Miro a mi alrededor recordando una y mil veces que nuevamente perdí ante él. El haber bajado la guardia y haber permitido que el señor Hank me secuestrara y llevara a Suiza, fue uno de mis peores errores.
Sin embargo ¿Qué podría hacer yo ante el gas inmovilizador que utilizaron para secuestrarme? ¿Cómo podría escaparme de su propio territorio cuando había tantas personas custodiando el lugar?
Muchas preguntas me hago, intentando encontrar cuál fue mi falla o que me llevo a este destino tan cruel. Pero realmente ninguna de esas preguntas importan ahora y menos su respuesta. Ahora lo que realmente necesito es saber cómo voy a salir de este infierno.
Lo último que recuerdo es haber sido vencida por Jayden en las propiedades del señor Hank en Suiza. Desde ese momento en el que perdí ante él, es la primera vez que despierto y realmente no sé cuánto tiempo llevó aquí. Pero realmente quiero y deseo que todo esto sea una maldita pesadilla y yo no esté embarazada en estos momento del hombre que más detesto; Jayden.
Continuó buscando a mi alrededor alguna herramienta que me pueda permitir estar libre de estas esposas que me tienen atada a la cama. Pero mi búsqueda sólo aumenta mi frustración al ver que ni siquiera puedo liberarme de una simple cama, mucho menos lograré liberarme de las garras de mi captor. Sin duda, el engendro ha tomado gran ventaja de mí mientras estaba inconsciente.
El tiempo pasa lentamente mientras estoy encerrada en esta habitación. Mentalmente he implorando a Dios que esto sea mentira y yo me encuentre segura y lejos de los Cardwell, pero el sonido de la puerta abriéndose y viendo como Jayden entra en la habitación con una bandeja en sus manos, me demuestra que mi realidad es cruel y Dios no es bueno conmigo.
— Hola mi amor bello. — dice Jayden con una sonrisa que nunca he visto.
— ¿Estas idiota o realmente lo eres? ¿A quién le dices amor, maldito enfermo?
— Obviamente se lo digo a mi hijo o ¿Creías que te lo decía a ti?
— Seria una terrible pesadilla que me hablaras así. De solo imaginarte amoroso conmigo se me sube la bilis — comento con asco.
— Sí, lo que sea. Ahora, como ya puedes alimentarte, porque estás despierta. Me tomé el trabajo de preparar esta sopa nutritiva que ayudará a que nuestro bebé crezca saludable.
Alzo una ceja ante lo que dice.
Cualquier persona que lo escuchara, podría creer que es un hombre amoroso. Sin embargo, es evidente que el que este esposada a una cama y que esté embarazada producto de una violación cuando yo me encontraba inconsciente, haría que dicha imagen de hombre amoroso se fuera al infierno, justamente donde quiero que él esté.
— Quisiera creer que no eres tan poco hombre para haberme violado mientras yo estaba inconsciente, pero comprendiendo que anteriormente me habías secuestrado para abusar de mí y después llevarme a los españoles, para que creyera que fue un sueño. Sin duda, sé que eres capaz de eso y más.
— Jamás viniste a mí a preguntarme si realmente te había secuestrado y abusado de ti. Así que no es mi culpa que hayas creído que todo fue un sueño. Cuando seguramente tu mente sabía perfectamente que no lo fue y tu cuerpo debía recordarme, solo tenías que preguntarle. ¿Lo hiciste? — me pregunta sonriente, mientras camina hacia mí, sentándose en la cama en la que me encuentro.
Quisiera decir que lo empuje o golpee, pero me tienen tan estratégicamente esposada a esta cama que me resulta difícil moverme para lograr ello.
— Intento comprender el motivo por el que me tienes prisionera y abusas de mí cuántas veces se te antoja. Pero no tengo la mente tan retorcida como tú, así que espero que me des una justificación con respecto a esto.
