Por más de que Anne arma frases en su cabeza, ninguna se organiza para ser la más coherente, a todas le falta un pedazo que es complicado completarlo. —¿Quieres hablar conmigo Nathan? Sé que soy la menos indicada, sin embargo, por más de que mis consejos sean tan malos alguno debe terminar sirviendo, luego de que descubrimos qué podemos llegar a ser buenos amigos, al menos eso fue lo que sentí yo. —Anne está fijamente mirándolo, eso que presenció debería emocionar, pero no fue así. —No, parece que acabo de firmar mi sentencia; ella se está aprovechando hasta donde más no puede. —Nathan no lo quería admitir, pero ya precisamente le tocó. —No creo que sea del todo así, era tu ex prometida Nathan y eso tiene un peso muy grande, ella siempre va a querer tu bienestar, te ama se supone no,