaste muy fuerte la cabeza y obviamente tuvieron que suturarte en dos lugares de tu cabezota." "Porque del impacto te abriste la frente y la cabeza." "De verdad que me arrepiento de haber venido este día!" "Te hubiera dejado morir sola!" "Me diste un susto de mierda mujer, no lo vuelvas a hacer por favor...." Las lágrimas de mi amiga caen sobre mi cuando me abraza. A pesar de todas las groserías que me diga y de lo rudo que me hable, se que Ericka está verdaderamente asustada debido a mi arranque de locura. Jamás me había desmayado antes. Está vez sentí que las presiones del accidente de Leo, lo que pasó con Marlene, sus papás, la nena... Siento que todo fue mi culpa. Y fue demasiada culpa para que pudiera manejarla, por lo que algo dentro de mí se apagó llevándome a un desmayo. Abrazo fuerte a Ericka con un brazo porque con el otro me trato de tocar la cabeza pues aún tengo los ojos cerrados. Otra cosa más que hice mal. Una persona más que sufre por mi culpa. Siento como si una maldición pesara sobre mi porque todos los que quiero sufren por mi maldita culpa. Hago acopio de mis fuerzas y abro los ojos dejándome de debilidades estúpidas y abrazo a Ericka que llora descontroladamente abrazandome. "Perdoname Ericka, no quería asustarte, jamás lo volveré a hacer..." "Pero es que todo me superó." "La noticia del accidente de los papás de Leo, el de Leo..." "Ericka, casi se muere por mi culpa!" "La familia entera de Marlene murió también." "Lamento todo esto, de verdad." Ambas nos damos permiso de llorar. Desahogamo nuestras penas, pues a ambas nos duele. Pero en especial a mi. Ericka también quiere mucho a Leo, me consta. Pero yo adoro a este niño. Es mi vida entera, en eso lo convertí. Leo es mi mayor proyecto, mi prioridad, mi orgullo y alegría. Razón por la cual quería lo mejor para Él. Y pensé que esto sería lo mejor, pero solo terminó en tragedia todo. Si Leo despierta bien y puede perdonarme haré lo que quiera... Incluso desaparecer de su vida si me lo pide. Dolerá y mucho. Horrores me dolerá, pero prefiero verlo vivir feliz lejos de mí que triste y deprimido a mi lado. El tiempo pasa, el dolor de cabeza aminora al grado de que puedo abrir los ojos a pesar de que mis lágrimas caen sin cesar. Hacía tanto que no lloraba pues me había ordenado a mi misma no volver a llorar nunca más. Ya no quería demostrar ante nadie esa debilidad Ni siquiera ante Ericka había llorado nunca. Ahora parece que las dos nos vaciaremos por los ojos. No se cuanto tiempo después Ericka se levanta y ahora si puedo mirarla a los ojos rojos e hinchados. Las dos sufrimos a diferentes niveles, las dos aún sollozamos. Las dos estamos hechas unas lloronas patéticas. "En todo el tiempo que te conozco nunca te había visto llorar..." Apunta ciertamente Ericka y arrastrando las palabras contesto. "Tu sabes que no me gusta llorar, lo evito a toda costa." "Pero esto es excepcional, esto si amerita llorar y mucho." Ericka me da unos pañuelos desechables para limpiarme. Ella también se limpia las mejillas, la nariz y los ojos. Sus ojos rojos me indican que debo de tenerlos igual de rojos e hinchados que ella. Intento levantarme porque ya no quiero estar semi recargada en esta incomoda cama blanca de hospital. "Levántate con cuidado." "Te traeré un batido para el dolor de cabeza y otro para que te recuperes rápido." Siento su mano que me ayuda a incorporarme y poder descender de esta cama de hospital. El espejo no es amable conmigo. Nunca en toda mi vida me he considerado una belleza, pero ahora de verdad que estoy horrorosa. Tengo un vendaje alrededor de mi cabeza. Puntos de sutura casi arriba de mi ceja derecha que se ven bastante grotescos. Tengo los ojos hinchados y rojos por llorar como una