—¿Estás bien?— Aiden muerde su labio inferior preocupado por las ojeras que tiene Lola.
Desde hace un buen rato habían terminado de discutir en aquel pequeño cruce de palabras y ahora sólo estaban hablando de cosas tribales de lo que había sucedido en el bar antes del accidente.
Ella eleva su vista delicadamente hacia sus ojos. —Si, de los golpes la verdad es que no me puedo quejar por el suero que me pusieron y me pasaron algún que otro medicamento.— Admite con una media sonrisa de costado.
Aiden asiente inflando su pecho y sintiéndose por demás incómodo en aquella silla.
De todos modos, encantaría no alejarse de su hermana mayor, y no utilizar la habitación continua que le habían dado, ya que esperaba poder quedarse a su lado para que ella no se durmiera.
Y ni hablar del hecho de que estaba pidiendo para sus adentros el mayor de los deseos, qué se trataba de qué Eros no apareciera por la habitación.
—¿Y por lo demás?— Sonríe burlón. —¡Hay algo que te molesta y me puedo dar cuenta!— Murmura obvio.
Lola sonríe levemente mordiendo su labio inferior, al no poder ocultarle nada.
—No quiero hablar de eso porque es algo que nos va a llevar nuevamente a una discusión y tampoco quiero que estén mal las cosas entre nosotros.— Explica inflando su pecho y sintiendo un verdadero nudo en su garganta.
Aiden traga saliva y niega con la cabeza para darle la pauta de que se va a comportar, y que hará uno de sus mayores esfuerzos para no contradecirla o comenzar a discutir.
—Podes decirme lo que quieras, es más, en estos momentos creo que estoy en el lugar del mayor y que posiblemente podría obligarte a que me digas qué es lo que está pasando por tu cabeza.— Bromea y le guiña un ojo.
Aquella pequeña acción logra volver a sacarle una sonrisa contagiosa a su hermana mayor y eso no hace más que generarle calma a su alrededor.
—¿Me podés prometer algo si te lo pido?— Parpadea y el miedo se muestra en su rostro al tener que hacer aquella pregunta.
Aiden bufa, intentando no hacer mucho movimiento brusco, al ser consciente de que tiene a Demian sobre sus brazos. —Se lo que me vas a pedir y no es necesario que me lo pidas, se comportarme y no te voy a hacer quedar en ridículo ni me voy a comportar cómo un chiquillo.— Sisea frustrado.
Lola niega.
—¡Creo que te lo dejé demostrado, a pesar de mi enojo por la situación, de lo cuál no me podés culpar!— Agrega ante su mirada de advertencia.
—No es solo eso, lo que te quiero pedir es que no iniciemos alguna denuncia ni demanda, ni hagamos ningún tipo de confrontación para con ellos.— Susurra apretando sus labios.
Le estaba costando horrores tener que pedir aquel favor y hacerlo frente a una persona que tenía el carácter de su hermano menor, por lo que sabía con lo que se podía llegar a salir al responderle si había algo en su petición que no le había gustado siquiera como había sonado.
Aiden cierra los ojos y no puede evitar mostrar lo mucho que le molesta esa petición, y a pesar de que le acababa de prometer que podías comportarte y no haría nada fuera de lo común, le era inevitable no quejarse o hacer una mueca al respecto.
—¡No puedo creer que seas tan ingenuade creer que ellos en tu lugar no harían lo contrario!— Se carajea frustrado.
Lola traga saliva inflando su pecho. —No te voy a decir que eso es una mentira porque tenemos que ser sinceros en el hecho de que no los conocemos, y ahí te doy la derecha de forma absoluta.— Puntualiza. —Eso no significa cómo somos nosotros como personas, o los valores que yo les quiero inculcar a ustedes dos, y también sé que tampoco tengo derecho a inculcarles valores porque no soy la madre de ninguno de los dos y tampoco quiero hacerlo.— Agrega llevando su mano a su pecho.
—Lola.— Aiden niega.
Y ella también lo hace frenando cualquier tipo de palabra que quiera salir por sus labios, necesitando poder expresarse y pedirle aquel favor antes de que cualquier otra persona ajena a su familia los pueda llegar a interrumpir.
—¡No te estoy pidiendo que te comportes bien o que no te muestres enojado cómo lo estuviste haciendo, lo que te estoy pidiendo es que pasemos este día y vayamos a casa a celebrar la Nochebuena!— Sube sus hombros. —Nunca tenemos nada y no necesitamos tampoco tener ahora mismo cualquier cosa para sentirnos mejores o para vivir la vida de otra manera.— Le recuerda.
Aiden sonríe. —Lola, haré lo que sea que me pidas, y más si estás en la cama con todos esos moretones.— Demanda.
Y ella no puede evitar sorprenderse, teniendo en su cabeza un sinfín de frases para continuar con aquella pequeña extorsión que estaba haciendo para con su hermano menor, en el caso de que él se mostrara poco colaborativo con la petición que le estaba haciendo.
Y si bien, ella no dejaba de ser la mayor y la autoridad en esos momentos, le era muy difícil qué Aiden pudiera llegar a guardar silencio si algo le molestaba.
—¿Que?— Susurra y luego sonríe.
Aiden sube sus hombros. —No haremos ninguna denuncia si vos no querés, no voy a obligarte a hacer lo que no quieras, Lo único que quiero es que salgamos de este maldito lugar y nos olvidemos de esos idiotas.— Infla su pecho diciendo las últimas palabras de forma despectiva.
Lola mueve su cabeza hacia un costado no estando muy a gusto con la forma en la que tiene de referirse hacia los hermanos Massim.
—¿Y esto va a tener un precio, verdad?— Traga saliva.
Aiden sonríe de costado, levemente con malicia. —Vas a dejarme traer dinero a casa y colaborar tanto en la producción cómo en el bar.— Mantiene su mirada maquiavélica hacia ella.
Su hermana suspira y cierra los ojos.
Pedirle a un menor de edad que trabaje le parece una completa falta total de cordura, no obstante, sabe de lo que es capaz su hermano y no lo quiere tratar cómo a un niño, porque tampoco lo es.
Lo único que le quiso inculcar durante todo este tiempo es a respetar los valores que ella creía que eran importantes mantener en la familia.
Siempre siendo humildes.
—¡Aiden!— Lo llama suplicante.
Su hermano sube sus hombros. —¡No puedo hacer las cosas sin un precio, Lola, esto qué pasó hoy es porqué no me dejas ayudarte y yo no voy a volver a arriesgarme a qué te expongas de esta manera!— Demanda elevando levemente el tono de voz.
Lola suspira bajando la mirada... —Vos me ayudas con Demian, Aiden y no te das cuenta de cuánto. Y no podemos tampoco dejarlo de lado, él nos necesita— Insiste.
—¡Buscaremos la manera de no dejar sólo a Demian, te lo prometo, pero no dejaré qué hagas esto sola, ya me cansé de que no me des el lugar y qué todo el tiempo me estés tratando cómo a un maldito crío, y te recuerdo qué este maldito menor de edad vino sólo con Demian a buscarte y nada sucedió en el medio!— Señala a al pequeño en sus brazos con una fuerte mirada de autoridad.
Lola asiente mordiendo su labio inferior.
—Esta bien, pero lo resolveremos juntos.— Pide no estando del todo de acuerdo.
Aiden asiente manteniéndose en silencio. —Te lo prometo.— Responde con sinceridad.