Las ansias de volver se hacían más grande, Claudine Thomas venía a todo, incluso a quedarse con Nathan y su inmensa fortuna, ella sabía muy bien que nadie se atrevería a desperdiciar su vida al lado paralítico, solo ella estaría dispuesta a estar con él, claro está a cambio de una buena suma de dinero. Miro una vez más al tablero del aeropuerto y ya salió era cuestión de horas para volver. Se puso de pie y fue por algo de tomar, pero en su cabeza solo estaba la idea de poder conquistar a Nathan, después de todo él nunca podría conseguir a una mujer tan hermosa como ella, se dijo a sí misma. Tan pronto llamaron su vuelo, respiro profundo y tomo sus maletas para lo que sería su nueva vida. Mientras tanto en otra parte del país, Paul, jugaba con uno de sus carros, era su preferido desde qu