magdalena por lo que ahora parezco un adefesio horrible. Por si fuera poco no me he maquillado... Y el maquillaje si que hace milagros para mi! Poco a poco camino para salir del baño. Ericka ya está sentada con la cabeza agachada retociendose las manos. Ese gesto es característico en ella y demuestra que algo le molesta o le preocupa. "Ahora que pasa?" Camino pasito a pasito hasta llegar a ella. Ericka no levanta la cara para verme por lo que tengo que insistir. "Ericka, dime que pasa, algo malo de nuevo?" Ericka sigue retorciéndose las manos y suelta el aire que tenía contenido en sus pulmones para preguntarme. "Antes dime, como te sientes?" Pregunta mi amiga. Del asco, como más podría sentirme? Me siento enferma, destruida, culpable, triste, preocupada, adolorida, culpable de nuevo, abatida, molesta... Ya mencioné culpable? "Mejor, porque?" Miento porque si le digo la verdad de como me siento no me dirá nada. "Leo despertó." "Que?" El dolor me agobia por haber casi gritado pero esa es una buena noticia! Mi niño, a pesar de que casi se muere ya despertó! Pero... Como le diré ahora todo lo que pasó? Como podrá enfrentar la perdida de su esposa, su hija y sus suegros? Leo mi niño no tiene más familia, solo la que comenzó Él solo. Bueno con ayuda de los papás de Marlene y mía, incluso de la misma Marlene también, pero ahora... Ahora que pasará? Me echara la culpa Leo de todo? Me culpará de que no le pagué a un chofer u otro medio de transporte más eficiente? Maldición, ahora no quiero verlo ahora. No tengo el suficiente valor. Como si Erika pudiera leerme la mente, que de hecho lo hace porque hemos estado juntas más de veinte años, me dice. "Despertó por un momento." "Solo abrió los ojos, eso me dijeron los doctores." "Aunque inmediatamente se volvió a dormir, no te asustes." Bueno al menos es una buena señal. "Vamos, quiero estar con mi niño." "Ericka, podrías traerme ropa y mi cosmetiquera por favor?" "No quiero darle un susto que haga que se le pare el corazón de nuevo a Leo si es que despierta y me ve a su lado." Ericka se ríe de mi comentario antes de decirme que si. Ella me comenta que regresara en una hora, pues ella también quiere ir a la casa para darse una ducha y cambiarse de ropa. "Este día fue muy largo persiguiéndote Hanna." "Para después verte aterrizar en el suelo..." "Lo más horrible fue el sonido de tu cabeza estrellándose en el pavimento..." "Me diste un susto de muerte mala amiga." Ericka se encamina a la salida del hospital mientras sigue recriminandome mis malos actos. Cuando ya no puedo verla camino despacito a la habitación de Leo. Los recuerdos y el dolor me invaden por lo que me reclino hacia atrás de el sillón que está en su habitación para poder cerrar los ojos. Necesito descansar. Tengo miedo. Tiemblo de miedo. No se que sucederá cuando Leo despierte. No sé cómo reaccionara cuando le diga el porque está ahí y porque siente tanto dolor. Me da miedo explicarle lo del accidente. Aunque solo tiene algunos golpes fuertes y aparentemente ninguna costilla rota o hueso roto, si está muy golpeado su cuerpo de niño. Niño... Se que no es un niño, pero yo lo considero de ese modo. Tiene treinta años ya. Treinta años. Es un hombre en toda la extensión de la palabra. Un hombre que me enorgullece como la mamá gallina que me siento cuando estoy a su lado. Un hombre que embarazó aunque fuera con ayuda de un afrodisíaco a una joven de su edad. Un hombre que ya era padre y tenía una joven esposa. Un hombre que ahora es viudo y su nena esta en el cielo con su mamá. Trato de acallar todos los pensamientos que corren como caballos desbocados en mi mente torturándome, matándome lentamente, haciéndome tanto daño. Oigo pasos que entran en la habitación, por