¿QUÉ HACES AQUÍ?

1473 Words
Alex Smith Los días pasan hasta volverse semanas, no me la paso huyéndole a Aurora, pero no permito que se acerque demasiado, es increíble como se ha metido en mi cabeza, después de que pase esta operación encubierta, espero lograr sacarla de mi cabeza. Soy un idiota, la veo con disimulo hacer sus quehaceres diarios sin quejarse, para el viernes  en la noche , tienen planificado llevarse varias mujeres, tengo incluso la lista, me pregunto ¿Cómo es posible que Aurora no esté en esta lista?, la vida me ha enseñado que las cosas nunca son lo que parecen. Un mes en este lugar, podría haber sido una pesadilla para mí, sin alcohol, sin sexo, ni malas palabras, rodeado de un monto de hipócritas, que pregonan la palabra de Dios pero son siervos del demonio. Pero Aurora, estaba aquí, siendo una luz en medio de tanta oscuridad, nunca conocí una mujer como ella. –Padre, buen día, la madre superiora requiere su presencia en su oficina.–Me dice un de las monjas con las mejillas sonrosadas viendo hacia el suelo…Se el efecto que causo en las mujeres incluso con la sotana. –Gracias Sor Marie.– Respondo viéndola directo a los ojos…Si no simulando ser un santo, me hubiese llevado fácilmente a mas de una de estas “santas” a la cama. Camino con rapidez por los sombríos pasillos, que me llevan a la oficina de la madre superiora y toco la puerta dos veces. –Pase.– Dice ella con voz autoritaria. –Buen día, ¿me requería?.– Respondo serio y sereno. –Le quería presentar a unas novicias que acaban de llegar.– –Veo un par de mujeres, pero no veo sus rostros cuando los levantan nos quedamos de piedra ¡hice orgias con estas mujeres! con ambas al mismo tiempo –¿Qué hacen aquí?.– Suelto sin pensar. –¿Alex?.– Pregunta una como si pudiera creerlo, ¡los tres estamos en igualdad de condiciones!. –Estás confundida, el padre se llama, Raúl .–  Responde la madre superiora, sin percatarse de la situación incómoda en la que nos encontramos los tres… –Me siento mal.– Dice Nelly, esta pálida y temblando, ella es muy dramática y escandalosa, se encuentra de pie se sostiene de una pared cercana y se desliza hacia el suelo –Nelly, despiertas.– Solloza su amante, de esta, no recuerdo el nombre, pero tiene una tetas grandes y deliciosas, que ya me folle… –Padre ayúdelas, pobres criaturas.– Dice la madre superiora, sintiendo empatía por las mujeres. Nelly vuelve de la inconsciencia, poco a poco abre sus ojos verdes, no comprendo como la madre se traga el cueto de que etas mujeres tienen alguna vocación de monjas… –¿Estás bien?.– Le pregunto Ella niega –Padre por favor llévela a la enfermería.– La tomo entre mis brazos y avanzo hacia donde la tengo que llevar, esto no me parece nada bien, los engranajes de mi cabeza comienzan a funcionar  con rapidez, no quiero que me delaten. Se sostiene de mi cuello, mientras avanzo –No me delates por favor, tengo buenas razones para estar aquí.– Suplica en voz baja. –Si tu no hablas, yo no hablo.– respondo en el mismo tono, estoy nervioso, ¡todo se puede ir a la mierda… –Tenemos que hablar, necesito que me ayudes.– Me dice con los ojos llenos de lágrimas. –En mi habitación, a las once de la noche.– Le digo en voz baja, la otra mujer que ahora recuerdo se llama Valeria, es española, no habla mucho, se encuentra cabizbaja y solo asiente. –El doctor se acerca y toma una muestra de sangre y Nelly tiembla.– –¿Que sucede?.– Susurro. –No pueden procesar esa muestra estoy embarazada, ayúdame por favor.–Suplica –No es asunto mío.– Digo agrio. –Por favor.– Lloriquea haciendo un puchero gracioso cuando el doctor voltea –¿Qué gano con eso?.– Pregunto por molestar –Todo lo que tú quieras, te lo prometo dice tomando mi mano y colocándola en su seno, para que entienda cual es el trato. –Yo cambie.–Digo con voz quebrada y el m*****o duro. –Ni tú te crees eso.– Dice Valeria ¡cuando uno quiere portarse bien, aparecen estas pecadoras.