¡Sorpresa!

1221 Words
Aurora A Bell Son las once treinta, me rasure, ¡todo! Hoy me entrego al amor de mi vida, me bañe, me perfume, me coloque crema corporal, cepille mis dientes, estoy nerviosa Sé que dijo todo lo que dijo para espantarme por que tiene miedo de herirme, yo confió en el plenamente .¡Estoy enamorada!, mi corazón palpita frenético, las manos me sudan, ¡estoy torpe!.  Comienzo a cantar y bailar por toda la habitación “ por primera vez de Evaluna, así me siento, estoy nerviosa –Por primera vez una amanecer bonito, por primera vez, lo que quiero y necesito,  Una sonrisa se instaura en mi cara –¡nada podrá arruinar mi felicidad el día de hoy.– Susurro viendo al espejo con seguridad, estoy segura que jamás podre olvidar este día, se que el va a cambiar por mi, porque aunque el no lo sepa, aunque no lo haya aceptado se que me ama de la misma forma que yo lo hago. Sé que es más lento que yo para estas cosas, lo mío fue amor a primera vista, las dos veces que nos hemos besado, ha gemido de placer igual que yo, solo de recordarlo se me eriza la piel y me estremezco –¿Cómo será sentir eso todos los días?.– Me pregunto viéndome a los ojos, tienen un brillo inusual, dice que los ojos son el espejo de alma, los míos están brillantes, y es que me siento, completa al fin. Paola entra como todas las noches –¿Qué piensas hacer?.– Pregunta viéndome a los ojos –Dentro de un rato, voy a la habitación de Alex.– Le confieso con las mejillas arreboladas –¿Estas segura?.– Pregunta asombrada yo asiento emocionada –A los hombres las cosas que le llegan fáciles no las aprecian.– Me dice para que reflexione –No tengo nada que perder, el ha sido el único hombre con el que me he soñado haciendo el amor.– Respondo con naturalidad –Aurora, la primera vez de una mujer, debe ser inolvidable, no en una cama dura sin nada de romanticismo, ¡en un convento!.– Dice exagerada –¡No seas así! Tenemos la misma edad y sé que no eres virgen.– Le restriego, tocando su barriga. Mi primera vez, fue en mi luna de miel, mi esposo coloco velas globos y pétalos rojos por todos lados, había música suave de fondo, incluso cruzo el lumbral de la puerta conmigo en los brazos.– Me dice diciéndome de lo que me voy a perder en este momento. –Nada de eso, me interesa más que estar con el.– Le trato de explicar –Mi esposo, desnudo primero mi alma y después mi cuerpo.– Continua ella aconsejándome –No me interesan en lo absoluto tus sermones.– Le digo molesta, de que este acá dándome sermones de moralidad. –Si quieres, lanzarte por un barranco hazlo, después no te quiero ver llorando, ni pidiendo consuelo, a Alex hay que enseñarlo a amar.– Me dice tomándome de los hombros –¿Por qué mejor no te vas a darle consejos a alguien que te los pida?.– Le suelto con rabia, soltándome de su agarre. –Sí, soy tan joven como tú, cuando me case ya era el vor de la mafia roja y uno de los mejores agentes de la CIA, hablo seis idiomas, desarrolle memoria fotográfica, y en combate he derrotado a hombre mucho más grandes que Alex, no te digo que no estés con él, te estoy diciendo que tienes que hacer muchas cosas, y preparar a Alex para que te entregue su corazón a él no se le enamora con sexo, para el es muy fácil conseguirlo.– –No me confundas, no me harás cambiar de opinión.– Le digo peinando mi cabello con obstinación. –Me considero tú amiga, por esa razón te de digo lo que te digo ¡Ojala el idiota de Alex sepa apreciar lo que estás haciendo.– Me dice –Lo hará.– Respondo, segura de ello Paola me abraza y después sale sin decir una palabra más, al retirarse me ve con lástima. ¡No sé por que le molesta tanto mi felicidad!, Exclamo Trato de controlar las emociones que me desbordan, ¡Esto tan enamorada!, es increíble como Dios nos hizo coincidir en este lugar. ¡Tantas personas, tantos agentes y precisamente envían la persona que se robo mi corazón hace mucho tiempo y sin darse cuenta siquiera.– Respiro profundo viendo el reloj, ya es la hora tan anciada, para mi, camino en total oscuridad, abro la puerta sin tocar Lo primero que veo, me parte el corazón en mil pedazos, en la cama cubiertos con las sabanas, esta Alex con dos mujeres mas besándose, tocándose… Llevaba en mis manos un corazón de cristal, este resbalo y se partió en mil pedazos...A mi corazón le ocurrió exactamente lo mismo –¿Te integras?.– Invita una rubia, con una sonrisa gigante en la cara, mientras Alex luce ocupado besando sus grandes senos.– –¿Qué demonios significa todo esto?.– Pregunto con el alma hecha  pedazos, no sé de donde logre que salieran esas palabras. El se levanta, de la cama ¡Gracias aun tiene el bóxer puesto!– Nena, esto es lo que estoy dispuesto a darte, tu aceptaste.– Dice descarado acercándose hasta invadir mi espacio personal, me asquea que intente tocarme. –No se te ocurra dar un paso más.– –Eres tan aburrida ¿Cómo puedes pensar que a alguien como yo, le puede gustar alguien como tú?– Me dice tomándome de las manos con cierta fuerza Me suelto como puedo y le volteo la cara de una sola cachetada –¿No querías sexo?.– Pregunta sobándose y viéndome con rabia –Vete al diablo.– Le grito –Vengo de allá.– Responde viéndome a los ojos con rabia –No te me acerques nunca más en la vida ¡te odio! Con todas las fuerzas de mi corazón le digo entre dientes saliendo de la vida de este hombre  de una vez y para siempre. Cuando, entre a esa habitación, no imaginaba que me iba a encontrar ese panorama, entro una persona y salió otra. La primera era una niña emocionada llena de ilusiones y expectativas, soñando con el amor de su vida, la segunda la que  salió, es un mujer llena de odio y rencor hacia los hombres, no me cabe en la cabeza como pudo pensar que me iba a prestar para algo tan asqueroso. –¡Quiero morirme! ¿Por qué no puede amarme? Me pregunto entrando a mi habitación, en esta me permito llorar como una niña. Alex Smith –Gracias, por toda su ayuda chicas.– les digo a mis ex amantes que se prestaron para hacerle un teatro Aurora. –Lo que Acabas de hacer, no entiendo aun porque razón lo hiciste, pero se nota a leguas que te importa esa chica ¿Qué te cuesta darle una oportunidad al amor? Pregunta Valeria arreglándose la ropa –Ese no es tu asunto, ustedes guardan silencio, yo también lo haré.– Le digo mientras salen de mi habitación tomadas de las manos
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