lo que abro los ojos y trato de levantarme lo más despacio posible o me dolerá de nuevo la cabeza. "Señora Hanna necesitamos revisarla, por favor venga conmigo." La enfermera me ayuda para levantarme. Lo hago como si estuviera embarazada, por lo que suelto una risita infantil cuando hago esa comparación. Primero muerta que estar embarazada de nuevo. La enfermera me toma del brazo y camino con ella lentamente a la otra habitación donde desperté hace un rato y no solo hay un medico ahí sino dos. Una doctora se me acerca y me sonríe para presentarse. "Señora Hanna, soy la psicóloga Brenda y tanto el doctor Lecona como yo queremos revisar su estado." Mi estado. No estoy embarazada, por lo que a revisar "mi estado" se referirá a que si estoy loca? "De acuerdo." Es lo único que sale de mi boca y me siento con cuidado ayudada de la enfermera que se queda a mi lado para quitarme el vendaje de la cabeza. Los tres me miran como un bicho raro. Me piden que mueva la cabeza de un lado, del otro. Me hace que diga mi nombre completo, edad, si se la fecha del día de hoy. Si puedo tragar saliva. Si puedo tocarme la nariz con un dedo. "A ver intente abrir y cerrar los ojos." Me dice el doctor Lecona sin verme. "Y esto es para todos los pacientes que se desmayan en la calle?" Pregunto cuando me harto de hacer tantas pruebas estúpidas. "No, la verdad es que nunca les hacemos estas pruebas a pacientes que se desmayan." "Pero en su caso, su amiga nos dijo que sufrió un colapso nervioso y por eso se había desmayado." Responde el doctor Lecona. "Señora Hanna, ahora que vemos que las molestias son solo por el dolor de la caída y las suturas..." "Tenemos que pasar a revisar su salud mental." Me dice Brenda, la psicóloga guapa y joven mientras que sigue revisando mis ojos con esa mini lamparita que usan todos los doctores para revisarte. La enfermera me vuelve a colocar el vendaje en la cabeza. Me unta algo en la sutura que me duele para después retirarse dejándome solo con los médicos. "Que quieren saber?" "Si estoy loca de remate?" "Si ya perdí la cabeza completamente?" "Si ya se me murieron todas las neurona en mi cerebro debido a la presión tan fuerte que tuve?" "O que le di un cabezazo al suelo cuando me estrelle contra el?" Pregunto tratando de hacerme la simpática pero parece que no tuve suerte pues ambos me miran serios. "No señora Hanna, solo queremos revisar su salud mental." "Aunque tiene razón, la enorme presión y dolor que le causa el accidente de su amigo puede ser una causante..." "En algunos familiares o amigos es normal que se sientan de pronto angustiados, ansiosos y desencadenen cuadros de depresión, soledad, ira, violencia, suicidio..." "En su caso específico nos preocupa que pueda desarrollar alguna de esas patologías." "Por lo que queremos ayudarla y saber cómo apoyarla a superar este trauma que ya le está pasando factura." Y me está cobrando de más la vida. Esta factura si que es muy costosa. Y eso que nunca he hecho el mal a nadie. En serio, ni una sola vez. No soy del tipo de persona que va por la vida maldiciendo a todos. Bueno solo a ese estúpido lo maldecía miles de veces al día pero se lo merecía. Cuando supe que había fallecido lo perdone y me perdone a mi misma. Solo en ese momento dejé de maldecirlo. Pero nunca he matado a nadie. Nunca he lastimado a nadie. Tampoco he provocado disputas ni riñas. No le he quitado el novio a nadie. Ni he hablado mal de nadie a sus espaldas. Soy buena gente, se los juro, pero he tenido mala suerte, si eso si. "Cuando era joven tuve un episodio..." "Digamos más traumático que por el que acabo de atravesar." "Por lo que sin ayuda de nadie pude salir adelante y construirme una autoestima alta." "Porque nadie más me quería, por