10

1352 Words
Eros no hace más que pasar una mano por su cabello y pensar paso por paso qué es lo que había pasado desde que habían dado la vuelta para ir a recoger las llaves y volver a salir nuevamente hacia su departamento. —Increible.— Susurra para si mismo. Parecía que todo estaba pasando en su mente de manera muy lenta y minuciosa, y es justamente de ese modo que quería que sucediera las cosas para poder ver en dónde había estado la falla y volver a corroborar, una y otra vez, qué había sido dicha rubia la que había cruzado mal y sin prestar atención, y qué, por supuesto, no se había dado cuenta que había un auto pasando a una velocidad media justo por enfrente de ella. Y a pesar de que revive una y otra vez ese momento se alegra cada vez que lo hace ante el hecho de que estuvieran yendo a velocidad un poco más reducida que la adecuada, o qué la que estaba estrictamente reglamentada, debido a que sí ellos, por alguna razón, hubieran ido a una velocidad un poco más fuerte, probablemente, el golpe hubiera sido mucho más grave, y por ende la situación en la que ella se estaría encontrando en estos momentos también sería de es una prioridad, cómo ya lo es de manera particular ahora, pero con un riesgo, aún, mayor. —¡¿Te pudiste comunicar?!— Erick toma asiento a su lado. Y por más que su rostro este en una notable mueca de preocupación, no hace más que sonreír de manera amistosa hacia su hermano mayor. —¿Estás bien?— Eros responde con otra pregunta prestando atención a sus muecas. Erick pasa ambas manos por su rostro. Era inevitable no sentirse analizado por la persona que tenía al lado, Eros siempre tenía una respuesta para cualquier cosa que él dijera y la misma era lo qué él necesitaba escuchar en ese momento. —Lamento realmente todo esto y que estés poniendo la cara por mí y me estés acompañando, cuándo en realidad tendría que haber sido yo el que hubiera tomado las riendas de la situación, y no me tendría que haber quedado prácticamente paralizado cómo el imbécil qué soy.— Agrega colocando sus ojos en blanco. Estaba, cómo siempre, agradecido para con él y para las formas qué tenía de siempre estar ocupándose de cada uno de sus asuntos. En este caso, lastimosamente, se trataba de un problema y de un inconveniente en el que se veía involucrado por no haber prestado la atención necesaria y suficiente al camino, no obstante, el agradecimiento que tenía el para con el mayor no era solamente en este tipo de ocasiones. Era para todas las circunstancias de la vida, Eros siempre estaba dispuesto a ayudar y a mantenerse interesado en la vida de Erick. No importando si tenía tiempo de sobra o no, o si estaba completamente repleto de trabajo y abrumado por cualquier situación que pudiera llegar a tener que lo sobre pasará. Eros siempre estaba disponible para su hermano pequeño, para poder ayudarlo y aconsejarlo en cualquier tipo de inconveniente que tuviera, cómo así, también, para las cosas buenas. —¡No es tu culpa!— Lo mira relajado. Erick niega. —Si lo es.— Bufa. —En fin. ¿Pudiste localizarlo?— Arquea sus cejas al ver sus ojos cansados. —Si.— Eros suspira mirando a su alrededor. No quiere darle importancia a la forma en la que su hermano menor se está echando la culpa en estos momentos. No sirve de nada y además no es algo de lo que él quiera ahora mismo ponerse a discutir. —No pienses en eso ahora, Erick... Sólo estate tranquilo, resolveré todo.— Deja en claro. Las clínicas y hospitales no eran de su agrado, aúnque, en realidad, no lo eran para casi nadie. Ahora observando el desolado el lugar se encontraba agradecido de poder estar en compañía de su hermano, ya qué sino todo sería mucho más tenebroso. —¿Y quién era ese tal Aiden?— Cuestiona algo curioso con una media sonrisa de costado. Y por más que por sus adentros todavía siga temblando de miedo, no puede evitar tener aquellos sonrisa contagiosa que siempre lo caracterizaba por completo, incluso siendo que Eros era el hermano serio y supuestamente correcto de la familia mientras que Erick era el revoltoso, carismático y charlatán. Eros se queda unos minutos pensativo, recordando la conversación que había tenido hace muy poco tiempo para con el hermano de aquella chica que habían atropellado recordando el momento exacto en realidad en el que se le era informado que era su hermano y no el novio como él había llegado a pensar en un momento —Bueno si no me equivoco era el hermano... Y no parecía muy contento de lo que le estaba contando y a pesar de que se puso algo intensa la conversación creo que logre explicarle que ella, en definitiva, se encontraba bien— Argumenta pasando una mano por el puente de su nariz. Erick muerde su labio inferior, mientras que asiente con la cabeza. —¿Está cerca? ¿Puede venir? ¿Le pasaste la dirección?— Insiste en querer saber un poco más. El nerviosismo que tenía recorriendo todo su cuerpo era cada vez más notorio pero,y quién más lo notaba era Eros. —Tranquilo, Erick... Me estoy haciendo cargo de todo, no tenes porqué ponerte así... Sólo respira, no queremos otro internado está noche.— Le recuerda con calma y voz pausada. Erick infla su pecho y vuelve a morder tu labio inferior negando con la cabeza siendo prácticamente inevitable expresarse de ese modo. —¡Lo sé, eso intento!— Brama temblando. —¡Entonces no te hagas problema, no hay nada de que preocuparse!— Asegura con un guiño de ojo para poder trasladarle algo de tranquilidad a su hermano menor. Erick pasa ambas manos por su rostro. —¡Tampoco puedo permitir que siempre estés salvando mi pellejo, Dios cuándo se entere mamá, esto va a estallar y vas a estar envuelto en mi mierda!— Suelta frustrado. Su hermano lo mira suspirando. —Ahora no, Erick...— Eros coloca sus ojos en blanco. Su hermano suspira y asiente moviendo sus labios. —¿Que te dijo entonces? ¿Están de camino?— Cuestiona con calma. Eros asiente moviendo su celular en la mano a modo de distracción. —Me van a mandar su dirección, claramente no tiene cómo venir... Así que enviaré a alguien que los pueda ir a buscar... ¿Podes ocuparte de eso?— Pide pasando ambas mano por su cabello. Erick asiente. —Mandaré a Matías por él, no te preocupes ya lo estoy llamando.— Asegura. Matías era su chófer y custodia. Su madre había exigido, junto con su padre, que cada uno de sus hijos tuviera custodia personal, y eso no había caído en gracia para ninguno de los dos, no obstante, habían podido llegar a un acuerdo, en aquel entonces, siendo que el mismo trataba de que sus custodios, también funcionaran cómo sus conductores al mismo tiempo. —Supongo que eso será suficiente— Comenta suspirando y cerrando los ojos. Erick hace una mueca con sus labios prestando atención a cómo luce su hermano. —Hay algo que te preocupa...— Suelta suspirando. Eros asiente. —Parecía triste... No sé porque me preocupa eso, y tampoco sé si eso sea cierto o un absurdo problema de mí imaginación por el alcohol y el descontrol de esta noche.— Niega con la cabeza y sonríe. Erick sonríe arqueando sus cejas. —No es el alcohol si es lo que es pensas, yo note lo mismo, y no creo qué dos personas tengan la misma fantasía.— Arquea sus cejas sabiendo que está pensando exactamente lo mismo. Eros mira a su hermano y asiente. —Necesito un café.— Suspira. —Realmente uno bien cargados. — Agrega, pasando ambas mano por su cabello mientras que camina en círculos por el pasillo. Erick entre cierra sus ojos.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD