Celeste se quitó la mascarilla de su boca y observó a Cristóbal con tristeza. —Mi amor, me imagino que él doctor te comentó sobre mi enfermedad, ¿cierto? —preguntó con dificultad. Él asintió—.Quiero que sepas que hace dos años que tengo conocimiento de este virus en mi cuerpo; la doctora que me atendió en ese entonces tras llegar al hospital luego de un desmayo me explicó todo. Le conté a la doctora sobre lo que me había pasado en mi niñez, alguno de esos hombres me lo contagió. Ella me confirmó que tenía pocas posibilidades de sobrevivir por lo avanzado que estaba el virus dentro de mi cuerpo, que era inútil tomar medicamento, que al final no me iban a salvar de mi destino —mencionó ella en voz baja sintiéndose cada vez más débil—. No hay que engañarnos, Cristóbal. Me estoy muriendo, pro