Solo puede pensar Anne que cuando todo va tan bien parece una piedrita, así la ve a ella como algo tan diminuto que la quiera hacer caer, sin embargo, no podrá, Paul de repente aparece en su recámara, con todos los libros que Anne le había comprado. —Sé que esto no lo debería decir yo Paul, pero para mí ya estás preparado para salir, debes saber muy bien a qué me refiero. —Ella lo está esperando. —Te confirmaré que, si quiero ir a la escuela, me hace falta tener amigos. —Paul está decidido, para ella es el camino correcto y va luchar para que sea cumplido. —Solo falta la autorización de mi papito. —Paul de inmediato se desanima, Anne ya se está imaginando todos los pretextos que va empezar a sacar Nathan para prohibirle al niño. —Sí dejas que yo consiga todo, puedo llegar a ser una