Santiago La mañana había sido un verdadero caos con varios contratos que se habían caído, sumado a algunas acciones que no funcionaron como esperábamos. No nos afectaba mucho la verdad, pero no me gustaba perder en nada y menos a manos de la competencia que encima se había llevado una noticia exclusiva. No estaba pudiendo dormir bien y mi malestar tenía nombre y apellido. Sin embargo, como si todo ya no fuera una verdadera mierda, la puerta se abre dándole pase a una para nada contenta Delfina. Quizás que haya cancelado dos de nuestras últimas tres cenas, sea un factor para que este así. No podría importarme menos. Sin esperar a que la invite a pasar, llega hasta mi escritorio y me tira un sobre esperando que lo abra, lo hago y veo que es la invitación para una cena benéfica que se ha