– Cuando, el doctor se descuida, tomo la muestra y salimos en silencio ¡Probablemente me arrepienta de esto!  –Gracias.– Me dice dándome un beso en la mejilla, y sale simulando ser una blanca oveja, ya en este rebaño he descubierto varios lobos vestidos de oveja, y no es que ser lobo sea malo, lo que critico es ¿Qué carajos hacen aquí? Fingiendo ser algo que obviamente no son. Paso el día, entre ms obligaciones como sacerdote, predicando la palabra, mal bautizando gente, haciendo misas, llevando ropa y comida a varios refugios con un mensaje de salvación, aunque no lo crean me agrado colaborar por los niños, algunos creces sin padre, tal como me paso a mi, tengo madre, pero gracias a mis ocupaciones es como si no la tuviera, ¡toda mi puta vida es un completo misterio para ella!. En este momento mi madre, vive en Italia, junto con mis dos hermanas Alexa y Antonella Tengo más de un mes sin hablar con ellas, cuando estoy en los operativos evito hablarles, ya que cualquier desliz informativo, podría ponerlas en riesgo. –Necesito hablar contigo.– Se me acerca con disimulo Aurora. –Nena, aunque no lo creas te tengo cariño, no pienso hacer nada que te hiera.– Le expreso, para que no se haga más ilusiones conmigo. –¿Por qué no puedes amarme?¿No te das cuenta de lo que siento por ti?.– –¿Qué quieres de mi?.– Murmuro tratando de contener las ganas que tengo de besarla ante todos los presentes. –Quiero todo contigo ¿Te cuesta tanto entenderlo?.– Susurra mientras yo trato de asimilar su confesión. –¿Por qué yo? Le pregunto, tratando de que entre en razón. –Siempre has sido tú, ¿Por qué no me crees?.– Pregunta dolida –No tengo nada que ofrecerte, ni siquiera un noviazgo decente. –Yo tomo lo que tú quieras darme.– Ofrece inocente, si no sintiera cosas por ella, la tomaría, ella esta entregándose sin condiciones. –Lo único que puedo ofrecerte es una buena follada.– Le digo para desencantarla. –Dame una oportunidad.– Me dice y yo solo quiero subirme por las paredes, con esa declaración. –No te merezco.– Respondo muy frustrado. –Yo tomo lo que quieras darme.– Dice con los ojos brillantes, a causa de mi rechazo. –Okey ve a mi habitación, a las once y media.– Susurro, necesito que deje de idealizarme, que vea el monstruo que puedo ser, me siento sucio, no soy digno de una mujer como ella. –Estoy determinado a hacer lo que tengo que hacer, todas las decisiones que tomo en mi vida, las hago por el bien mayor, por encima de sentimentalismos y emociones, las tengo, pero últimamente las domino. Son las once en punto de la noche y las dos mujeres que llame previamente llegan a la habitación en silencio –¿Les comieron la lengua los ratones?.– Pregunto burlándome de su actitud –Esto es muy difícil para mi.– Confiesa Nelly, ella es la mujer con la cual me consiguió follando el marido recientemente. –No tengo todo el tiempo del mundo.– Respondo para que hablen de una vez por todas. –Yo tuve un hijo con Braulio, mi esposo hace dos años.– Dice respirando con dificultad –Yo ruedo los ojos ya que no va al grano –El siempre ha sido un poco loco, pero yo lo quise mucho.– –Se nota.– Me burlo –El sufre de impotencia hace algún tiempo, yo tengo mis necesidades.– Me dice justificando las veces que follo conmigo –¿Qué carajos te trajo aca?.– Le digo ya molesto –Entrgo a mi hijo a un orfanato, no me dejan verlo, no pude reclamarlo, pero sigue allí, quiero verlo y hacer lo necesario para acercarme a el.– Termina de decir con voz quebrada. –Necesitamos que nos ayudes, a sacarlos de allí?.– Suelta Valeria determinada. –¿Cómo es que llegan de ese punto a este?, Me parece ilógico.– Respondo con sinceridad –Es la única forma de acercarnos a él.– Susurra viéndome directo a los ojos. –Por favor no nos delates.– Suplica Valeria, no podría hacer eso jamás ¿Cómo le quitas un hijos a su madre.–
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