Viena Risha, Primero
“Tienes que hacer las cosas que crees que no puedes hacer
- Eleonor Roosevelt”-
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Viena Risha, una de las hijas menores de la familia Risha, su nombre fue colocado por sus padres como un tributo a su país natal, Austria. Siendo una de las últimas, esta tenía grandes privilegios como salir a distintas festividades a las que era invitada, usar atuendos y autos costosos a muy temprana edad. Aunado a esto, el ser sensualmente hermosa, de ojos negros como la noche, cabellera castaña y un magnifico aspecto físico la convertía en una de las chicas destacables de la universidad donde estudiaba para forjarse como periodista. Toda esta atención desmedida, conjugada con el hecho de que sus padres eran una pareja modelo en todos los sentidos ante la sociedad la hizo llevar a tener una infinidad de comportamientos y actitudes negativas. Era de tal forma ya que ante la familia tenía una personalidad de la clásica joven amable y cortes que aparenta ser de buenos modales con el resto, sin embargo, en la realidad era otra persona totalmente diferente. Insultaba, amedrentaba y hostigaba de manera verbal y psicológica a algunos de sus compañeros de clase, especialmente a becados que no tenían el mismo estrato social, incluyendo chicas con sobrepeso y aquellos que no se observaban agraciados como ella.
Viena, con tan solo veintidós años tenía tal comportamiento sin llegar a ocasionarle consecuencias, hasta el punto que pensó que lo que hacía era lo correcto, pensamiento que apoyaba su clan de amigos que al igual que ella coincidían en todo esto como un comportamiento normal. A pesar de toda la fachada de chica hermosa que tenía albergaba inseguridades en su interior; mismas que eran conllevadas por no ser brillante a nivel académico lo cual la llevaba a pensar que no tenía otra manera de resaltar que no fuese por su galanura. Estas y otras debilidades, además de ser bulímica para mantener su despampanante figura las ocultaba muy bien del resto. Sin embargo, como todo lo que producimos genera consecuencias de acuerdo a nuestros actos, para Viena con el paso del tiempo no sería la excepción. La lección de vida que tendría la marcaría de tal forma que la haría ver todo de manera distinta.
Esa tarde me alistaba para una noche que sería inolvidable, mi novio aprovecharía que sus padres estaban ausentes para realizar un festejo en la enorme propiedad que poseen, lugar maravilloso ya que es otro de los vecindarios de lujo que alberga Malibu. Me asegure de ir vestida lo mejor posible, así como haber realizado previamente mi ritual en el que llevo a cabo el uso de laxantes para mantenerme en forma. No me importaba que me dijeran que soy superficial y que solo me interesa mi físico, total, es algo que no es falso, meramente por mi galanura destaco ante todos.
Mis padres sabiendo mi círculo social no me imponían reglas como a mis hermanas, por ello sin dar muchas explicaciones tome mi auto y me dirigí a mi destino. Habiendo llegado ubique mi vehículo y fui dirigida por una de las domesticas hasta donde estaban los invitados.
Todos disfrutaban del clima bajo la enorme piscina que albergaba el jardín. Mi novio Bryant por su parte, se encontraba en compañía de uno de nuestros amigos, en ello, me pareció extraño que no hubieran casi chicas en comparación de la cantidad de hombres que habían y seguían llegando, hecho que no le tome importancia y solo me aproxime hacia él.
—Bryant, cariño —referí para aproximarme y besarlo como suelo hacer, pero ante esto me evito y solo me indicaba que tomara asiento.
—¿Sucede algo?
—No, solo que estoy hablando y no me agrada lo que haces delante de mis amigos.
Lo que refería me pareció confuso ya que a algunos los conocía, en especial a Hans, con el que charlaba. Debido a esa especie de orden estuve esperando por él media hora aproximadamente, en ese transcurso de tiempo algo que ocurría llamaba mi atención. Preciso algunas chicas de la universidad que no son para nada agraciadas estaban llegando. No entendía que ocurría, por ello me levante y fui hasta donde habían tomado asiento.
—¿Que hacen aquí semejantes adefesios?! Vamos, expliquen. En medio de esa pregunta, mi novio se ubicó a mi lado y me miro enfadado.
—¿Qué haces, Viena?
—Exigiéndoles una explicación de porqué están aquí, solo míralas, son horribles —basto decir esto para que me tomara el brazo con mucha brusquedad y me llevara a otro lugar.
—¡Ahhh, Bryant! Me lastimas, ¿Qué te sucede?
—Me sucede que dejes de pedir explicaciones, no es tu fiesta y tú solo eres mi novia.
