Rebeca observaba la transacción que había hecho, una lágrima corrió por su rostro, le dolía tener que entregar ese dinero que sentía tan suyo. «El ladrón fue robado», pensó, limpió sus lágrimas. Pensó en todo lo que hizo para llegar ahí, no, nada le faltó, compraba ropa y joyas ostentosas cuando quería, comía en restaurantes que nunca creyó pisar, la gente la respetaba, y viajó a lugares que solo en sueños imaginó. Pero, todo tenìa un costo, debía estar casada con Antonio toda la vida, eso no era el problema, ya que Antonio moría por ella, siempre hacía todo lo que ella quería, pero, no dejaba de doler, saber que ese dinero nunca sería suyo por completo. En el pasado intentó tener un bebé de Antonio, pero pronto se dio cuenta de que luego de parir tres hijos, ya no podía tener otro, eso