lo que tuve que forzarme a quererme y sanar..." Hablo como robot pero no me importa. "Esta situación con Leonardo me superó porque también me enteré hoy que los papás de su esposa fallecida tambien fallecieron." "El auto donde viajaban se fue a un barranco en la carretera." "Fue un accidente como el que Leonardo sufrió recientemente y en el cual su esposa y su nena de cinco años fallecieron." "Me siento mal debido a toda la funesta situación." "Pero no por eso me suicidareé." "No tengo acceso de furia para golpear a las personas." "Tampoco volveré a desmayarme, por que la impresión de la noticia ya pasó." "Lo único que me interesa es que Leonardo despierte y podamos saber si se recuperará o no." "Pero lo importante aquí es que despierte." "Aunque mi amiga me comentó que un médico observó que abrió un momento los ojos para cerrarlos después y volver a dormir." Los médicos me miran en silencio. "Así es." "Otro compañero pudo percatarse de que el paciente Leonardo abrió los ojos unos segundos para cerrarlos después." "Pero no sabemos si ese fue un reflejo o si de verdad despertó." El dolor de nuevo regresa, por lo que me llevo la mano a la cabeza para tratar de aminorarlo. "En cuanto a lo que nos ha dicho, la felicito porque sin ayuda aprendió a amarse." "La autoestima propia debería enseñarse desde la infancia." "Pero nadie nos enseña a veces ni nuestros propios padres." Mucha verdad dice esta doctora, mucha verdad. "Comprenderá que en el tiempo que Leonardo permanezca internado en el hospital la vigilaremos también tanto o más como Él." "No podemos exponernos a que pueda causarle otro problema al paciente." Trato de mover la cabeza para asentir, pero no puedo por lo que susurro un "si" a secas. "De acuerdo señora Hanna, hemos concluido por el día de hoy." "Mañana también la revisaremos." "Por el momento no tiene permitido conducir ni manejar maquinaría pesada." Como me gustaría reír del chiste pero no puedo. "De acuerdo doctora Brenda, gracias a ambos." Me levanto. Los tres salimos de la habitación para regresar a nuestros lugares. Yo al lado de Leo y ellos no se adonde van. Cuando regreso a su lado para sentarme de nuevo puedo ver su carita y sin evitarlo se la acaricio. Debe tener mucho dolor, creo yo. "Descansa mi niño, todo está bien." "No te preocupes por nada, todo se resolverá." "Y no importa si tu me matas o me odias o te alejas." "Todo será mejor si lo haces tú, pero tienes que despertar me oíste?" "Tienes que despertar." "Por favor, regresa a mi." "Se feliz, conmigo o sin mi pero se feliz, Leo." "Es lo único que pido." "Te quiero tanto mi niño, tanto..." "Me daba miedo reconocerlo antes, por eso es que nunca te lo dije..." "Pero te amo también." "Al igual que tú no se cuando pasó pero también me enamoré de tí sin querer." "Pero se que es una puta locura." "Se que no está bien, eres demasiado joven para mí." "Si fuera al reves..." "Que tu fueras mayor que yo, no habría problema, se vería bien." "Pero soy consciente de que no es así..." "No quiero que sufras y te arrepientas con el pasar de los años." "No soy tan joven y tampoco me considero hermosa." Mis lágrimas me inundan de nuevo pero valen la pena. Estoy abriendo por primera vez mi corazón para curarme de este dolor escondido. "Pero no puede ser." "Es inmoral amarte." "Eres mi niño hermoso, por eso ahora que estás dormido puedo decirte esto sin miedo." "Te amo Leonardo." "Te amo demasiado como para querer lo mejor para ti." "Y definitivamente no soy lo mejor para ti." De pronto siento un movimiento en su mano. Cuando levanto los ojos par ver si rostro tiene los ojos abiertos mirándome fijamente! ***By Liliana Situ**** Valoro mucho tu opinión.
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