ENSÉÑAME A PECAR

Aurora Alexandra Bell Hoy cumplo dieciocho años estoy en la austera habitación del convento recordando todo lo que me llevo a estar aquí. Tenía diecisiete años, e iba caminando con mi hermana, en un centro comercial, me gustaba comprar mucha ropa y tengo debilidad por los zapatos, mis padres son dueños de varias empresas, así que podían permitírselo, nos cumplen todos nuestros caprichos. –Hola eres preciosa ¿Te gustaría ser modelo?– Pregunta una mujer preciosa; alta, delgada y con mirada gatuna caminando hacia mí. –No señorita, no me interesa, me gustaría ser arquitecto. –Le explico dándole la espalda de inmediato, soy frívola pero sé lo que quiero y no es eso. –Tendrás mucho dinero, serás millonaria. – Insiste ella, haciéndome voltear los ojos  – ¿Qué no entiende, lo que es un no?.–  – Piensa en tu futuro, seras una estrella ¿No ten han dicho que eres preciosa? –Ya tengo dinero por lo que no necesito eso, no sueño con eso, además soy una niña. – Le aclaro, para que me deje en paz de una vez por todas, comienzo a caminar para dejarla atrás, pero me sigue. –No lo pareces. –   Me dice viéndome de forma apreciativa, tengo un cuerpo curvilíneo y atractivo que atrae atenciones indeseadas.  – Toma mi tarjeta tendrás el mundo a tus pies. – Me promete, la tomo yo la guardo en mi bolso, para no ser grosera, no pienso llamarla ni loca. –No insista, no me interesa. – Le repicó, no le creo nada, en ese momento que llega mi hermana mayor a mi lado.  Y le dice– A mí sí, me interesa lo que esta mojigata rechaza. – Le dice, viéndome con asco, ella sigue molesta conmigo, no pierde oportunidad para despreciarme. –Alba, por Dios es una extraña, no te puedes confiar. – Le suplico, que no haga una locura de la que después pueda arrepentirse, tengo un mal presentimiento de todo esto, la mujer a pesar de ser bella siento rechazo, y jamás me he equivocado con mi sexto sentido. –No seas tonta, no sabes que ella es una reconocida modelo de renombre internacional, ¡nada va a pasarme! no seas estúpida, tienes una mente sucia – Dice, mientras la mujer la mira con curiosidad de arriba abajo, como evaluándola, al mira como una mercancía... – Por favor Alba, no quiero que te pase nada malo, yo te amo.– Le confieso, con lágrimas en los ojos. –No me interesa seguir siendo tu sombra, voy a ser famosa gracias a la oportunidad que acabas de rechazar. – Me dice con soberbia Alba, el hombre que le gusta, está detrás de mí, a mí no me interesa soy solo una niña, pero ella no lo entiende, yo no puedo manejar sentimientos ajenos, no me ve como su hermana, me ve como su rival. –Piensa bien, lo que haces nuestros padres no van a  estar de acuerdo. – Le advierto, para que desista de esa idea. –Soy mayor de edad y hago con mi vida, lo que me da la gana, no pienso regresar nunca mas. – Me señala, golpeando mi hombro al pasar por mi lado. La veo alejarse con esa extraña tomando su mano con confianza, desde ese día pasaron tres meses, la llamamos y le escribimos y no responde, no teníamos buena relación  por lo que nuestras denuncias se desestimaron rápidamente mis padres, la reportaron como desaparecida, entregue la tarjeta que me dio la mujer con la que se fue, y no la tomaron en cuenta, la he investigado y es una famosa modelo de pasarelas Rusa. Mi vida cambio de forma drástica, digamos que se volvió un pesadilla y cada día era peor al anterior, mis padres me culpan de todo lo que ocurrió, sé que no tengo la culpa, desde ese entonces mi padre se hundió en el vicio del alcohol y llega golpeándonos a mi madre y a mí, casi todos los días, nuestra familia no volvió a ser la misma... –Todo lo mío, se irá a la caridad y tú este año entras a un convento ¿Entendiste?