Lola avanzar al departamento, ya es de mañana y un sinfín de recuerdos sobre lo que había sucedido en la madrugada anterior la abrazan, mientras que se bajan del auto del amigo de Aiden.
Demian se había vuelto a quedar dormido en sus brazos, y su hermano había sido quien se lo había quitado de los mismos, en cuánto bajó del asiento del copiloto, para que ella no tuviera que hacer fuerza al descender del vehículo y subir las escaleras hacia la propiedad.
—Fue muy amable en irnos a buscar.— Susurra sintiendo el olor a uva inundar sus fosas nasales. —Gracias.— Agrega.
Aiden le resta importancia con un movimiento de mano, al mismo tiempo que avanza directamente hacia su habitación, la misma qué comparte con Demian para depositar al pequeño en su cama, pudiendo aprovechar qué aún se encuentra dormido.
—¿Habías limpiado todo antes de irte?— Arquea sus cejas al observar lo prolija qué se encuentra la casa.
Siempre estaba así, en realidad, pero cuándo Lola trabajaba hasta tarde tenía qué hacer aquellos pequeños quehaceres al regresar al departamento, teniendo en cuenta qué Demian se la pasaba estimulando a Demian en sus estudios y juegos didácticos.
Aiden frunce sus cejas, cerrando la puerta de la habitación para dirigirse hacía la cocina, observando divertido como es qué Lola mira todo con gran sorpresa.
—Estaba aburrido mientras te esperaba y no respondías, y aproveché qué el enano se había dormido para poder ayudarte, también hice el almuerzo de Demian y las masas de las medialunas de la semana, las dejé en el freezer cómo siempre dejas.— Señala con la cabeza por si ella quiere corroborar.
Lola muerde su labio inferior, tomando asiento en una de las sillas. —Estas loco, pero quedó hermoso, así qué gracias.— Susurra con una pequeña sonrisa.
Aiden comienza a preparar el desayuno para ambos, a pesar de que ella había consumido hace mucho algo en la clínica, pero estaba más que seguro de que la mayoría de las cosas se las había terminado consumiendo Demian, por lo cuál un poco de huevos revueltos y una buena taza de café no le vendría mal a ninguno de los dos.
Además de qué esperaba poder llegar a tener una conversación para con su hermana al respecto lo que habían charlado sobre el futuro laboral de ambos, agradeciendo qué Demian descansaba en su cama.
—Lola, no debería de ser una sorpresa que te ayude en la casa, y si me lo permitís decir a veces es un poco abrumador que no me lo permitas y que te sorprendas de esta manera.— Maldice moviendo la sartén.
Ella traga saliva. —Yo... Lo siento.— Titubea.
Aiden se da media vuelta para verla con aburrimiento... —No necesito que pidas disculpas, a lo que me refiero es que puedo hacer las mismas cosas que vos hacés, y hoy quedó demostrado, solo déjate ayudar, no sé cómo más pedirlo.— Alza sus hombros.
Lola obsérva lo bien que se desenvuelve en la cocina, no siendo la primera vez que lo hace, pero probablemente se siente de ese modo por haber salido de la clínica y todo lo abrumante que había sido la situación.
No pudiendo dejar de pensar en que su hermano menor está haciendo más de dos cosas a la vez y las hace con gran responsabilidad y una súper facilidad.
—No quiero qué pierdas tu adolescencia, Aiden.— Suspira cuándo él apoya su plato sobre sus ojos. —La mía no fue muy buena de todo y tuve que tener mucha responsabilidades al respecto y te aseguro que no es de lo que más orgullosa estoy.— Comenta inflando su pecho.
Su hermano asiente, volviéndose a dar media vuelta para servirse su propio plato, dejarlo sobre la mesa y ocuparse de la cafetera.
—¿Un poco de leche?— Cuestiona mirándola de costado.
—Por favor.— Responde mirando lo sabroso qué parece su plato.
Aiden había cortado unos tomates, salchichas y los huevos revueltos, colocados de forma armoniosa sobre dicho plato.