—¿Se puede saber porque me estas tratando así? siempre me has tratado de maravilla, diría que estos tres meses que llevamos…
—¡Cállate, Viena! Estoy harto de ti. Deja de preguntar, se para que las invite, así que limítate a beber y a tratarme como se debe.
Ante este raro comportamiento me dejaba evidente que su personalidad no era la misma, comprendía que en ocasiones actuaba de esta manera y luego se disculpaba, pero pasaba con tanta frecuencia que dejaba en evidencia que tal vez era su forma de ser.
A pesar de lo sucedido tampoco di importancia a esto porque era un chico que me atraía mucho, a parte, a nivel s****l era increíble, me sentía satisfecha a su lado a pesar de sus repentinos malos tratos.
Horas más tarde se hizo presente la noche y con ello las bebidas no cesaron así como algunas sustancias que varios del lugar consumían. Nunca había experimentado inyectarme estupefacientes, pero, ante la insistencia de mi novio para que estuviéramos en la misma sintonía lo hice, a parte del cigarrillo que compartía conmigo. Diría que no era adicta a la nicotina, pero estando con él debía ajustarme a su manera de ser, por ello bebía, fumaba e incluso me drogaba para estar a la par. En ocasiones anteriores me desmayaba y olvidaba que sucedía, pero esta vez me mantuve y seguí consciente.
Estando bajo los efectos de las diferentes sustancias que estaban en mi organismo percibía la música mucho más alta, incluso llegaba a sentir como algunos hombres me tocaban mientras bailaba. Creí que Bryant estaría conmigo como solía hacerlo, pero no fue así, giraba la cabeza en tantas direcciones buscándolo, pero no lo encontraba, era como si de un momento a otro se hubiese esfumado. Me sentía tan mareada que tuve que tomar asiento en compañía de algunos amigos. Debido a ello supe que esa noche harían una especie de ritual por así decirlo, por tal motivo comencé a preguntar insistentemente a Hans y a Briggett, quienes estaban tan descontrolados que casi mantenían el acto s****l en una de las mesas.
—No es ritual con velas y ese tipo de cosas, Viena, sino algo que entre todos les pareció buena idea —respondió Hans.
—Pero, ¿de qué se trata? Dame más detalles.
—Lo siento, no puedo decir más… averígualo tú misma —respondió para beber de su copa y en un estado eufórico se marchó con Briggett a otra zona.
En vista de que estaba muy mareada y todo daba vueltas en mi cabeza no supe quién me tomo de la mano y me llevo a una de las habitaciones de arriba. Dada la obscuridad del lugar no pude apreciar de quien se trataba, pero pensando que podría ser mi novio me deje llevar por sus actos.
Al momento de percibir como me desvestía para luego sentir como se adentraba en mi supe que no era Bryant, el pene que tenía dentro era mucho más rústico y no era para nada cuidadoso, por tal razón intente alejarme, pero con ello solo recibía agresiones de esa persona que no podía reconocer. Poseía tal fuerza que lo comprobé cuando giro mi cuerpo para profundizar en otra zona de él. No percibí dolor debido a las sustancias que tenía en mi organismo, aun así todo fue tan agresivo que de un momento a otro quede inconsciente…
Sin saber cuánto tiempo había transcurrido despertaba en medio de llantos y algunos gritos que me preocuparon, ante esto intente levantarme de donde estaba, en ello me percataba de como sangre corría por mi entrepierna, aunado a eso el dolor que experimentaba en ambos orificios de mi cuerpo era un sentir meramente incómodo.
Divise un bate que había en el lugar y con el pude sostenerme. Estando de pie me aproxime lentamente hacia la puerta, comprobando con esto que el sujeto que estuvo conmigo se había marchado. Era fatal mi sentir en ese momento, había sido ultrajada por alguien que ni siquiera pude reconocer y que me dejo completamente expuesta, aunado a ello la serie de moretones que había dejado estampados en mi piel dejaba evidente su maltrato hacia mi persona. Pese a las dolencias y a que estaba muy lastimada, mi andar era muy pausado, aun así pude llegar hasta donde los ruidos me guiaron.
La escena que contemplaba a través de la puerta era siniestra, más que un ritual era una especie de orgía. La cantidad de hombres extraños que vi llegar al principio, así como los que estaban hacían abuso sistemático a todas las chicas que habían llegado de la universidad.
Lo que observaba era tan deplorable que incluso vomitaba en ese momento. Diría que casi todas habían sido sometidas, con ello sus rostros exclamaban tristeza y dolor al mismo tiempo. Antes de alejarme para ver que podría hacer al respecto me percataba que uno de los abusadores era Bryant.