— Vamos señorita, por favor coma algo. Si no lo hace, sin duda el señor Cardwell me castigará o causará mi muerte. — suplica la chica.
— Jamás debiste aceptar un trabajo en el que podrías morir en manos de tu empleador.
— La vida fuera dura. Además necesitaba estar aquí — su respuesta me causa confusión, al escuchar como lo dice segura y no como siempre me ha hablado con miedo desde que llegó
Miro a la chica con curiosidad y ella dirige su mirada hacia la esquina del cuarto.
— Mi vida fuera era muy dura. Soy huérfana y no tengo familia, por lo que necesito trabajar duro para vivir y pagar mis estudios. Aquí ofrecían buena paga por cuidar a alguien y por ello lo hice. Congele mi semestre con la intención de recaudar suficiente dinero para después retomar mis estudios y es por ello que espero cumplir mi trabajo correctamente y ahorrar mi paga — vuelve a comentar con timidez.
Sin embargo, su mirada fija en cierto punto me causa curiosidad.
Su voz es tímida, pero como mira hacia allá se muy fuerte. Es como si fingiera ser débil y a la vez mostrarme algo de lo que necesita tener valor. Sin duda, es un tanto confuso.
Al comprometer que no quita la mirada de ese lugar, giro mi rostro para saber que ve y noto que solo hay cuadros sin importancia.
— Es muy solo estar así en este mundo, pero me sentiré menos sola si soy de su agrado. Así que, por favor, coma un poco y véame como su amiga.
— Si lo que estás buscando es una amiga. Lamento decirte que yo soy tu peor opción. Todo el que se acerca a mí encuentra la muerte. Así que, si deseas estudiar y ser alguien con un futuro próspero, márchate de aquí ahora mismo.
La chica me observa con seriedad, para después inclinar su cabeza para que su cabello liso y suelto cubra parte de su rostro.
— He luchado mucho durante mucho tiempo buscando mi lugar en el mundo. Quizás después de tanto tiempo, este descubriendo que no tengo un lugar para mí aquí y que la muerte es mejor que vivir sola. Así que, no importa si estas cerca de usted me lleva a la muerte. Solo espero que esta no sea tan dolorosa y sé que será así si el señor Cardwell es quien me asesina.
Su historia me transportó a mi pasado, ese pasado en el que trabajaba más de quince horas, para poder sobrevivir en este cruel mundo. Mi vida en ese tiempo era absorbida por el trabajo y la sed de venganza. No tenía amigos, familia o algún conocido en el cual apoyarme, por lo que en ocasiones pensaba que era mejor estar muerta.
Sin embargo, las ganas de vengar a los míos sobrepasaban cualquier necesidad que vivía, por lo que poco a poco dejó de importarme estar sola. Además, al poco tiempo Phia me encontró y prometió que, aunque estábamos en ciudades distintas, estaremos siempre unidas y ella estará para mí.
Ello me dio un alivio y me sentí menos sola cuando Reinaldo y los chicos del trabajo me estimaban.
En ese tiempo no tenía mucho dinero, pero no me sentía tan sola. Vaya, como han cambiado tanto las cosas en tan poco tiempo y de manera negativa para mí.
Vuelvo al presente cuando la chica acerca la cuchara a mi boca.
— Le prometo que, si me hace la vida más fácil, tendrá alguien en quien confiar.
— ¿Eso para que me sirve?
La chica se encoge de hombros.
— Quizás en algún momento de nuestras vidas actuales o futuras, nos reencontremos y podré agradecerte por ser buena conmigo.
Sin duda la chica es extraña.
— ¿Si como me dejaras sola? — pregunto mirando como de un segundo a otro cambia sus emociones.
A veces se muestra tímida, otras seria y unas con una valentía extraña.
— Claro que sí señorita, lo prometo.
Interesada porque nadie me moleste en el infierno en el que estoy, permito que me ayuda comer para que cumpla su promesa. Por lo que al poco tiempo de terminar se marcha.
Suspiro profundo cuando quedó nuevamente sola. No puedo moverme mucho y tengo muchas cosas que pensar, por lo que no puedo gastar tiempo maldiciendo a alguien que ya está maldito.
Nuevamente buscó la forma de poder escaparme principalmente de las esposas que no me deja hacer mucho. Pero como en veces anteriores, es una pérdida de tiempo.
Estando sola y sin algo que hacer para liberarme, vuelvo a dirigir mi mirada a los cuadros que veía la chica extraña.
