Zahara comenzó a reír como desquiciada, tal vez la risa de Zahara casi lo contagió, pero no rio. Sus ojos la miraron en una completa parsimonia. —Azael, en lugar de ser un gran CEO, deberías ser un payaso, creo que tendrías más exitoso, y mucho trabajo —dijo entre risas. Azael lanzó un suspiro cansado, en el pasado, Zahara siempre fue buena con él, una gran esposa, pero con otros era fría, y solía ser una fiera en el trabajo, no por nada, ella llegó a ser gerente desde muy joven, ahora comprendía que él merecía ese trato, y que ella ya no le respetaba como antes. Asintió despacio, sintiéndose triste. —Dejemos los insultos, ¿Quieres? ¿Por qué no negociamos? —dijo Azael. Ella le miró con ojos pequeños, casi con un recelo, pero al final cedió. —Bien, si te crees lo suficiente listo, va