Capítulo tres

2092 Words
En eso es interrumpido por la que se supone es mi abuela, pero ella dijo con enojo y con voz de mucha autoridad. —No, mi nieta no lo es, no te atrevas a decir que yo soy su abuela porque no lo es Rafael tú lo sabes. No lo es. Y se paró muy, pero muy enojada, los tíos y las tías se fueron detrás de ella el abuelo Rafael y yo nos quedamos solos entonces el abuelo dijo: —Has de estar sorprendida y confundida con todo lo que ha pasado, pero yo te voy a sacar de dudas. Yo me quedé sorprendida, todo esto era nuevo para mí y no sabía que decir o que hacer, el abuelo continuo: —Sabes tú papá era un niño muy querido por mí y por su mamá, pero las circunstancias nos impidieron estar juntos, yo te voy a contar la historia de tu papá, debes de saber todo de él, pues el ya no está contigo como para contarte su historia, sabes, todos tenemos una historia, pero bueno no nos salgamos del tema como ves la señora Martha, porque ella no es tu abuela es mi esposa, pero desde que nos casamos hemos tenido diferencias, no pensamos igual, somos tan diferentes, no sé cómo hemos durado tantos años juntos, pero bueno, hace tiempo antes de que naciera tu papá conocí a una chica muy hermosa con unos ojos claros tan expresivos que me robo el corazón, empecé a acortejarla aun cuando estaba consciente de que estaba casado, y yo creo que también yo le gustaba a ella, porque cuando la invite a comer ella no se negó y acepto, así poco a poco se fue dando la relación, ella no me pregunto nada,  yo me enamore de ella fue  y será mi único y gran amor, así empezamos a vivir juntos, yo alquile un departamento y ahí vivimos nuestro gran amor estaba dispuesto a divorciarme de Martha, a los dos años de estar juntos ella se embarazo y tuvimos un hijo, un bebe que se parecía tanto a ella que yo estaba feliz, con lo que no contaba es que antes de pedir el divorcio a Martha ella ya se había dado cuenta de mi infidelidad y había mandado a investigar todo, cuando le pedí el divorcio me amenazó con mandarme matar, pero yo no le creí y me fui de la casa a vivir definitivamente con Estela, todo era felicidad, pero la verdad tenía miedo que Martha nos mandara hacernos daño, así que decidí que nos iríamos lejos, al extranjero, donde no nos pudiera alcanzar la maldad de Martha, pero cuando lo íbamos hacer fue demasiado tarde, Martha p**o por que nos mataran simulando un asalto, cuando esto paso todo fue tan confuso, aun después de mucho tiempo lo recuerdo como si esto hubiese sido ayer, estábamos durmiendo cuando de pronto alguien me movió y cuando abrí los ojos un hombre me apuntaba con una escopeta, yo al ver esto no supe que hacer, me hizo señas de que me parara y así lo hice, Estela aún continuaba dormida, estos tipos no hacían nada de ruido, él bebe estaba en su cuna, dos tipos me agarraron fuertemente, no podía moverme, después nos volteamos enfrente de la cama, otro tipo estaba cerca de Estela apuntando a su cabeza fue cuando grite “¡No, no a ella no, que quieren yo les puedo dar el doble de lo que les dieron!” después me dieron una pistola que yo tome y luego solté, uno de ellos la recogió y la guardo, yo continuaba rogando, pero ellos no hacían caso, entonces me di cuenta que estos tipos eran unos asesinos que no les importaba el dinero, solo querían matar y ver correr sangre, aun así yo les pedí y les suplique que no le hicieran daño y solo me dijeron “Ella solo quiere que sufra usted.”, después le dispararon en la cien a mi querida Estela, yo solo caí de rodillas llorando, los tipos me soltaron y se fueron, yo corrí hasta Estela, llame a una ambulancia, cuando de pronto llego la policía a la cual yo no le había hablado, pero pensé que quizá un vecino lo había hecho, cuando llego la ambulancia me dijeron que Estela había muerto de inmediato, yo estaba desecho, me acorde de mi bebe y lo fui a ver, él estaba bien, lloraba como desesperado, parecía que supiera lo que había pasado y que su mamá había muerto, pues no lo podía consolar. — mientras el abuelo me contaba esto las lágrimas salían abundantemente de sus ojos, pero aun así continua, parecía que se quería desahogar con alguien y esa fui yo. —Tome entre mis brazos a mi bebe, la policía me llevo a la comisaria para declarar, les dije todo lo que había pasado, no me creyeron, pero no me podían detener, pues no había pruebas, salí de ahí y me fui al departamento con mi bebe aun no podía creer en lo que había pasado, llegue le di de comer a mi bebe y empecé hacer limpieza, desde luego lo primero que pensé fue en cambiar de departamento, no podía seguir ahí después de lo que había pasado. Cuando estaba limpiando me senté en el suelo y empecé a llorar por mi Estela, cuando de pronto sonó el teléfono, era la policía para decirme que el cuerpo se me sería entregado, llame a la funeraria y nos quedamos de ver en el forense, tome a mi bebe y me fui, ya ahí firme unos papeles y me fui a la funeraria con mi bebe, ahí estuvimos toda la noche solos. Estela no tenía familia, había salido de un orfanato así que no tenía a nadie en el mundo y yo si tenía familia, pero esta vivía lejos y después de casarme con Marta me aleje mucho de ellos, así que solo tenía a mi bebe y el a mí, estaba pensando en eso cuando mi Mama María se apareció en la funeraria, ella me vio, me sonrió y me abrazo yo como un