ENSÉÑAME A PECAR

Vendida

Estoy en mi habitación, comiéndome las uñas literalmente, cuando la puerta es abierta con suavidad con una llave, tomo un jarrón y lo lanzo al que entro, este lo esquiva con facilidad

–Tanto tiempo sin verte amor mío.– Dice un hombre de treinta años aproximadamente, estoy temblando de miedo y sudando frio

–¿No te acuerdas de mí?.– Dice indignado y yo niego con la cabeza ante su mirada asombrada.

–Soy el hermano de Toby.–

–¿Qué haces aquí?.– Pregunto asustada al ver que esta armado

–Simple busco a mi novia, es tiempo de casarme y tener hijos.–

–Quien es tu novia.– Pregunto sin saber que mas decir, esto es extraño

Se carcajea en mi cara hasta las lagrimas antes de decir–tú.–

Es mi turno de reírme y el, para de reír .¿Que tipo de broma de mal gusto es esa?.–

–Te contar una historia.– Me dice enigmático, es un hombre bello físicamente, no tiene necesidad de hacer cosas como esta, pienso con miedo.

–Desde que tenías catorce años me gustabas, pero eras una niña con el cuerpo de una mujer.–

–¿Eso que tiene que ver con todo esto?.– Pregunto alejándome cuando el se acerca demasiado para mi gusto, tengo miedo de morir aquí.

–Tu padre, se endeudo conmigo y tú fuiste el pago de la deuda.–

–Eso no puede ser verdad.– Expreso.

Cuando te secuestraron lo amenace de muerte, nadie debía ponerte una mano encima.– Dice con calma, pero tiene los ojos rogos a causa de la furia.

Le di la orden de que te trajera para acá, no te diste cuenta que desaparecían todas menos tu fue mi orden.– Me dice con orgullo y yo lo miro asqueada

–¿Eres el jefe de los secuestradores?.. Pregunto sin poder creerlo

–De hecho, mi hermano se acerco a ti por orden mía.– Me revela haciéndome llorar

–Toda mi vida es una mentira.– Sollozo y el me abraza con ternura cosolandome inmediatamente me tenso entre sus brazos

–Te voy a hacer la mujer más feliz del mundo.– Promete y estoy temblando, ¡de miedo!.

–Todo se fue a la mierda.– Entra Daniels viéndonos abrazados

–¿Qué quieres decir?.– Pregunta Carlos

–Nos descubrieron, tenemos que irnos.–Dice abriendo una pared secreta de mi habitación.

–Vámonos.– Dice y comenzamos a forcejar, es un hombre fuerte y me carga mientras yo pataleo dificultando la huida.

–Yo me salve sola.– Resuenan en mi cabeza, las palabras de Paola, a partir de ahora nadie más que Dios y yo decidirán mi destino.–

No me quedo tranquila, el túnel se vuelve angosto y lo muerdo con fuerza del cuello, me lanza al suelo sin cuidado–Maldita, malagradecida, dice intentando tomarme de nuevo, yo corro rápido en dirección contraria, dispara hacia el techo, yo brinco producto del sonido que me hace saltar y huyo de él, estoy clara de que no me mato por qué no quiso

–Carlos, debemos irnos, la buscaremos luego.– Dice determinado Daniels, mientras yo volteo para verlos desaparecer por el túnel de mi habitación que no tenía idea de que existía, este lugar es un misterio…

Vuelvo, hiperventilando, no puedo creer que logre escapar de ellos cuando voy saliendo por el túnel, este Alex y Paola en mi habitación viendo en todas direcciones. También está el esposo de Paola lo recuerdo impactado en su boda sorpresa.

–¿Hay un maldito túnel aquí? Pregunta sin poder creerlo.

–El jefe de la organización me puso aquí adrede.– Suelto sorprendida aun, no puedo creer que esto esté pasando en mi vida.

–¿Lo conoces?.– Pregunta sorprendida  

–Carlos Dorantes, es un magnate italiano, con el cual me acabo de enterar mi padre se endeudo, desde que estoy aquí es por orden de él, yo fui el pago de esa deuda. Le explico, dejándolos con la boca abierta

–El líder de la mafia Italiana.– Dice Paola y me erizo de mala manera, jamás pensé que un hombre con toda su cultura, fuese un delincuente.