– Me dice mi padre sujetándome con fuerza el cabello. –Sí señor. – Me obligo a responder,  nunca he cuestionado las decisiones de mis padres, Me tira al piso con fuerza, meto mis manos para no lastimar mi cara, tengo el labio partido producto de una bofetada que me dio ayer, es raro el día en que no me golpee, mi madre no puede ni quiere, hacer nada, pues ella es otra víctima de él. Pasan otros meses en el que el maltrato se volvió un habito diario en mi casa, decido tomar el toro por los cuernos de una vez por todas, no voy a permitir que mi vida se siga arruinando, nada puede ser peor que lo que estoy viviendo, debo hacer un intento por recuperar a mi hermana por mis propios medios, sé exactamente como dar con esa mujer que se llevo a mi hermana. Marco el numero de la modelo con la cual se fue y, no responde entonces decido enviarle fotos mías en poses provocativas, a ella solo le interesaba mi cuerpo, de eso no tengo la menor duda. Repica mi teléfono, casi de inmediato, a modo de respuesta ¿Quién eres?–Pregunta con voz aterciopelada, –Aurora y estoy interesada en modelar para ti. – Le digo, aunque sea de esa forma sabré que paso con mi hermana y me quitará esta incertidumbre, estoy desesperada, esto es si o si... –Eres linda, te puedo ayudar. – Me responde con su voz gatuna, se me eriza la piel, pero de mala forma, tengo nauseas y miedo. –Es mi sueño hecho realidad. – Respondo fingiendo estar emocionada, lo que estoy es súper asustada y temblorosa, pero no hay marcha atrás. –  Que bien, ¿de dónde eres?– Indaga, seria. –De Atlanta. – Respondo con voz quebrada, tengo miedo de esta mujer. – ¿Estas nerviosa?– Se burla con una falsa risa, –Un poco, no sabia si ibas a estar interesada en ayudarme, es muy importante para mí. – Le explico de manera atropellada –Cariño, mañana mismo estaré allí, en Atlanta  y te puedes venir conmigo a Milán, trae tus documentos contigo. – Ronronea, mientras yo volteo los ojos por su actitud, ni siquiera pregunto mi edad. Pase el día, dando vueltas por mi habitación, mi padre tiene días que no llega a la casa y mi madre se la pasa dormida, toma pastillas para dormir, a veces no sabe, ni que día es, trata con eso de evadir la realidad, esta situación se está volviendo cada día más insoportable. –Al día siguiente nos encontramos,  a las ocho de la mañana en el mismo centro comercial donde descubrió a mí hermana, ella estaba con tres hombres más, me metieron en una camioneta de vidrios polarizados sin ningún cuidado y ella dice sonriente. –Vamos a hacer una fortuna contigo. – – ¿Qué haces?, ¿Por qué me tratas así?– Pregunto con soberbia,  como respuesta de da una bofetada, luego me sujetan entre todos y bajan mis pantaletas, sin que pueda detenerla, por mucho que forcejeo, me siento tan impotente, yo estaba usando falda, ella me revisa y yo lloro pidiendo que no me toque, tengo miedo asco, estoy temblando tengo ganas de vomitar, lloro amargamente por esta situación en la que me metí ¿como salgo de aquí?, pensé que nada podía ser peor, pero si la vida te da tremendas lecciones, siempre puedes estar mas abajo...  –No pueden tocarla es virgen, después que la vendamos si. – Les informa la mujer y promete  a ellos que parecen estar decepcionados me atan y amordazan mientras, solo lloro por lo que acaba de ocurrir, ya sé por lo que está pasando mi hermana, y no se lo deseo a nadie, yo solo elevo una oración en silencio al cielo, –Dios no me abandones ahora, cuando más te necesito. – Oro y ruego por mi vida. Me llevan a un edificio, y me toman fotos en ropa interior, para armar un portafolio, mientras me apuntan con armas de alto alcance–Van a dar una fortuna por ti, si te portas bien, te trataremos bien. – Me dice ella viéndome a los ojos – ¿Dónde está Alba?– Pregunto por mi hermana,  y la modelo me ve fijamente a la cara. – ¿Esa inútil es tu hermana?, te llevare con ella. – Dice con una sonrisa maquiavélica, tomándome del brazo como si se tratase de un muñeco,  me lleva a una habitación donde grita una mujer, en una cama sola, esta pariendo yo la veo y es Alba –Maldita, todo es tu culpaaaaaa. – Grita llorando de dolor – ¿Estas pariendo?– Pregunto estúpidamente –Ah grita, mientras veo salir un bebe entre sus piernas, lo tomo entre mis brazos y lo limpio, con mucho cuidado.  –Es precioso. – Le susurro mientras intento mostrárselo, emocionada. –Si me lo das, te juro que lo mato. – Me advierte, viendo en otra dirección. –Él no tiene la culpa de lo que te sucedió. – Susurro, con lágrimas en los ojos, el bebe es inocente. –No la culpa, la tienes tú. – Me dice comenzando a pujar de nuevo y en ese momento sale la placenta, es asqueroso... Comienzan a escucharse disparos, me acuesto en el suelo totalmente asustada, pasan varios minutos, me parece una eternidad, estoy temblado de miedo, con el bebe en mis brazos, mi hermana permanece inerte en la cama, como si no quisiera vivir,  entra un hombre totalmente vestido de n***o con traje de combate, solo puedo ver sus ojos verdes a través del pasamontañas, tiene los ojos más hermosos que he visto en mi vida. – ¿Están bien?–Pregunta con una voz, que me hace erizar hasta el último de mis cabellos. –Sí, gracias a Dios. – Logro articular al ver él semental que tengo enfrente, la ropa no logra disimular lo musculoso que esta: Es alto, tiene la espalda ancha, cintura estrecha...Estoy babeando, tal vez no es el momento ni el lugar para fantasear pero lo hago, él no se fija en mí, ni me determina en realidad, tal vez es la ropa que además de disimular los moretones y golpes de mi padre, disimulan mi figura también. –Quisiera ver su rostro. – Murmuro para mí misma. – ¿Que dices pequeña?–Me pregunta una de las mujeres que estaba aquí desde hace más de una año. –Nada, que quiero irme a casa. –Le miento de forma descarada con las mejillas totalmente rojas. Lo observo, desde donde estamos todas las víctimas del secuestro testificando, Bromea con una mujer  que parece la jefa en el operativo, logro escuchar que se llama Alex y ella es Alice, no sé si serán sus verdaderos nombres pero no puedo dejar de ver cada paso que da hasta que finalmente desaparece de mi vista... Me pregunto si algún día, lo veré de nuevo. Luego de dar declaraciones nos enviaron a casa, a pesar de todo lo que hice mi familia,  me trata como si fuese una basura de poco valor, me señalan como la culpable de las desgracias que le pasaron a mi hermana y me dijeron que jamás debí haber nacido, fui el peor error que pudieron cometer. Lloro en mi habitación, luego que mi padre me golpeara nuevamente, estaba borracho de nuevo, esta vez fue un poco más brutal que las otras veces, solo porque alimento y cuido del bebe de mi hermana, me agarro por los cabellos y me lanzo al suelo, después me dio tres patadas en el vientre, que me hicieron sangrar, tengo miedo a morir en manos de papá, el no era así, se volvió un monstruo después del secuestro de Alba, refugiarse en el alcohol fue su peor decisión  ahora sufro las consecuencias.  Todos en la familia, rechazan al bebe no se dan cuenta que él es inocente,  nos rechazan a ambos a él por ser una vergüenza, y a mí por ser la culpable de que todo sucediera, me recriminan que traigo mala suerte y la persona que se me acerque terminara mal, incluso mi madre me lo dice. Al bebe lo mandaron a un orfanato, solo me dio tiempo de dejar una cadena que me dejo mi abuela como legado, para tratar de localizarlo, mi hermana se quedo en casa con mis padres y a mí me mandaron a un convento. Los días son duros acá; el colchón no se ablanda con nada, pasamos frío en las noches, y el hábito es demasiado caliente en el día, las labores diarias de las novicias llegan a ser humillantes.   Los pisos se deben restregar estilo cenicienta: de rodillas en el suelo,  la ropa debe lavarse a mano, debemos cultivar nuestra propia comida, el alimento es escaso, en los tres años que he pasado confinada acá no he vuelto a comer un chocolate, golosina que comía todos los días de mi vida. Lo más extraño comienza a suceder desde hace unos tres meses atrás, ya que comienzan a desaparecer varias novicias, la situación me preocupa demasiado, se ha denunciado y la respuesta que dan la autoridades es que probablemente  escaparon ¡nadie puede escapar de aquí por cuenta propia! Esto se asemeja a una cárcel: Paredón de tres metros de altitud, ventanas con barrotes y vigilancia constante. Estamos autorizadas a recibir visitas una vez al mes, a veces viene a visitarme mi mejor amiga Laura, solo ella, mis padres borraron mi existencia de sus vidas, lo sé ya que reviso las r************* , y no aparezco en ninguna foto de mi familia, eso es muy doloroso para mi corazón.      