adolescente llore en su regazo, ella me consoló como solo ella sabía hacerlo. Al otro día se realizó el sepelio de Estela, solo estábamos mi mamá, mi bebe y yo, fue muy triste, mi mamá se fue no sin antes decirme que me fuera con ella, pero por el momento deseaba yo estar solo, también me dijo que le diera al bebe, pero tampoco quise, era lo único que Estela me había dejado y no quería separarme de él, mi mamá se fue no sin antes decirme que no estaba solo, después yo y mi bebe nos fuimos al departamento, iba hacer maletas para irme a un hotel mientras encontraba otro departamento. En eso estaba cuando tocaron la puerta, cuando la abrí mi gran sorpresa fue que era Martha, ella sin más preámbulos entro y me dijo “Vengo hablar contigo.” —Si dime que pasa. —Ya supe lo que te paso con tu golfa, ya ves eso te pasa por quererme dejar, que no te has dado cuenta que eres mío hasta que yo quiera.  —Mira Marta si viniste a burlarte de mi dolor olvídalo y sal de mi casa. —Pero Rafael tú tienes que volver a la casa. —No Martha, no voy a volver contigo, tú me das el divorcio y ya terminamos, todo se te dará lo que te corresponde y ya estaremos en paz. —No Rafael estas muy equivocado, eso nunca va a pasar, tú crees que yo me voy a conformar con las migajas que tu o tu madre me quiera dar no, no Rafael cuando te casaste conmigo fue para siempre y de eso yo ya me he encargado, mira Rafael hablemos claro y a eso he venido. —Pero Martha tú y yo no tenemos nada de qué hablar, ya yo te mandare al licenciado para que firmes el divorcio. —Bueno, bueno no me queda otra, nada más que hablas claro contigo, mira Rafael tú no eres tonto y ya abras sospechado que todo esto que te ha pasado y el que hayan asesinado a tu golfa y por la situación por la que estás pasando, hay alguien atrás de todo esto pues sí, si Rafael esa soy yo, yo mande a los rufianes que entraron al departamento y ellos tenían las indicaciones de matar a tu golfa, y sabes quería que sufrieras lo más que fuera posible, no sabes cuánto te odio y te detesto, pero desafortunadamente para mí el del dinero eres tú, así que te tengo que aguantar y es necesario que regreses a la casa. —Yo me le quede viendo con tanto rencor y asco, por todo lo que estaba oyendo, ella que se creía dueña de mí que puede hacer conmigo lo que ella quiera, me dio tanta repugnancia que sentí en ese momento ganas de vomitar y corrí al baño para hacerlo, cuando regrese ella aún estaba ahí y le dije “Martha yo nunca voy a regresar contigo y no te meto a la cárcel, porque no tengo pruebas de lo que me has dicho, pero no quiero saber nada de ti.” ella me contesto. —Ja, ja, ja, ja, ja, ja Rafael que ingenuo aun no entiendes lo que te quiero decir no, si no es lo que tú quieras es lo que yo quiera lo entiendes, lo que yo quiera, que tonto no sé si lo recuerdes, pero los tipos que mataron a tu golfa te dieron una pistola que tu agarraste y luego soltaste, pues con ella mataron a tu golfa y esta tiene tus huellas, así que si no regresas tu escoge o la cárcel o yo.  —Ella se acercó a la cuna de mi bebe y dijo. —Pobrecito tú en la cárcel y el bastardo, en un orfanato igual a su madre y tu madre quizá hasta muera, por la pena de ver a su hijo en la cárcel de por vida, pobrecito de ti Rafael así que tú dirás. —Reneé yo no conteste solo me le quede viendo y no podía comprender como podía existir y caber en una persona tanta maldad y soberbia, pero me di cuenta que ella tenía razón en todo, lo que desea todo lo había planeado muy detenidamente, entonces le pregunte, “Martha solo dime una cosa ¿Tú estabas con los tipos viendo todo lo que pasaba?” —Bueno, bueno para ser sincera mi querido Rafa si y no sabes cómo lo disfrute. —Ahora entiendo porque sabes tantos detalles Martha estas mal, tú necesitas un médico para que te ayude, lo que haces no es de una persona normal. —Ja, ja, ja, ja ya Rafael vámonos agarra al bastardo y vámonos. —si. —Yo obedecí, tomé las maletas y a mi bebe y me fui con ella. Cuando llegue a la casa me fui a la habitación de huéspedes con mi bebe y sabiendo lo mala que era esta mujer lo primero que hice fue hablarle por teléfono a mi mamá, para que viniera por mi bebe, mi mamá de inmediato se vino por él bebe que Martha aprovechaba cualquier minuto para maltratarlo, siendo aún un bebe, una vez cuando yo me estaba bañando cuando salí ella estaba en la cuna poniéndole una almohada en su carita, cuando salí la saque bruscamente de la habitación, entonces me di cuenta que no podía dejar a mi bebe solo ni un momento, el tan solo estuvo con nosotros tres días, pero fue algo estresante. Cuando bañé a mi bebe me di cuenta que tenía moretones en los brazos y piernas, a qué hora se los hizo no sé, pero ella fue, de eso estoy seguro. Cuando llego mi mamá y ya estando a solas le platique todo lo que me había dicho Martha y ver de lo que era capaz, mi mamá se apresuró a llevarse a mi bebe, me dolió tanto dejarlo ir, pero era por su bien, en esa casa corría peligro y mi deber era salvarlo y alejarlo lo más que pudiera, fue así como tu papá se fue con mi mamá y fue lo mejor, al morir mi mamá no pude ir al sepelio por las circunstancias, pero todo lo que tenia se lo dejo a Carlos, a mí no me dejo ni un peso, pero eso lo entiendo, porque ya lo habíamos platicado...
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