—Gracias por todo esto, se qué no lo haría cualquier persona y eso habla mucho de vos.— Susurra ella moviendo su cabeza a un costado.
Eros niega con la cabeza restándole importancia. —Te repito que es lo menos que puedo hacer, y a diferencia de lo qué pueda llegar a pensar tu hermano, no lo estoy haciendo por algo en particular.— Le guiña un ojo.
—Lo se.— Remoja sus labios.
Eros mueve levemente su cabeza hacia un costado. —¿Pero?— Sonríe mordiendo su labio inferior.
Lola aprieta sus labios, luciendo verdaderamente cansada, estuvo todo el día trabajando full y ahora mismo no le era permitido dormirse debido al golpe en su cabeza, y de todos modos, para Eros, seguía siendo la perosna más hermosa que alguna vez se hubiera cruzado por su camino.
Algo, en lo que no podía dejar de pensar y una cuestión qué lo tenía completamente inquieto, al saber qué Lola estaba llamando poderosamente su atención sin siquiera haber echo nada.
Incluso, era algo de lo qué estaba comenzando a temer, ya qué no era usual en su persona qué una mujer le interesará tanto de aquella manera sin siquiera haberse acostado antes.
—¡Me das tu tablet, aún te quedas acá! ¡Eso no tenes porqué hacerlo, y de todos modos lo estás haciendo, y se qué lo haces porqué es algo qué querés, de todos modos, es algo qué me causa sorpresa y es un gesto amable!— Le sonríe levemente.
Eros traga saliva.
—No es nada, siempre llevo una tablet y una PC a dónde voy, me gusta tener tiempo libre para ajustar ideas de proyectos, y esas cosas, soy una persona qué siempre está con el trabajo en la mano, y no es ninguna molestia poder prestarte algo qué te ayudará a pasar el rato si tenés quería mantenerte despierta.— Le resta importancia con un movimiento de mano.
Lola arquea sus cejas, teniendo completamente su atención.
Y probablemente no siendo una mala idea ponerse a hablar un poco con aquel desconocido que estaba siendo tan gentil con ella, y ante todo qué con esa conversación lograba encontrar la excusa perfecta para no caer rendida en el sueño y el cansancio qué la estaba consumiendo por completo.
Teniendo en cuenta qué Demian estaba mirando intensamente o aprovechando el inicio de la misma para quedarse dormido sobre su hermana mayor.
—¿Proyectos?— Murmura curiosa y al mismo tiempo algo tímida.
No quería pasarse de la raya, ni que él creyera que era una chismosa. Tan sólo que no tenía idea de que clase de proyectos podrían llegar a ser y le causaba curiosidad cómo una persona podía tomarse tan en serio el trabajo, encontrando una especie de conexión en cómo es qué Lola veía su vida.
Eros traga saliva, pareciendo humilde y siendo lo bastante modesto cómo para restarle importancia con una simple mirada.
—Mi familia tiene algunos condominios, y a mí me gusta salir de esa especie de firma familiar en la que a todos se nos relaciona siempre con lo mismo.— Bromea mordiendo su labio inferior.
Lola abre sus ojos, sorprendida, si bien, se notaba que él no estaba en su misma situación, claramente se sorprende de que sea alguien mucho más importante de lo que él mismo está queriendo decir, de todos modos lo respeta, y no indaga en aquello, porqué en definitiva, no es algo que le interese.
Algo hace un pequeño click en su cabeza, y eso ocurre cuándo achina sus ojos y recuerda un pequeño comentario que hizo Aiden cuándo apenas se escuchan que ellos estaban gritando en el medio de pasillo, siendo para nada amable y modesto con la persona que la había traído a este lugar, claramente Aiden sabía quién era Eros, o al menos a que se dedicaba su familia, eso seguro.
Y Lola no estaba segura de querer averiguar qué información manejaba su hermano menor al respecto de las personas qué estaban siendo amables con ellos en aquella madrugada.
—¡Eso es algo interesante!— Sonríe subiendo sus hombros.
Volviendo a la realidad y recordando qué debía de decir algo si no queria quedar cómo una lunática que conocía toda su historia y quiénes eran los hermanos Massim.
Eros arquea sus cejas. —¿Interesante?— Sonríe.
Tenía muchísimas ganas de poder comprender porque es que la rubia estaba diciendo esas palabras, debido a qué para él, no era en absoluto así.
Es más, la mayoría de la veces era fastidioso pertenecer a ese círculo cerrado qué su madre llamaba familia, y qué él llamaba: "imperio".
—Me refiero a qué el echo de querer marcar una diferencia y no estar, quizás, relacionado a eso de manera tan metódica...— Susurra temerosa de qué no sean las palabras adecuadas. —La gente qué tiene la capacidad de no seguir una estructura es interesante, o al menos creo qué son personas dignas de admirar.— Muerde su labio inferior.
No tenía ni la menor idea de cómo es que se lo podría llegar a tomar y por eso mismo quería utilizar las palabras apropiadas, ante todo, las palabras más sutiles posibles, siendo, de todos modos, completamente sincera ante lo que pensaba.
Eros sonríe haciendo una mueca con sus ojos, le gustaba cómo Lola pensaba, y parecía tan ajena a su mundo, y no tener idea de lo que él le estaba hablando, que le parecía gustarle muchísimo más.
—Quiero mí propia historia, estoy muy agradecido con mí familia, su legado y todo lo que eso representa, pero quiero también algo mío, algo qué diga que fue mí idea, no quiero qué me encasillen en un clan dónde no me siento yo mismo ni comodo.— Mueve sus hombros hacia arriba.
Dándose cuenta que era la primer vez que decía la verdad a una persona, además de a Erick, su hermano menor.
—Eso es algo increíble.— Sonríe apretando sus labios.
Siendo completamente sincera ante su respuesta espontánea, entendía ese significado, y poco a poco lo había podido lograr en aquella vieja cafetería que sus padres le habían heredado, y si bien, creía qué no se debía de parecer en nada a los proyectos que Eros debería de tener, creía qué la idea podía ser un poco similar.
Salir de esa estructura o de esa idea de qué los hijos eran igual que los padres.
—Creo qué te entiendo mucho más de lo qué pensás.— Susurra agregando aquello.
Eros achina sus ojos prestando atención a su mueca triste.
—Si, es bueno saber qué no estamos solos en algunos pensamientos o formas de ver la vida, y no querer pertenecer a algo no tiene nada de malo.— Infla su pecho, queriendo darle esas palabras de aliento a Lola, qué también son para él.
Ella asiente mordiendo su labio inferior.
—Es bueno no estar solo.— Sonríe y repite sus palabras.
—Quizas no sea de la misma forma, pero me alegra saber qué hay coincidencia en ese aspecto.— Mueve su cabeza levemente, analizando su rostro.
Lola traga saliva. —Si, yo...— Suspira parpadeante. —No creo qué nuestras familias sean iguales, pero la similitud del pensamiento es lo qué cuenta.— Tiñe sus mejillas de colorado al querer restarle importancia a la conversación.
Ni hablar qué no está preparada para decir delante de un desconocido, por más amable y gentil que fuera, qué sus padres eran drogadictos y ella era completamente todo lo contrario.