–Creí que habíamos acabado con ellos.– Suelta Alex

–Se saben esconder bien, son unas ratas, salen solo para joder, pero esta vez el tiro les salió por la culata.–Responde Paola

–¿Qué hacías en el túnel? Te ordene que te quedarás aquí.– Me regaña, se ve sexy cuando está molesto, se ve sexy en cualquier situación la verdad.

–¡Me quede aquí, pero entraron por mi, logre soltarme y corrí de vuelta.– Le explico con rabia

–Paola me abraza orgullosa de inmediato, y Alex se queda boqueando al verme

–Tal vez, si tengas madera para hacer lo que yo hago.– Me dice ella, y yo niego, mi pasión es el dibujo arquitectónico, tengo un block digital con todo tipo de diseños

–No creo.– Le digo, Alex suda frio por la declaración de mi amiga y respira aliviado cuando me niego, tal vez no quiere verme mas, las cosas entre los dos no salieron como esperaba y este quizás es un hasta nunca.

Hace tres meses entre en un programa de protección de testigos, no he vuelto a ver, a Paola y mucho menos a Alex, la agencia fue clara de que no podía contactarlos, miro la tarjeta de Paola sobre la mesa de noche…

Mi nombre actual, es Estrella, al parecer mi destino esta en el cielo, tengo el cabello extremadamente largo no deje que lo tocaran.

Me arreglo para ir a la universidad, ¡Me aceptaron! Soy mayor que la mayoria, pero robo miradas…

Y es que mi look ahora es atrevido y atractivo, hoy opte por un pantalón gris entallado y roto combinado con un top n***o y botas de tacon alto negros, el cabello me lo sujete en un cola larga y aplique mascara de pestañas y un gloos labial…

Me miro al espejo y no creo que esta bomba sensual sea la novicia, si Alex me ve en este momento no se podría resistir a mis encantos, me doy una cachetada menta.

–¡Deja de pensar en él!, tu eres nada para el.– Me regaño en voz alta, muchos chico se me han declarado, no siento ni frio ni calor por nadie…Vuelvo a ser yo, siempre he sido aquí y mis pensamiento siempre les han pertenecido al ingrato pelirojo, me pregunto ¿Dónde estará?, ¿Pensara en mi alguna vez?.

Con esas preguntas sin respuesta, salgo de mi apartamento, me subo a mi auto nuevo una audi 3, lo compre después de leer cincuenta sombras de Grey, si también me gusta leer y lo único sexo que tengo en mi vida es a través de la literatura, quisiera ser Anastacia y que Alex tomara el lugar de Cristian.

Me rio de mis pensamientos, dándole marcha al auto con destino a la universidad. No soy normal, tampoco soy sumisa como Anastacia, seguramente si hacemos realidad mis fantasias yo seria Cristian y Alex seria Anastacia, eso si me encantaría, amarrarlo, amordazarlo y someterlo a todos mis deseo.

Las clases transcurren con normalidad, estoy tomando un refresco, me ahogo y arruino mí outfit manchando mi pantalón por la tos, cuando veo entrar a la cafetería de la universidad a Paola con una muy prominente barriga.

–¿Qué haces aquí?.– Le pregunto al acercarme, a ella y limpiandome como puedo el desastre en que me volvi.

–Tienes que venirte conmigo.– Me ordena seria.

–¿Estas loca? No voy a dejar mi vida por nada, ni por nadie.– Le digo soltándome el brazo que me sujeto.

–Esta desapareciendo los testigos protegidos del caso.– Me dice rodando los ojos y colocando sus manos en la cabeza por la resistencia que encontró en mi.

–Voy a quedarme, haré lo necesario, no me someterán.– Le digo convencida

–Tu vida corre peligro.– Dice obtusa.

–Mira quien lo dice, estas pariendo y arriesgando tu vida y la de tu hijo.– Le cuestiono

–Es diferente estoy entrenada.– Se justifica, de inmediato.

–No me harás cambiar de opinión, entrenare are lo que sea pero no dejare de hacer mi vida.– Le explico

–Okey haz lo que quieras, pero entonces por lo menos te vas a quedar con alguien que te va a cuidar, de que no te pase nada.– Me dice y yo como una estúpida acepte sin pensar en donde, ni con quien, me iría a vivir…