Ya estaban más que acostumbrados a tener buenas presentaciones de los pocos platos que hacían, ya qué los mismos se duplicaban en el bar por las mañanas.
—Come, se te va a enfriar.— Demanda dejando su café n***o en la mesa y yendo por la leche de Lola.
—Te espero.— Susurra con una media sonrisa de costado.
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—¿Te vas a acostar sin bañarte?— Eros le llama la atención al ver las intenciones de su hermano menor por dejarse caer en el sillón del living comedor.
Erick muerde su labio inferior habiendo sido descubierto.
—¡Estoy muy cansado, Eros, por eso siquiera fui a la habitación, sólo aca!— Hace un puchero con sus labios.
Su hermano asiente, dándole toda la razón, porque estuvo con él durante todo este tiempo y es más que obvio que puede llegar a sentirse cansado y con el cuerpo adolorido, eso no quita que deba de darse un baño para relajar sus músculos y poder descansar juntos con mayor facilidad.
Además de qué no le parece correcto qué se meta a la cama con el cuerpo sucio, oliendo a tabaco y alcohol todavía.
—Un baño te va a venir bien, pediré el desayuno y podrás irte a dormir en cuánto termines.— Señala con la cabeza hacía el pasillo en dónde se encuentran las habitaciones.
Erick maldice negando con la cabeza. —¡Si, papá!— Se burla colocando sus ojos en blanco.
—¡Me lo vas a agradecer, imbécil, oles a humo, sustancias y hospital y después es mi casa y mis muebles los qué apestas!— Lo señala mirándolo de arriba abajo.
El menor no hace más que suspirar, pasando una mano por su cabello, teniendo qué admitir qué apesta, cómo Eros le está diciendo. Sólo qué está tan fastidioso con la situación qué no puede dejar de pensar en dormir y apoyar su cabeza sobre una superficie cómoda.
—¡Que tenga extra palta y huevo porque no voy a poder siquiera llenarme con un simple tostón!— Se burla poniéndose de pie con pesadez.
Eros asiente, no necesitaba qué su hermano le dijera cómo quería el desayuno, ya lo conocía.
—Estara listo en la habitación para cuándo salgas, yo me iré a hablar con Rebecca en una hora, y luego descansaré un poco. No te vayas sin verme, tenemos qué ponernos de acuerdo.— Lo mira obvio.
Erick traga saliva.
De tan sólo escuchar el nombre de Rebecca se le da vuelta la cabeza.
Por un momento había olvidado por completo qué su madre había pedido de hablar con Eros en cuanto llegará a la propiedad y se hiciera de día, cómo consecuencia de que tendría que aprender a mentir sobre lo que había ocurrido si no quería seguir metiéndose en más problemas, y peor aún, meter en problemas a su hermano mayor.
—¿Estás seguro de ir sólo?— Suspira pasando una mano por su nuca al mostrar la frustración que siente por esa charla pendiente que tiene su hermano y su madre.
Eros sonríe restando la importancia con un movimiento de mano.
—Es Rebecca y puede que te olvides a veces, pero la conozco mejor que vos y por algunos años más, así que podés estar tranquilo de que no me afecta lo que pueda decir o hacer y voy a mantenerte a salvo.— Deja en claro.
Lo que hace qué el menor que posee una sonrisa negando por la cabeza hacia el pasillo que da a las habitaciones.
—¡Sólo estaba haciendo condescendiente para con vos!— Grita desde su posición.
Eros vuelve a sonreír mordiendo su labios inferior, dirigiéndose hacia la cocina para poder realizar el pedido de lo que va a desayunar Erick, aprovechando dicho lapso en el que demoraría en recibir el pedido para poder darse un baño, cambiarse de ropa y partir hacia la locación de su madre.
Necesitaba hacer lo más rápido posible para poder volver a su hogar y descansar un poco, a pesar de que sabía que también tenía una conversación pendiente para con el menor en cuanto llegara al domicilio.
No obstante, quedándose tranquilo de que las cosas con Rebeca estaban resueltas, según tenía planeado en su cabeza, su mayor prioridad era descansar un poco y después hablar con Erick.