— No es necesario que sepas ello. Solo confórmate con saber que te escogí como la madre de mi hijo
— Ya ¡¿Entonces crees que me comeré el cuento de que has intentado hacer todo lo posible porque me embarace de ti, solo porque gané una maldita lotería en la que el premio era tener tu hijo?! ¡No me veas la cara de estúpida, Jayden y dime de una maldita vez porque Dylan y tú se han empeñado en tenerme en sus manos!
Jayden se encoge de hombros.
— Realmente desconozco el motivo de mi hermano. Me imagino que eres como las otras antes de ti, simplemente quiere tener sexo contigo y como tú no se lo has permitido, él se ha obsesionado contigo. Es el viejo juego de te haces la difícil para despertar el interés del chico que te gusta.
— Evidentemente nunca he demostrado algún tipo de interés amoroso hacia alguno de ustedes. Y si me lo preguntas, lo que menos quería era llamar este tipo de atención.
— Me parece que no eres muy sincera con lo que acabas de decir. Si mal no recuerdo, hiciste todo lo posible para que Dylan quedará como un estúpido frente a todos. Así que ahora no te quejes porque él desee someterte y hacerte pagar ciertas humillaciones que le hiciste.
— Sólo mostraba a todos lo incapaz que era para solucionar los problemas de la empresa. Además, eso no tiene que ver con todo lo que me ha causado. Sin mencionar que todo lo que hice, te ayudo de alguna manera a quitar a tu hermano del camino. Porque, aunque ahora el Señor cadwell sea quien haya subido a la presidencia de TeSoIn, él no vivirá por siempre y serás tú quién se haga cargo de la empresa en un futuro muy cerca.
>> por lo que si me dices que todo lo que me ha sucedido es por haber humillado a tu hermano, contigo no fui así. Ahora que nada de lo que dices justifica tu comportamiento hacia mí, te pido que por una vez en tu vida seas sincero conmigo y me permitas saber porque siempre me condenas a esto. Sé perfectamente que no soy de tu completo agrado y por ello no comprendo porque aún no me has matado. Tengo muchas dudas en mi cabeza y sólo tú puedes responderlas, por lo que ahora que no puedo escapar de ti, ni matarte, como tampoco deseas haberme ello, al menos merezco una explicación de porque tu maldita obsesión conmigo.
Jayden me sonríe y observa como si fuera un moribundo pidiendo perdón y ello me enoja.
— Quisiera decirte el motivo de porque te tengo aquí, pero prefiero abstenerme de decirte, con la intención de que tu pequeña cabeza especule la razón de todo esto mientras sigues prisionera aquí. Sin duda, sería un increíble pasatiempo para tus últimos meses de vida. Ahora, ya que respondí tus preguntas, sobre la boca que te daré de comer. — dice colocando la cuchara cerca de mi boca con una sustancia acuosa.
— No has saciado mi curiosidad y aunque lo hubiese hecho, jamás comería algo que lo haya tocado tus asquerosas manos.
— Pequeña, de ninjas probado muchas cosas y eso lo hiciste más que complacida.
— Maldito bastardo.
— Oh, hablando de eso — dice alejándose de mí y caminando hacia una cajonera — No quiero que nuestro hijo sea un bastardo cuando nazca. Así que, ya tengo los documentos para casarnos. Solo necesitas firmar y ya estaremos legalmente casados.
Me burlo ante lo que dice. Sin duda esta mal de la cabeza si cree que me casaré con él.
— Hay momentos como estos me gustaría saber qué es lo que te fumas para creer qué pondré mi firma en un documento que me hace ser la esposa tuya. Pienso que deberías dejar las drogas, ya que evidentemente te están volviendo más loco de lo que eres.
— No sé porqué te resulta increíble lo que te digo. Si no lo recuerdas te voy a hacer recordar qué tú y yo hace meses estamos comprometidos y el mundo lo sabe. ¿O no recuerdas cuando estabas hospitalizada Y fui con un ramo de flores a visitarte? Yo si recuerdo como todos estaban emocionados al observar como mi amor por ti era tan grande y sincero como decían las noticias que anunciaban nuestro compromiso.