Observa con mucho cuidado cada uno de los cuadros. En total, son 12 cuadros ubicados en tres de las cuatro paredes de la habitación. Como tal, la única pared sin cuadros es la pared que está en mi cabecera. Pero lo que me resulta extraño de todo esto es que en cada uno de los cuadros, hay un punto pequeño en una de las esquinas superiores.
¿Será posible que sean mini cámaras?
Eso solo puedo descubrirlo de una sola manera.
En vista de que para Jayden es importante este embarazo, sólo puedo utilizar el mismo para corroborar lo que pienso.
Centro mi mirada al frente y comienzo a moverme y simular que me estoy quejando sin emitir algún sonido por unos momentos mientras en el otro finjo estar dormida. Ello lo hago solo por dos minutos, intercalando mis escenas de dolor y las de calma.
Más pronto de lo que creí que aparecerían, llegan varios médicos a la habitación.
Escucho los pasos rápidos en el pasillo por lo que finjo dormir cuando entran a la habitación.
— ¿Qué pasó aquí? ¿Qué tiene? — grita Jayden entrando a la habitación.
— Venimos a revisarla. No sabemos que sucede pero esperemos que HotSub no se haya activado.
— ¡He tomado las medidas para que ello no suceda, así que no me vengas con eso cuando algo es lo que le está sucediendo! — grita Jayden.
Los médicos me revisan e intentan despertarme. Pero finjo estar inconsciente.
— ¡Me aseguraron que ella estaría bien! ¡Me prometieron que no volvería a estar inconsciente y mira lo que ha sucedido! No lleva cinco horas despierta y volvió a quedarse inconsciente. ¿Qué pasa si el dolor que sentía daña al bebé? ¡Juro que sí algo les pasa, su familia y todo ser que aprecien pagará las consecuencias!
Los médicos comienzan a revisarme con rapidez y nerviosismo. Lo siento por sus manos temblorosas.
Revisan mis signos vitales mientras alguien coloca algo en mi vientre.
No necesito ver, para comprender que estar revisando si el bebé esta bien.
Los minutos pasan entre maldiciones de Jayden hacia los médicos si algo me sucede.
— Ya hemos revisado todo y podemos asegurar que todo está bien. Así que, posiblemente se haya quedado dormida. Su vida ni la del bebé está corriendo peligro, sin embargo, la tendremos en observación.
— Amigo, quizás las cámaras fallaron — dice alguien que no reconozco su voz.
Un golpe en seco se siente y todo queda en silencio.
— ¿Me vas a decir que treinta y seis cámaras se dañaron, mostrándome una imagen que nunca pasó? ¿Me crees imbécil o que? ¡Cada cámara tiene su propio circuito y no estas conectadas en absolutamente nada, así que piensas decirme que todas fallaron a la vez, por arte de magia!
— No quise decir eso, te lo aseguro. Pero solo digo que me resulta extraño que no se escuchara algo y las imágenes mostrarán cosas distintas.
— ¡Váyanse todos a la mierda y déjenme con Zoe a solas! — grita haciendo que todos se marchen en cuestión de segundos.
Así que eso era lo que me quería decir la chica. El maldito me tiene llena de mini cámaras de vigilancia, que graban y escuchan todo lo que en esta habitación sucede.
Oh, maldita sea. Ellos actúan rápido ante cualquier cosa que me sucede ¿Cómo podre liberarme de esta cama y escapar de este cuarto en menos de dos minutos?
Eso es imposible. Malditamente imposible.
¿Qué voy a hacer?
Jayden toca mi rostro con cuidado de no despertarme.
— Comprendo que me odies por todo lo que te he causado, pero yo no tengo la culpa de que te interpongas en mi camino. Sé perfectamente que no es tu culpa ser quien eres, pero lo que al principio hice por diversión, después se convirtió en mi única salida. No puedo quedarme de brazos cruzados viendo que todo lo que anhela desaparece de mi vista y es protegido para otra persona. Eso no es justo y sé que si estuvieras en mi lugar, harías lo mismo o incluso algo peor.
Suspira profundo mientras se queda en silencio el resto del tiempo que se queda conmigo, para después marcharse.
¿De qué hablaba? ¿Qué estoy obstruyendo para él?
Mis acciones fueron dirigidas por propósitos específicos. Las humillaciones que le dice a Dylan, fueron para hacer que la empresa cayera poco a poco. Eso de algún modo afectaba el patrimonio de Jayden, pero hace tiempo deje de involucrarme con los asuntos de la empresa. Por lo que evidentemente, no es por eso por lo que me tiene prisionera. Así que, ¿Por qué me tiene aquí? ¿A qué se refiere con lo que dice?
