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1032 Words
Eros toma el café de la mesa y mira a su hermano en una clara advertencia de qué mantenga su boca cerrada ante lo qué hará. Erick suspira subiendo sus manos sin decir una sola palabra, siendo más qué suficiente para Eros de comprender qué no diría nada por el momento. —Aiden, toma el café, yo no lo voy a tomar, y lo compramos para vos en realidad.— Eros insiste cuándo Aiden vuelve del cuarto de baño. —¿Por qué tanta caridad?— Se mofa tomando el café de mala gana. Eros alza sus manos, no sintiendo que está haciendo caridad, mientras qué ve cómo los puños de Erick se vuelven rojos de la furia por su pregunta. —¡Y no te preocupes risitos de oro qué no voy a denunciarte, así qué no te pongas así de tenso por una pregunta, tu apellido seguirá intacto!— Agrega guiñándole un ojo a Erick. Lo cuál lo obliga a ponerse de pie y avanzar hasta acortar la distancia entre ambos. —¿¡Me estás amenazando, imbécil?!— Escupe apretando su mandíbula. Eros pasa una mano por el puente de su nariz. —Nadie amenaza a nadie, simplemente es un café, es tarde, todos tenemos sueño e imaginé qué lo ibas a necesitar, no necesito ser parte de tu familia para saber qué no cerraste los ojos ni por unos minutos cuándo llegaste acá.— Puntualiza. Y luego observar a su hermano menor. —Ya hablamos de esto, tranquilo, Erick, no es el modo de resolver las cosas y nosotros estamos en falta.— Agrega arqueando sus cejas. Aiden suelta una carcajada cínica, al mismo tiempo qué le da un sorbo a su café. —No es una amenaza, simplemente es la forma de hacerte notar quien está en falta.— Canturrea copiando las palabras de Eros. —¡No lo hicimos adrede y deberías de agradecer el servicio qué le estamos brindando en esta situación!— Escupe y lo señala. —¡Otro en nuestro lugar la hubiera dejado tirada!— Insiste alzando sus manos. Eros parpadeando moviendo sus manos entre si. Aquello se está tornando cada vez peor y más incómodo y Lola no tiene porqué escuchar los gritos desde el otro lado de la habitación. Y nuevamente se sorprende a el mismo por estar pensando en una chica qué sólo conoce de hace pocas horas. Siendo inevitable sacar de su cabeza la sensación de ansiedad por querer saber todo el tiempo cómo es que se encuentra, y lo peor de todo es qué es consciente de qué no lo hace porqué tiene miedo del accidente qué causaron con su hermano, sino qué es porque está interesado en cómo ella se encuentra. —¡No te pongas nervioso!— Aiden le guiña un ojo. Dispuesto a continuar con la pelea a cómo dé lugar. Sin importarle qué se encuentra en un lugar privado y con gente a su alrededor pasando todo el tiempo. Ya estaba completamente saturado de la situación y no había manera alguna de que pudiera llegar a soportar el hecho de la promesa que le había hecho a su hermana y no objetar algo al respecto, sí bien, no diría absolutamente nada y cumpliría con aquella palabra tampoco esperaba que lo siguieran presionando de ese modo cómo estaba pasando ahora mismo con Erick. Todo tenía un límite y un punto final y este era el límite por el cual ahora Aiden estaba, prácticamente, colapsado mentalmente. —¡Me estás colmando la paciencia y no me va a importar que estamos en un lugar privado en donde deberíamos de mantener la cordura!— Brama mirando a su hermano. Eros bueno punto final colocándose entre medio de ambos con su porte en todo su esplendor, observando a los dos con la peor de las ondas. Era completamente innecesario que estuvieran montando aquel espectáculo, si bien podía entender que no había quorum para que hubiera buena onda respecto a lo que había pasado, entendía mucho más al hermano de Lola, y también entendía por otro lado que llevaba muchas horas sin dormir y que su hermano continuaba preocupado por el hecho de cómo podía llegar a reaccionar su madre cuándo los viera en persona. Y él tuviera que enfrentar aquella especie de juicio que la misma le pondría. —¡En realidad son ustedes los que me están colmando la paciencia a mi!— Demanda observandolos a ambos. Parecía cómo si todo el tiempo tenía que estar tratando con dos niños pequeños a los qué les tenía que estar dando órdenes de cómo comportarse en un lugar público en el cuál no se podía correr ni jugar. —¡Es suficiente, entiendo qué sea una situación completamente que se escapa de nuestras manos pero la mayoría somos adultos, y si no lo somos, estamos cerca de serlo, por lo cuál espero colaboración por parte de ambos, ya qué sino esto va a terminar mal!— Los apunta. Erick alza sus manos rendido, mientras que Aiden bebé de su café cómo si aquello no le importará no un poco. Algo qué hace enloquecer aún más a Eros y la poca paciencia que está teniendo para con cualquiera de los dos. —¡Y si somos sinceros y decimos la verdad la única persona que está saliendo perjudicada de todo esto es la que está encerrada en esa habitación y no puede dormirse por una contusión!— Sisea señalando la habitación con una pizca de maldad. Erick maldice. —Lo lamento, no volveré a decir nada, siempre y cuándo él se sepa comportar también.— Sonríe frustrado. Aiden sonríe y lo mira burlón. —Yo sólo me ocuparé de mi hermana, y mientras menos estén en mi camino mejor para mí.— Alza su vaso a modo de saludo. Eros infla su pecho y muerde su labio inferior. —Yo quiero hablar de algo con vos.— Demanda queriendo llamar su atención antes de qué se retire hacía la habitación de Lola. Aiden se da media vuelta y asiente alzando sus manos. —Que sea a solas.— Sisea mirando a Erick. Eros asiente suspirando, señalando la salida principal.
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