ENSÉÑAME A PECAR

No Funciona

Aurora Alexandra Bell

Es muy difícil, llamar la atención de un hombre con el hábito, no tenía problemas antes, y tampoco me interesaba, pero tengo tres años soñando con este hombre que hasta hace poco ni sabía de mi existencia, ¡me siento frustrada!.

La paciencia, es una virtud de la cual carezco, me cuesta conciliar el sueño, así que salgo a caminar un rato por los pasillos del convento, las instalaciones del mismo son de la época de la colonia, y de noche suelen parecer algo tenebrosas.

No puedo encender luces así, que me muevo con una vela de forma cuidadosa…Debo parecer una espanto de una película de terror, sonrió ante esa idea.

Me halan tras una columna, no puedo gritar porque tapan mi boca, me defiendo como puedo, pero mi captor tiene mucha fuerza, me inmoviliza rápidamente, me coloca de espaldas contra la columna y habla.

–No deberías, exponerte de esa forma es peligroso.– Dice mi adorado tormento liberándome de sus manos, pero me encuentro entre el y la pared, no forma de saber dónde termina uno y comienza el otro.

–¿Hay alguien allí?.– Pregunta una de las monjas viendo en todas direcciones mientras nos cobija la oscuridad,

Puedo sentir, como crece su m*****o y lo presiona a mi vientre, y respira afectado por mi cercanía, yo estoy peor, si eso es posible, su contacto me afecta, su piel caliente me enloquece, estoy derretida ante su cercanía.

Las piernas me tiemblan, siempre ha sido mi amor platónico, pero ahora lo tengo cerca, y me vuelve loca.

–No soy bueno, para alguien como tu.– Susurra mientras su mirada verde se dirige a mis labios entreabiertos…Yo deseo se repita el beso que nos dimos

–Eso no debes decidirlo tú.– Respondo con valentía, es la única oportun idad que tengo de vivir todas mis fantasías.

–No tienes idea de con quién te metes.– Susurra con voz ronca mientras me presiona aun mas contra la pared, mis piernas parecen no querer sostenerme, jadeo cuando siento que sus labios están a punto de rozar los míos, levando mi cara para recibir tan anhelado beso, el levanta la mano sobre mi cabeza, presiona una parte de la pared y se abre una puerta secreta.

–Por acá están secuestrando a las jóvenes novicias, este túnel da a una salida, hay varios similares, no se mueva sola..– Dice a modo de regaño.

–¿Tienes miedo que me secuestren?.– Pregunto de forma provocadora, sujetándolo del cuello de la sotana.

–No seas inconsciente, te pueden matar, violar, torturar.– Describe molesto hablándome entre dientes para no gritarme, no puede elevar la voz, la gente que esta detrás de las desapariciones puede descubrirnos y acabar con nosotros.

–¿No te gusto?.– Le pregunto como una estúpida

–Tú me encantas, de hecho todas las mujeres lo hacen, ese es uno de mis problemas yo las amo a todas.– Me dice cínico, mientras me sujeta con fuerza de la cintura y me da un beso apasionado, que me sabe a castigo.

Comienza a recorrer mi cuerpo con sus manos por encima de la ropa, como si quisiera imaginar que hay debajo, jadeo cuando me aprieta los senos como si quisiera exprimirlos o memorizarlos

–Me encantas, pero si inicias algo conmigo, es temporal, no hay futuro.– Sentencia, sobre mis labios antes de besarme de nuevo

–Yo quiero, que me enseñes a pecar.– Susurro, cuando me besa el cuello liberando mis labios hinchados de su dulce tortura.

–Si quieres algo conmigo, pondré unas condiciones, Aurora tu sabrás si estas dispuesta a aceptar todo lo exijo de ti.– Susurra mordiendo mi oreja.

–O Dios.– Gimo. Cuando me toquetea, sin decoro.

–Alex soy Alex, no metas a Dios entre nosotros.– Me dice soltándome, y dejándome totalmente atarantada, abre la puerta falsa.

–Ve a tu habitación, déjame trabajar, pequeña tentadora.– Me dice sacándome y dándome una nalgada que jamás espere.

Alex Smith

La novicia, me está volviendo loco literalmente, ¡No sé porque le dije todas esas locuras! En lugar de huir despavorida me devolvió el beso como una experta, y me hizo estremecer como nadie lo ha hecho jamás

No creo estar enamorado ¡no puedo estar enamorado!, todo lo que dije fue para que saliera corriendo, mientras tuviera tiempo, la verdad no quiero corromperla.

El sexo, suave y romántico no me va, se lo que me gusta y dudo que una pequeña inexperta, logre satisfacerme, de hecho casi nadie lo ha hecho.

Recuerdo como jadeaba mi nombre, mientras la tocaba, me hacía sentir afortunado, tantos hombres y ella me elige a mí.

No pienso corromperla, pero voy a disfrutar un poco de su presencia antes de irme de acá, este lugar por su parte es un desastre, estoy seguro que la trata de blancas sea no es el único delito de esta organización, ya se quienes están detrás del negocio, el problema está en quien es la persona que los está dirigiendo ya que la mafia rusa elimino por completo este negocio, Marco por supuesto no está del todo legal, ya que lo que más genera dinero es lo prohibido...

–¡Necesito, que mi mano derecha y mi maldito Vor vengan a apoyarme durante una semana.– Ordena malhumorado, Marco haciéndome voltear los ojos.

–Estamos en un operativo.– Le aclaro.

–Tu maldita lealtad, debería ser conmigo.–Se queja él, a pesar que ha pasado algún tiempo hay quienes se resisten al los cambios del nuevo liderazgo. Podemos actuar con mucha libertad dentro de ciertos territorios ya que hemos establecido alianzas beneficiosas con varios gobiernos…Nada es tan limpio como la gente cree, hacen guerra contra nosotros en los medios, pero comemos en la misma mesa.

–Te entiendo, pero por ahora no puedo hacer nada.– Le explico, con dolor de cabeza, ¡tengo un maldito mes en abstinencia! Y con la novicia provocadora detrás, no se cuanto tiempo voy a soportar portarme bien.

–Soluciona toda tu mierda, y te vienes, esto es un caos sin ustedes.– Responde molesto, colgándome después de la frase

–Vete a la mierda.– Suelto, tirando el celular a la cama, ¡Estoy harto de masturbarme, como si fuese un puto púberto, necesito un par de piernas alrededor de mi cintura, y hundirme en un coño caliente, pero no dentro de Aurora, no quiero hacerle daño…