Celeste Me desperté sobresaltada y transpirada, me toqué la frente estaba algo caliente, quizás estaba afiebrada o algo por el estilo, me di cuenta que estaba sola en la cama, era raro, Santiago nunca se despertaba a mitad de la noche. Sentía una opresión en el pecho, la había sentido todo el día en realidad. Santiago estaba raro, no conmigo, habíamos pasado la mejor semana de mi vida y aun no podía creer todo lo que nos estaba pasando, lo había querido por tantos años que a veces lo miraba y me parecía irreal, como un sueño. Pero había pasado todo el día como pensativo, ido de alguna manera, lo tenía acá conmigo, pero por momentos su cabeza se iba. No iba a presionarlo estaba segura que se debía a que mañana debería estar casándose y haber desafiado a su familia por mí no debió haber