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1021 Words
Aiden sale de la habitación de Lola con unas grandes ojeras bajo sus ojos. había logrado poder acostar a su hermano pequeño de manera un poco más cómoda en uno de los sillones que había en la misma habitación para los acompañantes de las personas qué se encontrarán en internación. Quería estirar un poco sus piernas e ir por algo de tomar, teniendo que admitir para sus adentros, a regañadientes, que el café que le habían dado los hermanos Massim había ayudado a pasar las últimas siete horas despierto. —¿Ey, cómo está?— Eros se pone de pie apenas lo ve. —¿Todavía acá?— Se carajea arqueando sus cejas. Erick coloca sus ojos en blanco absteniéndose a cualquier tipo de respuesta que pudiera llegar a perjudicar a su hermano mayor. El cuál agradece internamente. Sería un gran dolor de cabeza tener qué ponerse a discutir en estos momentos. No había sido facil para ellos, las horas también se les habían venido encima, a pesar de que se encontraban trabajando en sus respectivos proyectos. De todos modos eso no significaba qué Eros siguiera insistiendo, cada vez qué podía, en qué Erick tenía qué ir a su departamento a descansar, qué no habría ningún problema en que se quedara sólo por un par de horas en aquel lugar. —Si, quizás no quedó claro, pero me quedaré hasta qué la rubia salga.— Argumenta arqueando sus cejas. Aiden le hecha una mirada de arriba abajo y asiente pasando una mano por una de sus cejas. —Se llama Lola.— Escupe en su dirección. Odiaba la gente qué le decía así a su hermana, mayormente eran hombres qué no veían nada más qué un pedazo de carne caminando y es por eso qué no podía dejar de relacionar a Eros con uno de ellos. —¡Si, yo... Lo lamento, no lo dije de manera despectiva!— Sus palabras salen sinceras. —¡Tiene nombre y todos la llamamos por el!— Insiste de manera cansada. —¡No volverá a ocurrir!— Promete alzando levemente sus manos. Aiden asiente sin decir nada más y se da media vuelta queriendo encontrar el baño, y posiblemente siendo una de las mejores estrategias para ignorar a cualquier de los hermanos Massim. —Aiden...— Lo llama esperando a qué se de media vuelta. Y cuándo lo hace continúa. —Erick compro café de sobra y sería una pena qué se enfríe. ¿Querés?— Señala hacía la pequeña mesa qué tienen frente a ellos. Dónde continúa el ordenador de Eros junto con unas bolsas de comida y aquel café del qué habla. No le habían podido compartir nada de aquello a Lola, ya qué la clínica se encargaba de suministrar sus alimentos y lo habían hecho a la hora pactada con unas delicias de las cuáles Lola no había podido resistir probar. —Estoy bien, iré al baño y compraré algo para pasar las últimas horas.— Murmura pasando una mano por su cabello. Eros niega. —Se qué no querés saber nada para con nosotros, pero le estoy poniendo buena voluntad, y se qué pensas qué lo estoy haciendo porque me siento culpable, pero sólo quiero ser gentil, todos estamos cansados, y creo qué vos más, porque si fuera mi hermano quien estuviera allí mi cabeza andaría a mil por hora.— Le hace saber subiendo sus hombros. No espera ser su amigo, ni mucho menos, sólo se está comportando cómo lo haría en cualquier otra situación en la qué viera qué podía darle algo caliente de comer a quién lo necesita. —¡Podes estar tranquilo qué Lola me prohibió poner la demanda, y no lo haré, todavía sigo esperando qué mi hermana se de cuenta de que no todas las personas son honestas cómo ella!— Brama antes de darse media vuelta y desaparecer por el pasillo. Eros para una de sus manos por la frente y abre sus ojos abrumado. Su cabeza duele horrores, y es sólo porqué no deja de pensar en la estrategia qué tiene armada en su cabeza para poder confrontar a Rebecca dentro de las próximas horas, además de que una parte de él se está interesado demasiado por aquella chica qué desconoce y se encuentra a pocos metros de distancia de su persona. Y ahora qué había escuchado aquellas palabras por parte de Arden no podía hacer más qué inflar su pecho y pensar en qué no se había equivocado al ver en ella algo diferente de lo qué podía observar de las demás personas. Lola no tenía maldad, y no esperaba que no lo denunciará, todo lo contrario, esperaba qué fuera firme y Aiden lograra convencerla, no obstante, parece qué las cosas habían sido del revés y era ella quién había convencido al menor de no involucrarse en aquello. Y ahora había otro asunto que estaba picando en su cabeza y era saber porqué es que ella no quería formalizar aquella denuncia si el siniestro había sucedido. No queriendo ser de mente cerrar al decir qué no le era muy difícil observar a su alrededor y a su pequeña familia para saber qué no les vendria nada mal un poco de ayuda económica, de esa qué podría conseguir en la demanda del accidente. —¡¿Eso es todo?!— Erick interrumpe sus pensamientos. Eros asiente dándose media vuelta. —Creo que si.— Murmura ronco. Él esperaba resolver aquello en secreto, ofreciendo una muy buena cantidad de dinero para satisfacer a Aiden, ya que era a quién debía de poner en su foco, y de aquel modo si su plan funcionaba no tendrían qué elevar ninguna otra demanda, más qué la incidencia qué su madre había obtenido por parte del fiscal. —¿Tan fácil?— Erick sospecha y maldice. —Ella no es cómo estabas pensando, y puede qué él esté en desacuerdo con la situación, pero la chica es importante para Aiden.— Murmura pensativo. —Ya lo creo.— Erick sonríe emocionado. Parecía ser qué todos sus problemas acababan de terminar con ese pequeño cruce de palabras.
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