El celular que uso está prohibido, lo conservo escondido, lo enciendo en las noches después que todos duermen para comunicarme con mi amiga, lo recargo con una cuenta de ahorros que dejo mi abuela, con ingresos a mi nombre. Hoy cumplí veinte años, nadie parece recordarlo, a pesar de ser hermosa, lo sé me he visto en un espejo, nunca un chico me ha besado, nunca tuve novio, nunca hice nada incorrecto, y eso me frustra, vivir una vida que mi padre decidió por mí, y esa persona que decidió mi destino, ni siquiera se preocupa por saber como estoy. El sacerdote nuevo del convento me invita,  para que lo acompañe a una boda, pero me advierte que todos son gente muy peligrosa, la misma es de unos agentes secretos, acepto inmediatamente, tengo la esperanza de volver a ver al dueño de cada una mis fantasías, un hombre al que quiero ponerle rostro... Alex Smith Estoy tomado, en el club de Elias, ninguno de los agentes  me acompaña, cada uno está viviendo su vida perfecta, al lado de las mujeres que llegue a escoger, pero no me escogieron a mí. –En este momento, tengo una hermosa morena sentada a horcajadas sobre mi, besándome, esta noche como cada noche alguien me acompaña a mi cama, pero no así a mi vida, todas buscan diversión y un semental que las haga vibrar en la cama, ninguna se interesa en lo vacío que me siento con ellas, ni en mi soledad. Realmente estoy aburrido de esto, sin embargo, no me voy a quedar en la casa criando siete gatos, se que el amor existe, pero parece que Dios olvido darme una compañera, tal vez no la merezco. Mis manos están manchadas de sangre, aunque ningún inocente he matado. –Alex eres lo máximo.– Susurra, la chica derretida por el placer, ni siquiera recuerdo su nombre, soy un desastre. –Nena, es un placer complacerte.– Le digo mientras avanzo con ella hacia la habitación. –Ya quiero, tenerte dentro de mi.– Murmura con voz ronca, apenas abro la puerta, se quita la ropa sin ningún romanticismo quedando solo en tacones. –¿Qué espera?..– Dice subiéndose a gatas en la cama. Saco, mi m*****o, siempre listo para la acción, me coloco un condón, no dilato mucho tiempo para penetrarla profundamente. –Te amo.– Chilla, mientras entro y salgo de ella, sin ningún tipo de cuidado a ella le gusta así. Le doy una sonora nalgada –Siii.– Grita masoquista, esta tan mojada que salen abundantes fluidos de ella. La puerta es abierta abruptamente, entra un hombre, joven y temblando con un arma en la mano. –¿Cómo pudiste hacerme esto?.– Le reclama y yo salgo de ella en ese instante, se acabo la diversión, que para mi no lo era tanto, el observa mi m*****o en ese instante, se que soy grande me empiezo a vestir con calma. –Los matare.– Grita llorando, el ofendido esposo. –Te puedo explicar.– Chilla nerviosa, haciéndome reir, con su descaro lo cual hace que me vea de mala manera –Te juro, que es la primera vez que lo hago.– Gimotea descarada –¿Por qué?.– Llora el cornudo, delante de mi, no tiene un gramo de dignidad. –Bebí mucho, no lo vuelvo a hacer.– Promete ella. –No te creo.– Dice el apuntándola nuevamente, ya me he puesto el pantalón, me acerco con rapidez y lo desarmo, esta semana comienzo una nueva investigación y no quiero ir herido. –Maldito.– Me grita lleno de rabia, lo someto con facilidad, mientras se retuerce como un gusano. –Debes tener cuidado, con quien te casas la próxima vez, no todas las mujeres son material de esposas.– –Desgraciado.– Grita ofendida, golpeándome con la cartera. No me hace nada, se necesita mucho para lastimarme, al menos físicamente. Sin embargo, solo los rechazos sufridos, por esas dos mujeres me dejaron el autoestima por el suelo ¿Por qué nunca soy suficiente?. Salgo de allí, y solo escucho a la mujer suplicarle perdón a su esposo que llora desconsolado, me dan nauseas, lo más probable es que la perdone.