Me burlan de la estupidez que dice.
— ¿Qué con eso? Si mal no recuerdo yo jamás confirme tan absurdo compromiso. Además, ello no me obliga a aceptar que tú y yo seamos esposos. No seas ridículo. Vuelvo y te digo, deja la maldita droga a un lado que te está haciendo demasiado daño, ya no te deja pensar.
— No entiendo tu empeño en evitar algo inevitable. ¿No te das cuenta que eres parte de la familia que tanto odias? El mundo sabe que eres una Cardwell. Mi señora Cardwell.
— Repite ello hasta que te lo creas.
— Lo creas o no ya te hacen parte de la familia. Sólo eso explica que Charles haya venido hasta me sólo para buscarte.
Su respuesta me confunde ¿Charles Cardwell vino a buscarme?
El asombro y un rayo de esperanza llegan a mí ante esta noticia y él lo nota.
— No pequeña, lamento decirte que él no vino a buscarte ahora. A lo que me refiero cuando te dije que vino hasta mí para llevarte lejos pasó antes ¿No recuerdas? Oh, cierto. Estabas inconsciente cuando mi padre me atacó y quiso llevarte con él
— Deja de dar vueltas y ve al maldito punto.
— Todo está claro eres tú la que no comprendes. ¿Recuerdas la última vez que te tuve en mis manos? Fue cuando te tomé mientras los suizos querían matarte. Recuerdo que a pesar de la explosión que te aturdió por momentos, tú todavía estabas consciente. Así que recordarás como tu señor James murió quemado y como yo te traje a mi casa para divertirme contigo. Fue en ese momento que no comprendí porque si todo está saliendo bien para mí mi padre llegó de un momento a otro para llevarte.
>> Su ataque me tomó por sorpresa, ya que nadie sabía dónde me encontraba específicamente. Sin embargo, su ataque sólo me recordó que nada en este maldito mundo le queda grande a Charles. Fue una lucha muy fuerte y fue por ello que te envié a una de mis propiedades en España en dónde estaba siendo cuidada por los ineptos que el griego mató.
Jayden camina de un lado al otro mostrando su enojo.
— Mi pensamiento era tenerte drogada inconsciente en España mientras yo me hacía cargo de mi padre. Sólo tenía que entretenerlo en algo más importante que tú. Pero cuándo había terminado mi tarea e iba a buscarte me llevó la sorpresa de que fuiste rescatada por un estúpido griego que no debía meterse donde no lo habían llamado — de acerca a mí con evidente molestia — ¿Cómo es posible que tengas tantas personas qué quieren rescatarte de todo peligro? A mí me pasa algo malo y todo el mundo se alegra, pero contigo siempre es distinto.
— Quizás porque además de ser el engendro del mal que todo el mundo conoce, también me he encargado de no sólo tener enemigos por ello sino también aliados. Ustedes me dejaron sin familia y con un cuerpo débil, pero jamás lograrán quitarme la inteligencia que tú no posees.
Jayden ríe carcajadas por mi respuesta.
— ¿De qué aliados me hablas? Si no lo recuerdas, eres mala para depositar tu confianza en personas de las que no debes confiar ¿O no recuerdas que antes confiabas en mí?
— Nadie ha vivido sin cometer algún error y ese error de haber confiado en ti me ayudó a comprender que no cualquier persona es digno de mi confianza si es que se te puede catalogar como persona.
— No es muy sabio de tu parte ofender a la persona qué te tiene sin alguna posibilidad de soltarte de esa cama. Recuerda que estás a mí merced y si yo lo deseo te hago sufrir cuántas veces se me antoje. — me amenaza.
