Evan Short

1060 Words
“Si no pierdes, no puedes disfrutar de las victorias” - Rafael Nadal - ----------***************----------- Evan Short, Único hijo de Stephen Short y Melany Carpenter. Ambos siendo muy jóvenes formaron una relación, la cual más que eso era una unión basada en lujos y excesos por parte de ambos valiéndose del alto estrato social que mantenían, pero toda esta vida cambió cuando llego su hijo Evan, aunque este cambio solo se produjo por parte de Stephen, su esposa Melany por otro lado a pesar de estar embarazada continuaba con su vida de vicios y sexualidad desviada, ya que en el tiempo que no estaba su esposo mantenía relaciones extramaritales, tanto con hombres como con mujeres. Hechos que llevaron a desequilibrar la relación y producto de esto se llevara a cabo el divorcio, proceso que término antes de que esta diera a luz. Pese a ello Melany exigió la custodia completa, esto con el fin de recibir la sustanciosa pensión alimentaria que su ex esposo accedió en pagar. La personalidad de Melany era la de una mujer codiciosa, lujuriosa y egocéntrica, para ella el único ser importante era su persona. Pese a esto su hijo Evan desde pequeño sufrió el desinterés y menosprecio de su parte, conllevando a no estar al pendiente de sus cuidados como debía de ser y por ello dejaba esta responsabilidad a las niñeras encargadas. Siendo una suma cuantiosa la que recibía como pensión para su hijo, extraía un porcentaje para sus vicios y vida libertina que aun siendo madre llevaba. Al pasar lo años, sus hábitos y malos comportamientos no cesaban, de tal manera que esto afectaba emocionalmente a su hijo, el cual debido a esto fue desarrollando desagrado y desapego por ella. A la edad de diecinueve años, para Evan la perspectiva de una pareja era irrelevante. Aunado a eso el ver de cerca la cantidad de parejas sexuales que su madre mantenía lo decepcionaba completamente. En una ocasión mientras volvía de la universidad se llevó la sorpresa de presenciar un acto s****l de esta con otra mujer en plena sala de estar, hecho que no le extraño, pero tampoco le agrado en lo absoluto. Al pasar los años y este tener veintidós, una mañana como las que suele tener se levantó malhumorado, con solo llevar puesta la ropa interior se dirigió de esta manera a la habitación de su madre. Habiendo llegado a la puerta toco tan fuerte que está casi se desploma de lo agresivo que era su toque. —¡Madre! te recuerdo que duermo y tus malditos gritos y gemidos no me dejan dormir —dicho esto continuaba golpeando la puerta hasta que esta se abrió. —¿Que carajos te pasa? ¿No respetas a tu madre? —Tú no sabes que significa esa palabra y dile a tu amigo o amiga que le paren, quiero dormir una hora más y por tu causa no lo estoy logrando —Pues lo siento, será así hasta que Rachel y Jack se marchen. —Estas completamente fuera de sí ¿lo sabes? —Y tú eres un amargado, necesitas sexo, cariño. Justo al decir esto la chica llamada Rachel hizo acto de presencia. —Ven Evan, solo seremos tú y yo mientras tu madre lo hace con mi novio. Ante semejante comentario, Evan se giró y con una mueca en el rostro que reflejaba su enfado volvió a la habitación. Horas más tarde mientras desayunaba, de nueva esa chica aparecía, aproximándose e insistiendo con el mismo tema. —Como sea que te llames, no me interesa follar contigo, mucho menos después de imaginarte con mi madre, ambas son de lo peor —contesté para dejar la comida a medias y retirarme del lugar. Aunque estudiaba Licenciatura en Artes Visuales para tener mayor conocimiento en fotografía, curso que había hecho previamente, no dejaba de sentirme mal y un completo perdedor por no haber logrado una de mis metas a nivel artístico como lo era la actuación. Según la lógica de los diferentes lugares donde estuve postulándome para intentar serlo, siempre me enfatizaban que no era lo suficiente apuesto ni atlético para desempeñar papeles, por tal motivo desde mi primer rechazo me propuse estar lo mejor posible físicamente. No obstante, las negativas continuaron y por ello deje de intentarlo. Para mí esto que pasó era un fracaso, una pérdida irremediable que aunque me empecinara en verlo de otra manera no le encontraba otra visión. El recordar este tipo de situaciones me llevó a pensar en mi primo Sam, el cual al igual que yo también quiso ser actor, con la diferencia de que pudo lograrlo. A pesar de tener eso en común, ambos nos diferenciamos, diría que él es mi enemigo, mi némesis desde que tengo uso de razón. Desde muy pequeño somos rivales por el simple hecho de que quiera ser superior a mí. El motivo se debe a que desde su perspectiva sus padres y su vida siempre ha sido perfecta, algo de lo cual dudo, nada en este mundo es perfecto. Los años continuarán transcurriendo y con ello pude lograr grandes cosas, entre estas, entraba el hecho de que pude adquirir una propiedad, misma que se encontraba ubicado en Atherton, lugar situado en el condado de San Mateo del estado de California. Para mí más que un hogar era mi refugio lejos de mi madre y su desastre de vida, lo cual sin saberlo y haberme percatado había adoptado algunos hábitos suyos a mi estilo de vida. Fueron tales las consecuencias que mis experiencias sexuales eran fortuitas, no me importaba conocer con detalle a las mujeres que llevaba a la cama, lo importante para mí era que a la mañana siguiente no estuvieran, ni dejaran rastro alguno. Debido a mí gran desempeño en la fotografía acumulaba cuantiosas sumas de dinero que me brindaban una calidad de vida como nunca creí tener. Diría que para mí todo marchaba bien, vivía en un grandioso lugar, tenía sexo con quien me placía y no tenía responsabilidades con nadie. Con ese pensamiento en mente disfrutaba cada día de mi vida, hasta que algo desestructuro todo y esto como siempre venia en gran parte de la mano de mi madre, misma que en ocasiones aparecía para sacarme dinero, aunque algunas veces al no lograr ese propósito terminaba hurtando varias de mis pertenencias de mejor valor.
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