CAPÍTULO 14

1107 Words
ANA -¡Felicidades! – gritaron nuestros amigos -¡Que vivan los novios!- dijo Josh en inglés Joe me miró y sonrió, se acercó más a mi y me volvió a besar en los labios. -Felicidades señora Baker -Felicidades señor Baker -Vamos a celebrar, yo invito- dijo fuerte Mark Todos nos fuimos a un restaurante típico mexicano, que estaba emplazado a la orilla del mar. Ordenamos varios tequilas, y platillos picantes. Todos conversaban alegres y brindaban mientras comenzaba a anochecer. Me levanté de la mesa y caminé hacia la terraza atraída por la puesta de sol. Me apoyé en el barandal mientras mi cabello era mecido por el viento tibio, cerré los ojos y respiré hondo. Me sentí bien, sentí que por fin estaba en el lugar correcto, algo se movió dentro de mí y encajó a la perfección. Me sentía plena. Esbocé una sonrisa amplia. -Espero que esa hermosa sonrisa sea porque estás pensando en mí Volví a sonreír al notar la voz ronca de Joe, se acercó a mi espalda y me abrazó por detrás, apoyó su mentón en mi hombro y se quedó contemplando junto a mí como el sol desaparecía. -Ana, no quiero que te asustes, pero…te amo Me volteé de inmediato al escuchar tan linda declaración, enredé mis brazos en su cuello y lo besé. Aunque aún no estaba lista para devolverle aquellas palabras que tanto quería oír, estaba segura que algo muy fuerte crecía dentro de mí y todo era gracias a Joe. Las luces artificiales comenzaron a encenderse, y lo chicos nos volvieron a llamar hacia adentro. Entramos tomados de las manos a seguir celebrando. Seguimos bebiendo y bailando, e incluso en el restaurante nos pusieron un vals de los novios improvisado. Joe, Mark y Josh se pusieron a cantar karaoke de rock en inglés mientras Alice y yo volvimos a la mesa. -¿Fidel ya sabe?- me preguntó Alice mientras tomaba asiento Negué con la cabeza. -No aún no -¿Me vas a decir que pasó entre ustedes?, parecían buenos amigos -Ese es el problema Ali, yo lo consideraba un amigo, pero él a mí no -No me digas que trató de… -Ajá- asentí Alice se llevó una mano a la boca. -¡Que descarado!, entonces ¿por eso te mudaste? -Así es, necesitaba independencia y comodidad. -Y seguridad Junté mis labios. -¿Vas a seguir trabajando en el bar? -Por supuesto, no puedo dejar al señor Ross -Pero ahora estas casada, y él vive en estados unidos. Pensé que te irías con él. -No aún no, supongo que nos tendremos que separar- dije apenada- al menos por un tiempo -Wow, que duro. Pero no te preocupes no estas sola- puso su mano tibia sobre la mía, yo la miré y sonreí. -Dejemos de hablar cosas tristes, ven ¡vamos a bailar!- le agarré la misma mano y la llevé al centro de la pista. Por un día olvidé cual había sido mi propósito de ir a trabajar a México, olvidé mis responsabilidades, y mis problemas. Solo por un día me dediqué a hacer lo que mi instinto me dictó. En ese momento, Alice y yo no fuimos capaces de dimensionar lo que pronto pasaría, y como, nuestras vidas cambiarían por completo. -¿Nos vamos mi amor?- dijo Joe un poco pasado de copas- hoy es nuestra noche de bodas -¡Sii!- gritó Mark- ¡Sexo! Lo fulminé con la mirada. Todos reímos. Joe me tomó de la mano y comenzamos a despedirnos de nuestros amigos. Pedimos un taxi hacia nuestro departamento y nos fuimos todo el camino abrazados. Cuando llegamos a la puerta, saqué la llave para abrir pero Joe me detuvo. -Tenemos que comenzar con el pie derecho esposa Lo miré curiosa. Me quitó la llave, se inclinó hacia mi y me levantó en brazos. Ingresamos como en las películas románticas, la novia siendo cargada para pasar por el umbral de su nuevo hogar. Se me apretó el corazón. Me dejó con suavidad en el suelo. -Ahora si podemos comenzar Sus ojos se nublaron y comenzó a caminar hacia mí, me puse ansiosa de verlo tan decidido a poseerme. Me arrinconó en una de las paredes y me comenzó a besar, acarició mi cabello y con la otra mano me apretó el trasero. Subió sus manos y comenzó a sacarme el vestido, mi entrepierna cosquilleó con cada roce de sus manos. Nos desnudamos e hicimos el amor en la sala, a plena luz de la luna. Estar con él significaba tocar el cielo constantemente. Luego nos fuimos a la ducha, y ambos nos bañamos. Primero el me lavó el cuerpo y el cabello y yo hice lo mismo con él. -Empiezo a creer que me hechizaste Ana Lo miré fijo. -No puedo dejar de hacerte mía, eres como una droga- se abalanzó hacia mí, pero lo detuve con una mano. -Ahora quiero complacerte yo a ti. ¿puedo? Los ojos de Joe se ensancharon, y su m*****o se endureció otra vez. -Solo que no estoy segura que lo haré bien, es mi primera vez- confesé un poco nerviosa Joe sonrió -Ana, el solo hecho de verte desnuda me provoca. No te preocupes por eso Me acerqué más a él y lo llevé hasta la pared, me hinqué delante mientras el chorro de la ducha caía sobre nuestros cuerpos y le comencé hacer sexo oral. -Pequeña…-susurró él- me encanta Sus palabras fueron como gasolina para mis hormonas y dejé de preocuparme tanto en la técnica y me entregué al placer. Al cabo de unos minutos el llegó a su clímax, y agitado hizo lo mismo que yo, me pagó con la misma moneda. Ambos complacidos, salimos de la ducha y nos secamos. -Eres maravillosa, podría hacer esto todo el día- me dijo mientras me secaba el pelo con una toalla. -En algún momento tenemos que salir a trabajar -¿Y si no volvemos ermitaños? -No lo creo- reí Me dio un beso en la espalda cuando ya estuve seca y vestida y nos fuimos a la cama. Me acomodé cerca de él y puse mi cabeza en su pecho. -Esta es nuestra primera noche juntos como esposos. -Esta es nuestra primera noche juntos como todo- le corregí- anoche dormiste en la habitación de invitados. El río -No me faltaron ganas de quedarme contigo, y a ti tampoco me lo demostraste en la mañana -¡Joe!, solo quería ver si aún dormías. -Si claro…la vieja excusa Me di vuelta y lo fulminé con la mirada Él sonrió y comenzó a hacerme cosquillas. Suspiré relajada y me quedé dormida minutos después.
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