Capítulo 3: Felicidad incompleta

1203 Words
Esa propuesta que acaba de aparecer en la vida de Anne, termina por ser una luz al final del túnel, la solución más complicada que se le puede presentar, quizá parece ser la única que ella tiene. —¿Qué será de mi mamá? —Anne pregunta. Ella espera que el hombre que por meses ha sido su jefe se compadezca, algo que no pasará, el corazón de Olivier está duro como una roca, así tal cual como terminó el de Nathan. —Ella será mantenida por mí, solo tenga en cuenta que de su esfuerzo Anne dependerá la suerte de su madre, yo sé muy bien que a esa edad tan avanzada terminar en un ancianato la podría llevar a una gran depresión, eso en lo personal me divertiría simplemente por el hecho de verla sufrir, pero a usted. Sin embargo, la vida entrega oportunidades y enamorar a mi hijo es una de ellas. —Sus palabras son drásticas, ya está decidido con todo lo que ha planeado y no permitirá que su futura nuera le voltee la hoja. —Acepto —Anne saca su voz más suave. —La noche es joven aún y para empezar tiene que conocer a mi familia, que no le gane la culpa, recuerde que hay un niño que podría llegar a odiarla. —Olivier mueve sus manos afanando a Anne, que no puede ni siquiera levantarse de la silla, se termina por ir dejando un pedazo en ese sitio. Para Anne dejar esa pista de baile es lo más duro que ha hecho en su vida, pero ella continúa siguiendo a Olivier sin saber hacia dónde se dirigen, se suben en el auto y llegan en realidad es bastante cerca, para ella la idea no es mala, a pesar de todo no sabe cuál fue el destino que terminó por correr aquel hombre que fue su salvador, agradecerle por su acto tan valiente no estará de más. Olivier le abre la puerta de su casa a Anne, ella entra y siente un ambiente bastante tenso, hasta las ganas de dejar todo tirado le acaban de entrar, toda esa tensión le va pasando cuando alcanza a ver unos mechones muy rizados, es lo único que aparece, eso le hace entender que el niño está escondido. Para Anne uno de los sueños que ella más ha anhelado es ser madre, pero por unos problemas de salud que presentó en su pasado, le informaron que la posibilidad de llegar hacerlo es del 1% es por eso mismo, que su corazón siente una explosión al tener un niño tan cerca. Anne va caminando y lo hace muy tranquila, Paul cada vez saca mucho más su cabeza, hasta terminar justamente al frente de Anne, él no se mueve, antes le observa solamente sus ojos, algo le hace sentir a ella lo más tierno del mundo. —Hola, soy Anne y seré tu profesora. —Ella sonríe al mismo tiempo del pequeño, que lo hace más emocionado. Esa terminó siendo la mejor noticia para Paul, ya que él no asiste a la escuela desde hace un año, justamente desde el día en que su madre falleció, en un accidente de tránsito. Paul simplemente mueve su cabeza dándole aviso de que si entendió. —Lo que más toca tener con el niño es paciencia, en sus manos estará la evolución de mi nieto, anhelo que sea el niño alegre de antes, todo eso desapareció ya, son muy pocas las palabras que salen de sus labios —Olivier nuevamente le hace advertencias a ella, pero está distraída y solo está buscando a aquel hombre. —¿Y su hijo? —Anne pregunta, su corazón ya está que se le sale del nerviosismo, los dos se van hacia la recamara de él y entran sin avisar. Nathan está mirando por la ventana y ni se alerta para nada, está en una silla mecedora que mantiene intacta, sus piernas están rectas y aun cuando se notan bastantes raras, Anne de nada se percata. —Vamos —contesta Olivier, mientras se acercan. —¡Hola! —ella saluda con emoción a Nathan, él la está observando de reojo, pero no le responde, no comprende porque razón aquella mujer que le trajo esas desgracias está en su casa, con esa sonrisa tan resplandeciente, la que él solo quisiera borrar para siempre. —Se llama Nathan —Olivier le dice a Anne, su hijo Nathan solo le retuerce los ojos a su padre hasta blanquearlos por completo, recordándole que es todo un hombre, solo tiene rencor y eso es lo que precisamente está dejando salir de su alma. Anne se acerca, inclina su cuerpo para acariciar con sus labios las mejillas de Nathan, pero la prepotencia de él aparece, moviéndose para un lado y quedando de frente con ella, sus miradas se fijan mucho más y los labios se juntan sintiendo cosas indescriptibles, por el cuerpo de los dos pasa un cosquilleo, tardan unos segundos traspasando la respiración el uno al otro, de repente Nathan cierra sus ojos lo que para Anne es lo más mágico. —Aléjese ya mismo —la voz de Nathan sale con furia, justamente cuando se quita. —Pero… —Los ojos de Anne se despliegan, ella no comprende, le pareció muy sencillo y ya está modificando todo en su cabeza, ya que es un hombre arrogante. —Largo ya de mi casa, aquí no puede entrar la mujer que lanzó mi vida por la basura ¡Fuera! Una persona como usted me llena de asco. —Las manos de Nathan tiemblan al mismo tiempo que sus ojos brotan de la rabia. —No… Nathan sé que olvide dar las gracias, por usted estoy viva todavía. —Ella acomoda su cabeza de medio lado para verlo. —Si pues mire como me p**o, ya que gracias a usted yo quedé así sin poder moverme, siendo un paralítico, me daño todos mis planes y no se atreva a volver a acariciar mis labios, esos solo los merece la mujer con la que yo me iba a casar —Nathan la está humillando como jamás lo ha hecho con una persona, los remordimientos ya los está sintiendo Anne y aun cuando ella quisiera regresar el tiempo nada podrá cambiar. —Nuevamente le ofrezco mis disculpas, en cuanto a su novia no la veo por ningún lado, tal parece que lo dejó solo —las palabras de Anne son muy crueles, pero ella solo busca decirle la verdad porque obviamente no conoce a esa mujer, pero desde ya siente que la detesta, además por el dinero que le entregaran cumplirá su trabajo de enamorar a Nathan lo más rápido posible. —Eso hace parte de mi vida personal, ya es suficiente así que váyase. —Nathan no quiere creer nada de eso, puesto que mantiene las esperanzas a pesar de todo de reconquistar a Alizze. —Anne, me puede decir. Ya que para su desdicha me verá muy seguido. —Anne sale de la recámara, por más de que tensiona su rostro, todo le continúa haciéndole creer que es una pesadilla, todo por culpa de los problemas en los que se involucra por ser una ingenua.
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