— Oh, por favor hazlo. Ya estoy acostumbrada a sufrir, pero creo que el bebé que está dentro de mí no lo está. Así que me imagino que gracias a la droga tengo mi sistema y mi precaria salud este embarazo de alto riesgo. Por lo que supongo cualquier cosa puede hacerme abortar. — sonrío satisfecha— Así que adelante. Hazme sufrir, muero por sentir eso y que tú seas el causante de la muerte del bebé que está dentro de mí.
— Ese bebé es tan tuyo como mío. Por lo que no creo que quieras verlo morir por más que me odies.
Es mi turno de reír y lo hago hasta cansarme.
— Vaya que eres ingenuo al creer que voy a querer a este bebé.
— Eso dices ahora porque no lo has sentido moverse o crecer dentro de ti. Pero en pocos días el amor de madre despertara y harás todo lo que quiero con tal de proteger a ese bebé.
— Vuelvo y te digo, deja las drogas qué te están haciendo confundir la imaginación con la realidad. Si crees que por tener un bebé dentro de mí voy a cambiar lo malditamente maligna que soy Lamento decirte que estás equivocado. Sí desearía ser madre lo había hecho desde hace mucho tiempo. Y si en un futuro quiero tener un hijo, puedo asegurarte que tú no vas a ser el padre. Por lo que cómo ves podrás comprender, el que exista o no este bebé no me afecta ni beneficia en algo. Lo cual no puedes decir tú.
El enojo invade a Jayden y se acerca a mí enojado para tomarme del cabello haciendo que lo mire sin poder moverme.
— Ese bebé que llevas dentro, me tomo mucho trabajo formarlo. Fueron meses los que intente embarazarte sin poder lograrlo, gracias a tu desechable cuerpo que no sirve para nada. Así que nada de lo que digas causará que yo mate mi boleto a la riqueza.
— Fuiste tú quien causó que mi cuerpo este débil en estos momentos. Fue tu maldita droga quién me condenó a este infierno y me alegra saber que en este infierno que me creaste tu participes. Pronto HotSub comenzará a rechazar el bebé y no descansara hasta matarlo, porque esta droga es tan malditamente dañina que, así como daño mis órganos sanos, así matará a tu hijo
— Lo que dices es mentira. No cree a HotSub para eso.
La risa me invade ante su ingenuidad
— Despierta imbécil. La droga que creaste hace tiempo se te salió de las manos y ésta no será una excepción. ¿Querías tu boleto a la riqueza? Lamento decirte que gracias a tu droga nunca lo tendrás.
— El medicamento que la controla lo ha hecho bien hasta ahora, más adelante seguirá así.
— Sueña con eso, pero después no digas que no te lo advertí.
Jayden me suelta y se marcha con enojo. Lo que dije fue verdad y él lo sabía, solo quería ver que no. Por fortuna, seguramente estará tan ocupado para venir a verme y eso de algún modo es ganancia.
— ¡Que alguien alimente a Zoe! ¡Necesito crear algo que evite tal desgracia! — grita en el pasillo, pero aún lo escucho.
Una chica de piel clara entra corriendo y toma el plato que Jayden había traído anteriormente.
— Vengo a alimentarla. Espero que por favor coopere conmigo.
— Lárgate.
— Llevas meses sin comer bien y aunque tengan suministrado en el suero muchos nutrientes, tu cuerpo está bajo de peso. Así que por favor, come
— ¿Cómo así que llevo meses sin comer? ¿Cuánto tiempo llevo aquí?
— Lo lamento, no sabría decirle, soy nueva aquí.
Observo a la chica que me mira intranquila ¿Me tiene miedo?
— De acuerdo, ¿Qué día es hoy?
— Hoy es veintitrés de octubre.
Abro mis ojos ante el asombro. ¿Tanto tiempo llevo siendo prisionera de Jayden?
Oh, maldita sea mi vida. ¡¿Tantos meses desaparecida y nadie en este maldito mundo ha podido encontrarme?!
Oh, maldita sea Ethan y su peor momento para demostrarme lo inepto que es.
¿Qué voy a hacer ahora?