Ada salió de la mansión, tomó un taxi y simplemente escapó de ahí, estaba tan desesperada, todo lo que quería era ser libre, amar y ser amada. Una sonrisa se formó en sus labios con la ilusión que anidaba en su vientre, sintiendo mariposas por el primer amor. *** —De todas maneras, créeme, Azael, es mejor tener una prueba de paternidad, que asevere que esa niña es tuya, piensa, ¿y si esto es una venganza de Zahara? Las mujeres actúan por despecho, hijo, te lo digo por tu bien —dijo Rebeca. Los ojos de Azael se afilaron contra ella, porque le dolían sus palabras. —No te metas, Rebeca, no permitiré que humilles a Zahara. —¡No hables así a tu madre! Ella tiene razón, Zahara se quedó con la fortuna de tu madre difunta, ese fue el precio de tu libertad, ¿lo recuerdas? Es una mujer bastan