Celeste La última semana había sido verdaderamente desastrosa, tanto que me encerré en mi casa sin salir ni ver a nadie. Me había inventado una gripe contagiosa que mantuvo lejos a Bruno todos esos días, hablamos por mensaje y me sentí pésimo en no decirle la verdad, pero no tenía voluntad. Eventualmente lo iba a hacer porque él, no se merecía nada malo de mi parte. A Santiago tampoco lo volví a ver desde la última vez que estuvo acá, pero a él, no tenía ganas de verlo, al menos no en las próximas semanas mínimo. Todavía no me recuperaba de todo lo que me había dicho, de lo que me había confesado. Pero por, sobre todo, no me recuperaba del hecho de que, a pesar de todo, iba a casarse igual. Limpio mis lágrimas, otra vez, estoy cansada de llorar y me odio por permitirme eso, asique hag