Santiago Había algo en toda esta situación que me tenía intranquilo, tres días después de ese desafortunado momento en mi departamento, Celeste apenas y me hablaba y cuando lo hacía no mencionaba el tema en absoluto. Tampoco es que supiera realmente que decirle, porque si, sentía este impulso por explicarle, pero no había mucho sentido en la explicación, en definitiva, se supone que Delfina es mi prometida. Mi cabeza era un lio y apenas y podía dormir, era un jodido cobarde y lo sabía. A ella tampoco volví a verla, pero no podía escapar por mucho tiempo. Celeste había tenido una cita, por eso no quiso cenar conmigo ese día, no me dijo con quién ni como le había ido. Y sí, me sentí celoso, y no tenía ningún derecho a estarlo. Pueden pensar que soy una persona de mierda y quizás tengan