Después de la muerte de Damián, me relacione con Clem y la mafia. Mientras luchaba con cada uno de los jefes de la mafia y los efectos de HotSub, deje de entrometerme en algo relacionado a los Cardwell. Pero ellos sí se han metido conmigo, así que no comprendo lo que está pasando realmente.
Mi vida siempre ha estado relacionada con cobrar venganza, pero hace tiempo dejé de involucrarme con los Cardwell, ya que me enfoqué en obtener lo que sería de Clem. Ahora bien, teniendo como hipótesis que Jayden quiere ser jefe de todas las mafias y es por ello que me tiene prisionera, eso explicaría un poco el interés de tenerme como objeto o adorno, mientras el administra todo. Después de todo, tenerme como esposa y madre de su descendencia, era el papel que me correspondía si me hacia a un lado en la competencia. Sin embargo, aunque todo apunta a esa dirección, algo me dice que no es eso. Lo que sea que está pasando, es algo más grande y sin duda estoy involucrada.
El que el señor Hank Cardwell quiera protegerme, confirma ello.
Algo realmente está pasando y no sé que es, pero espero descubrir ello pronto al igual que la manera de salir de aquí.
Sin amenazas cerca, abro mis ojos. Al poco tiempo, llega la chica extraña con un plato de comida nuevo.
— Vine a traerle más comida. Espero que puedas recibirla tranquila como antes.
— ¿Cómo te llamas?
— Me llamo Sophia. Pero quienes me conocen me dicen Phia.
Mi corazón duele cuando escucho su nombre y apodo. El recuerdo de mi mejor amiga llega a mí mente y como su alegría alegraba mis días oscuro me invaden, causando que me resulte difícil no llorar.
Su muerte al igual que todos los recuerdos juntos llegan como una película, la cual me recuerda que si hubiese hecho caso a sus padres y se alejaba de mí, ella hoy estaría con vida. Sin duda, nada de lo que he vivido o estoy por vivir se compara con todo lo que ella sufrió.
La chica se alarma al verme llorar y no es la única que lo hace. Varios médicos corren a revisarme mientras un chico aleja a Phia de mi lado y la empuja contra la pared.
— ¿Qué me hiciste?
— Na-nada. Ella pregunto mi nombre y al escucharlo se puso a llorar. — dice con temor.
Los médicos continuar revisándome y es en ese momento que HotSub se activa en mi sistema causando que me agite aún más.
El malestar me invade mientras las lágrimas fluyen de mis ojos. Estoy mal, pero no tanto como lo pasó Phia, sus padres y Reinaldo.
Mi castigo no es tan fuerte como el de ella, pero aún así, siento que estoy por morir del dolor de sus muertes y la culpa que llevo de ello. HotSub golpea con más fuerza mi cuerpo y es cuando un último suspiro se escapa de mí.
La inconsciencia me recibe, mientras escucho a lo lejos como alguien grita que estoy sufriendo un infarto.
La oscuridad es lo único que me rodea. El vacío es mi compañero, mientras lloro con la Soledad que siempre ha sido mi compañera.
Yo merezco el dolor, yo merezco sufrir. Pero ellos no, mi familia, Phia, Reinaldo y Clem no merecerían morir. Ellos no merecerían eso, soy yo quien lo merezco por estar maldita desde pequeña. Soy yo quien merezco la muerte al no tener buena suerte.
Nunca he visto que mis oraciones sean cumplidas, pero como última esperanza ruego porque esta vez las cosas salgan a mi favor y pueda reunirme con los míos.
Ya estoy cansada de tanto dolor, ya estoy cansada de ser utilizada y lo más importante, no tengo nada por el que seguir sufriendo en ese cruel mundo que desde los cinco años he vivido.
Ya basta. Padre, madre, hermanos, Clem o Phia, vengan por mí para que no permitan que los Cardwell sigan haciéndome daño, por favor.
— ¿Me llamabas, mi pequeña luz? — dice él desde un punto que poco abocó se ilumina mostrando su figura fuerte y esbelta — ¿Necesitabas verme?
— ¿Eres tú, Clem? — pregunto en un susurro.
— De pequeña te prometí que vendría cuando me llamaras y aquí estoy cumpliendo mi promesa. Así que, ¿Por qué te sorprendes?
— Yo no te prometí lo mismo, pero aquí estoy — dice Phia sonriendo desde otro lado de la oscuridad.
— Phia… — susurro.
— Estamos para ti cariño. Vinimos porque nos llamaste — dice mi madre.
A su lado, se encuentra mi padre y hermanos.
Mi vista se nubla ante lo que observo. Por fin vinieron por mí, por fin dejaré de sufrir.