Viena Risha, Cuarto

1402 Words
Tenía tal certeza ya que en mi caso todavía me afecta lo que sucedió con Bryant, a pesar de todo lo que supe y de su trato me dolía con solo recordarlo. —En ocasiones llegamos a ser personas que nunca creímos ser, aunque nos rindamos por instantes debemos ser fuertes, todos en algún momento pasamos por algo que nos aturde y nos rompe como nunca creímos estar, pero… —coloco de nueva la pintura en su lugar y volvió a su asiento—. Que no nos importe lo que diga o haga el resto sobre nosotros —espeto para tomar un cigarrillo acompañado de un encendedor—. ¿Algo más que quieran saber? ¿Realmente quieren pertenecer a la agencia? Debo fumar para relajarme y luego me ocupare, por ello debo saber sus respuestas. —Personalmente quiero pertenecer, traje la documentación que piden en la web para poder iniciar —dijo Meg, entregando algunos de los documentos que debía facilitar para dicho proceso. —Y tú que tal, Linda. ¿Te negaras a esto?, noto que quieres pertenecer, pero pareciera que tienes dudas —expreso, fijando sus ojos negros sobre los míos—. ¿Temes darte cuenta de que eres más que una chica linda? Eso que pronuncio me hizo recordar una breve discusión que había tenido con Bryant días antes de ocurrir lo de esa noche. “Solo me atraes y estoy contigo porque eres una chica hermosa, pero del resto no tienes nada que ofrecer” —Sea lo que hayas vivido no te niegues a vivir experiencias inolvidables, en ocasiones pensamos que perdemos, pero es lo contrario, ganamos y no lo sabemos. Esas palabras que uso bastaron para envolverme, ya que producto de ello decidí pertenecer a la agencia Ladys y dejar a un lado lo que estudiaba en la universidad. Tal como lo había dicho Silvia, estaba en lo correcto, el conocer distintos clientes con los que en un principio solo acompañaba me daba a entender que más que un rostro y un cuerpo encantador iba más allá, lo sabía porque para ellos era grandiosa, divertida y genial en todos los aspectos. Pasado cierto tiempo conocí a algunos con los que llegaba a intimar, entre ellos conocí a Sam Carpenter, un joven increíble, muy atento y al parecer alguien que vio nuestro vínculo como algo más que una relación de escort, diría que le guste como el a mí. Una de nuestras noches en su departamento donde solíamos intimar decidí que no usara preservativo, sentía que había confianza entre ambos y por ello propuse dicha petición. No sabría si por el hecho de que me deje llevar por ese sentimiento hizo que tampoco me cuidara, pero, no le di importancia y solo paso, diría que varias veces en algunos sitios del lugar, experiencia que se siguió repitiendo los días posteriores. Luego de esos episodios que mantuve oculto así como mi estrecha relación con Sam para no tener problemas con Silvia, comencé a notar como de a poco se distanciaba e incluso sucedió algo que no me esperaba tras haber finalizado nuestro contrato… Después de esas semanas en la que habíamos tenido sexo sin protección alguna supe que solicitó los servicios de otra escort, hecho que me hizo enfurecer y por ello me dirigí a su departamento, lugar donde estaba con mi reemplazo. —¿Qué haces aquí Viena?, mi contrato contigo termino. —¿Contrato? Creí que había algo más entre los dos, me hiciste sentir… —¿Especial, querida? Linda, solo fui así porque eres hermosa, pero ya está, se terminó nuestro tiempo y no me apetece volver a buscarte, créeme, es desgastante estar contigo. Soy joven, guapo y con mucho dinero, ¿Porque tengo que quedarme contigo teniendo muchas más y con mejores atributos?