PELIGROSAS ALIANZAS

1658 Words
ALEX SMITH De un momento a otro la atención que me profesaba Aurora desapareció por completo, al ver que no me sigue, vuelvo a mis actividades normales para seguirla incluso me acerco a ella no utiliza ningún perfume, pero su olor natural me tiene muy loco. Me trata con indiferencia, juega con mi mente, comienza a limpiar el piso de la capilla mientras estoy presente, se pone de rodillas y de espaldas, ondea sus caderas, haciendo que mi mente vuele, me la imagino en la misma posición, moviéndose de la misma forma, pero conmigo enterrado hasta lo más profundo de su ser ¡soy un maldito pervertido! Me voy a mi habitación y comienzo a darme golpes en la cabeza, me meto en la computadora y veo dos microchip juntos, Paola con Aurora ¡eso explica muchas cosas! –Paola ni lava ni presta la batea.– Susurro sorprendido al ver la alianza de estas dos, eso solo significa una cosa, Paola se dio cuenta de mi interés por Aurora y están planeando volverme loco entre las dos. –Pero más sabe el diablo por viejo que por diablo, así que les va a salir el tiro por la culata. Pasan dos días, soy la el más amable con todos y todas en el convento, no manifiesto ningún interés por ella así me muera con las ganas de pegarla a cualquier pared y enseñarle todo lo que sé. –Primera de Juan en el capitulo cuatro versículo del siete al ocho dice: Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no conoce a Dios, porque Dios es amor.– Lo la biblia y todos escuchan atentos, disimuladamente Aurora sale de la misa, me ve y se va sabiendo que la vi escaparse Al cabo de veinte minutos, termina el servicio y salgo de la capilla, afuera llueve torrencialmente ¿Adonde iría? Me pregunto viendo en todas direcciones. –Padre tome, no se moje.– Me entrega una de las mojas un paraguas enorme. –Excelente servicio padre, el amor de Dios es fundamental en nuestras vidas, muchas de estas niñas no lo comprenden.– Me halaga la madre superiora y sigo nervioso por la novicia loca y Paola juntas son una mala combinación de eso estoy totalmente convencido, solo pienso en donde estarán. Paola está muy embarazada, no puede seguir arriesgando a su hijo en medio de la lluvia. Voy a ver a donde están y Paola La localizo en su habitación, pero Aurora en el huerto, se encuentra mojándose está lloviendo tan fuerte que es posible que pesque un resfriado. Me voy preocupado al huerto con la sombrilla en la mano, lo que veo me deja perplejo, juega como una niña bajo la lluvia, con una sonrisa y una mirada hacia el cielo –¿Estás loca, te puedes enfermar?.– Le grito y ella me hace caso omiso comienza a dar vueltas bajo la lluvia, definitivamente no es normal, Atlanta es demasiado frío para hacer esta gracia. Le tomo por el brazo –Te va a enfermar.– Grito y ella se abalanza sobre mi besándome, dejándome en un segundo sin aliento, me dejo llevar por mis instintos primarios y le devuelvo el beso, esta chica no sabe en donde se esta metiendo. Esta vez no dejo mis manos quietas le amaso las nalgas con las manos, presionándola contra mi pelvis, para que tenga una idea de cómo me tiene… –Su boca es dulce y adictiva, gime en mi boca y mis manos la recorren entera por encima de la ropa, mojada, jadea Tiene la cintura más pequeña de lo que imagine, los senos me llenan las manos y mis manos son grandes, son un par de melones suaves al tacto –Delicioso.– Susurro, chupándola del cuello, no pude contenerme, nadie es tan loco como nosotros para salir cuando llueve de esa forma, así que aprovecho esa intimidad para manosearla como deseo, estoy desesperado, pero su primera vez no puede ser en un matorral, me niego a ser tan desgraciado. Nos separamos con los labios hinchados y la respiración agitada, quisiera rendirme a mis deseos y enterrarme tan profundo dentro de ella –Vamos adentro.– Le ordeno y caminamos hasta mi habitación tomados de la mano. –Quiero, que me hagas tuya.– Susurra –No soy bueno para ti.– Le digo y ella comienza a desnudarse debajo del austero hábito, una ropa interior de algodón blanca y mojada me deja ver todo su sexo y sus pezones rosados y erectos –Yo decido que seas tú, el primer hombre en mi vida.