Santiago Habíamos pasado un día increíble en la playa, llegamos casi al atardecer agotados, nos dimos una ducha juntos y nos acostamos a dormir una mini siesta para reponer energías, dos horas después nos levantamos para preparar la cena, y ahora estábamos tomando una copa de vino mientras mirábamos una película. ― ¿Puedo decirte algo? ― susurra Celeste con las mejillas sonrojadas y es la imagen más adorable de todas. ―Sí, por supuesto― la miro y detengo la película, se retuerce los dedos nerviosa y mira hacia otro lado―. Cielo, podes decirme lo que quieras. ―De acuerdo― suspira y se gira, sentándose sobre sus rodillas, siempre voy a decir que debe ser la única persona que encuentra cómoda esa posición para sentarse, se muerde el labio inferior y me mira―. Yo… yo estaba pensando que...