Katty, asintió, enseguida él sacó su pañuelo y se lo brindó; la jovencita limpió su rostro empañado de lágrimas, entonces aspiró aquel varonil aroma ambarino. Enzo para relajarse encendió el reproductor de su BMW. Las notas de: «Alucinado by Tiziano Ferro» acompañaba la travesía, mientras Katty, observaba las luces de los edificios a su alrededor. «Perdona si no te hablo bajo, si no lo grito muero, te he dicho ya, que te amo» tarareaba Enzo, susurrando. Katty, ladeó sus labios, sonriendo; luego de varios minutos llegaron al lujoso edificio donde él residía. Al ingresar y cuando las luces se prendieron, la joven contempló la ciudad desde aquellos grandes ventanales, además de quedar fascinada por la moderna decoración, entonces tomó asiento en uno de los finos sillones de piel gris, que