– Me susurra con voz ronca y la mirada oscurecida –No aguanto y comienzo a besarle como un poseso, le arranco el brasier y comienzo a chupar y lamer los senos, los aprieto y los consiento como se merece, esta son los senos mas deliciosos, estoy loco por ella. La tiro en la cama, abre sus piernas, debo controlarme para no hacer una locura, su centro esta caliente y mojado… He soñado tanto con tenerlas de esa forma, me coloco de rodilla y comienzo a chupar su centro con todo y ropa. Luego la despojo de la última prenda que la cubría, abre sus piernas sin vergüenza ofreciéndome algo que, no creo ser merecedor. La lamo y pruebo su sabor, podría comerla todos los días de mi vida sin aburrirme –Estas exquisita.– Le digo y ella es incapaz de pronunciar nada muerde su labio inferior, perdida en el placer que le estoy otorgando, nada volverá a ser lo mismo entre nosotros, a partir de ahora. Me despojo de toda la ropa me coloco sobre ella y ondeo mi cadera, pasando mi pene por su raja caliente y húmeda sin hundirme como quisiera, siento un placer indescriptible Merezco un gran castigo por corromper a esta mujer, me muevo con rapidez y ella muerde mi hombro alcanzando el orgasmo, verla alcanzar su liberación es increíblemente satisfactorio… –Te amo.– Susurra –Estas confundida.– Susurro viendo con morbo la humedad, que emana de su sonrosado coño, y como me está mojando. –Quiero todo.– Suplica, llorosa. –Tenemos que detenernos.– Le digo intentando que entren razón, pero estoy a nada de caer en la tentación y hundirme en su sexo… –Te deseo.– Dice besándome los labios, me da la vuelta y comienza no tengo fuerza para detenerla. Ondea su cadera y comienza a empalarse lentamente, nunca estuve con una mujer virgen esta tan apretada y caliente… Las campanas del convento comienzan a sonar, son las cinco de la mañana, ¡y todo fue un sueño!. –Maldita…sea.– Pronuncio en silencio al despertar con el m*****o duro, por culpa de una inocente novicia. Me levanto de mal humor, hoy dirige la misa el sacerdote Daniels, este tipo me da mala espina. –Demostramos nuestro amor a Dios, a través de nuestra obediencia. “La obediencia trae bendición a nuestras vidas” dice (Deuteronomio 28:1–14). ¿Le creemos a la palabra de Dios?– Pregunta Daniels leyedo su biblia –Amen–Dicen como autómatas los demás miembros del convento. –¿Qué dice Juan capitulo catorce versículo 15?– Pregunta con aire solemne. Comienza a leer la Monja Lucia de inmediato. – “Es algo que debemos aprender a desarrollar, pues nuestra naturaleza pecadora tiende a ser desobediente y rebelde. Con la ayuda de Dios lo podemos lograr, especialmente cuando vivimos cerca de Él. Y si le amamos, guardaremos Sus mandamientos, entre ellos el de la obediencia”–. Al terminar sonríe como un perro amaestrado, para hacerlo. Entonces amados siervos del señor, no hay nada mejor que amar a Dios con todo el corazón, pues satisface hasta la fibra más íntima del ser– Termina de predicar Daniels y no le creo a él absolutamente nada. Paola y Aurora, se susurran cosas a el oído, durante toda la misa, lo que hace que se ganen la mirada reprobatoria de la madre superiora, ¡contra ellas, no puedo hacer nada! Al terminar la misa, son llamadas por la señora mayor y Daniels que para ese momento tiene una sonrisa de satisfacción en su cara, ¡quisiera partirle la madre!, si ese es un sacerdote yo soy un santo…Y la verdad que no tengo un gramo de pureza en mi interior. Aurora Bell –¡Una semana, limpiando la cocina y preparando el almuerzo solas!, no es justo.– Chilla Paola, cuya fachada en sor Emilia. –Parece que a usted, le cuesta mucho obedecer.– Dice suspicaz la madre superiora viendo a Paola de forma evaluadora.– –No madre, es que soy alérgica a los productos de limpieza.–Explica ella con rapidez, sé que es mentira. –Lo lamento mucho, esto te enseñara a no hacer lo que no debes y dejarte llevar por ovejas descarriadas.– Dice viéndome directo a los ojos –Oiga.– Le respondo, haciendo un puchero. –Debes aprender a mantener la boca cerrada.– Me confronta, la madre superiora y yo solo tengo ganas de gritar del coraje. Después que la autoridad del convento sale le chillo a Paola–¡Todo esto es una mierda!.– –No puede ser tan malo ¿o si?.– Pregunta ella, sin tener idea donde diablos nos acaban de meter. –Son 100 comidas.– Le digo a punto de llorar, esto me mantendrá alejada de mi adorado tormento por un buen tiempo. –¿Tú crees que el plan de la indiferencia, está haciendo resultado?.– Le consulto a mi amiga. –Ten paciencia, dentro de poco lo tendrás comiendo de tu mano.– Me dice ella, me lleno de esperanza, mientras comienzo con mis nuevas obligaciones…¡Esta vida mía no es fácil!
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