Nathan siente que no necesita ni una sola explicación, no comprende porque su mente la tiene tanto a ella, cuando él solo quiere esconderse de su presencia, es que simplemente no puede disimular el interés que le trae, de todos los pensamientos que tiene lo saca la desesperada voz de Anne, Nathan no soporta eso y entra de una vez. —¿Qué le está haciendo a ella? —Nathan sabe que tardó demasiado, los ojos de ella se lo hacen saber; espera que no la haya tocado porque no se lo perdonaría. —La mujer simplemente se confundió. —El doctor busca marcharse, pero Nathan no lo va permitir. —No le creo nada, yo no soy un pendejo y la integridad de Anne es mucho más valiosa que usted; ¿Quieres que hagamos algo con este imbécil? —Nathan la voltea a ver, nota que en vista de todo no la quiere solta