— Lo que dijo me hizo actuar como nunca, me fui hacia el empujándolo y tratando de agredirlo, pero siendo más fuerte no logré mi propósito, solo terminé siendo tirada al piso y viendo su mirada de menosprecio—. ¡Ya te dije que acabo! si viste otra cosa aparte de que fuiste mi acompañante, es tu asunto. —Eres un maldito bastardo, Sam Carpenter. —Y tú una tonta, atractiva, pero no pasas de ahí —tras decir esto se adentró en el departamento y con ello comprendí que nuevamente me pasaba lo mismo que en la relación anterior. Me sentí tan idiota y menospreciada que lo primero que hice fue dirigirme a un bar cercano. Allí me alcoholice tanto como pude, a tal punto que quede desecha sin saber cómo saldría del lugar para llegar a casa. Repentinamente, en medio de ese desastroso momento escuchaba una voz que reconocí al instante, misma que me brindo un apoyo que jamás pensé en recibir. —Veo que no hayas como salir de este lió, Viena. No te preocupes, te llevare a mi casa y mañana estando mejor te diriges a la tuya —menciono Silvia, quien me ayudo a levantar del asiento para sacarme de allí. No supe exactamente qué sucedió luego de salir del bar ya que quede inconsciente, quizás la cantidad de licor que bebí me hizo quedar en ese estado. Desconociendo el tiempo que estuve ausente, solo pude percibir a una distancia prudente el olor a cigarrillo, fragancia que me hizo despertar lentamente. Habiendo abierto los ojos por completo me vi envuelta en unas sábanas de seda. De pronto, ese mismo tono de voz conocido para mí me alerto y con ello gire hacia ella. —¡Hasta que por fin despiertas! creí que debía dejarte con la domestica para que estuviese al pendiente —expreso Silvia con un cigarrillo en los dedos, estando vestida con un sugerente body con transparencias, el cual solo cubría cierta parte de su busto y dejaba un escote profundo para brindar sensualidad. —No hará falta, ya estoy despierta —añadí para levantarme de la cama. —No deberías de beber así por una idiota. Lo que dijo me hizo mirarla fijamente. ¿Cómo sabía que era por un hombre que había actuado así? —¿Cómo sabes que es por un hombre? —Lo sospeche y también porque un cliente se quejó de que su ex acompañante fue a su domicilio a agredirlo. En su argumento manifestó que estaba obsesionada con él y que debía sacarla de la agencia a como dé lugar. —¡Qué maldito! Como pudo... después de lo que me hizo creer. —Viena, no te sacare por eso, no expulso chicas porque los clientes me lo exigen, pero si te suspenderé por una semana. Infringiste una de las normas, la cual es no mezclar los sentimientos y con esto aunque no sepa los detalles de lo ocurrido, con tu acto en el bar me dejo visto que ese chico te atrae y mucho para dejarte en ese estado. Luego de colocarse su pantalón ajustado y los zapatos altos que lucían en ella grandiosos se aproximó hacia mí. —Te traje hasta acá porque no quise que te sucediera ningún incidente. Sé que esto que atraviesas te afecta y te seguirá lastimando, pero debes ser fuerte. En mi caso en particular pase algo parecido con mi ex, el me dejo como si nunca hubiese valido la pena, por ello me deprimí por semanas, pensé que sin él no podría seguir, pero no fue así, luego de un año de eso pude continuar y poseo todo lo que ves a parte de la agencia. —Quizás tengas razón, pero, ¿Qué pasará luego de una semana? ¿Volveré a trabajar sin problemas? —Desde luego, es más, tendremos un evento la semana entrante, allí nos divertiremos y cada una podrá seleccionar al cliente que desee, será mi obsequio a cada una de ustedes como parte de mi agradecimiento por formar parte de esto en lo que estamos todas. Así que levanta ese ánimo y en este tiempo que tendrás libre proponte verte magnifica como siempre, no brindes tu valor e importancia a alguien que no lo merece. Ante lo ocurrido no esperaba recibir de su parte palabras de aliento, al contrario creí que sería despedida, pero ante esto vi que estaba en el lugar correcto, por ello me mentalice que debía seguir como lo indicaba, además, fui la culpable, no debí ver una relación cliente - escort como algo más allá de un contrato…
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