La obsesión del mafioso

Capitulo 7

Capitulo 7.

-Y que te dijo la gine?- me pregunta mi amiga y me encojo de hombros- que pasa?

-Nada tranquila, me dijo que todo estaba bien, por lo menos hasta los momentos, hay enfermedades que salen después del año- le explico a mi amiga y ella asiente con una sonrisa nerviosa que no logro descifrar.

-Tengo algo que confesarte- parece nerviosa, y era muy raro verla en ese estado- no se si sea el momento adecuado para decirte esto por todo lo que estas pasando...

-Dilo de una vez, no me voy a morir- ella suspira y yo no entiendo porque tanto drama, ni que me fuera a confesar que se estuvo acostando con mi ex.

Ella se queda callada varios minutos como si estuviera buscando las palabras para decirme lo que sea que tiene que decir, no la entiendo de verdad, como si fuera tan difícil, se supone que somos las mejores amigas no hay nada que ella pueda hacer que haga que la vea de una manera distinta o que me aparte de su lado, lo se todo de ella y aun sigo aqui.

-Estoy saliendo con Carlos- esta seria y yo la veo sin entender, quien era Carlos? no teníamos ningún amigo con ese nombre al menos no que yo pudiera recordar- tu hermano tarada, estoy saliendo con tu hermano.

-Tanto misterio para decirme eso?- ruedo los ojos y ella me ve sin entender- tu conoces a mi hermano y sus mañas, si quieres meterse en ese problema amiga mía no puedo hacer nada para detenerte- ella suspira y me abraza.

-Pensé que te molestarías, eso de meterse con el hermano de tu mejor amiga no se ve muy bien- por eso es que la quiero tanto, Sophia es simplemente una persona increíble, conocía los códigos de la amistad pero aun así seguía su instinto de amor- no me iba arriesgar a perder tu amistad por un chico- la amaba, pero ella debía de entender que no había nada que pudiera hacer para que yo me alejara de ella.

-No tienes nada de que preocuparte, no te voy a mentir, me da miedo que mi hermano dañe tu corazón, pero, no me voy a meter en eso, ustedes son adultos, y espero de todo corazón que les vaya bien- ella me sonríe y me abraza fuerte- serias la mejor cuñada que le pudiera pedir al universo.

No iba a mentir, mi hermano no era u santo y mi amiga a pesar de toda su trayectoria era una santa, no me gustaría para nada que sufriera a causa de el, que se viera mal, deprimida o dañada gracias a las estupideces de mi hermano mayor, sonaba mal que no preocupara por mi hermano, pero asi era la realidad no lo iba a pintar como una blanca paloma.

Carlos era un hombre muy impulsivo, estaba acostumbrado a tener a todas a sus pies, a conseguir todo fácil cuando se trataba de mujeres, aunque era un hombre muy trabajador las mujeres eran su maldición, por lo contrario José mi otro hermano mayor era todo lo contrario era muy enamoradizo y seria incapaz de traicionar a nadie, su defecto no le gustaba el trabajo, se había acostumbrado a que nuestros padres le dieran todo por lo cual trabajar le parecía un fastidio y su rendimiento cada día iba peor, papa decía que el ya era un caso perdido y que no se podia hacer nada para arreglarlo.

Yo por mi lado seguía enfocada en mi, habia bloqueado a Leonardo y todo lo que tenia que ver con el, no quería saber nada del asunto hasta que no estuviera sana mentalmente de nuevo, se me hacia muy difícil imaginarme una vida en la que el no estuviera a mi lado, pero la verdad es que lo debía de hacer porque jamas volveria con el, yo era mucho para seguir sufriendo por un patan que no supo aprovechar a la mejor mujer que se le pudo cruzar en el camino, porque eso era yo su mejor opción.

Lo bueno era que a mi compañia le estaba yendo muy bien, tenia varios proyectos por lo cual mi mente se encontraba ocupada la mayoria del dia, no pensaba en el ni en lo que pudo haber sido, estaba concentrada en mi, y eso era lo mejor del mundo, podía vestirme como quisiera ya que no tenia que pensar si la ropas serian de su agrado, si mi actitud estaría bien o mas cosas, la verdad mi noviazgo con el fue una tortura, exigia mucho y daba muy poco.

En su momento no veia esas cosas, o las veía como normales, al final de cuentas mama me habia criado para verme bonita y ser obediente, jamas para que tuviera pensamiento propio, por lo cual hacerle caso a mi novio para mi forma de vestir, con quien salir o a cuales lugares ir lo veia como algo sumamente normal, cuando en realidad era solo un acto mas de lo patan que era el y de lo mucho que no me convenía, tanto empeño en que yo siempre luciera como una dama y termino con una golfa.

-No se que esta pasando contigo pero me gusta- me dice mi padre cuando me lo encuentro una mañana antes de salir a trabajar- sonara ridículo pero tienes un brillo.

-Ay papa, solo entendí que debo de ver por mis asuntos y no estar jamas detrás de un hombre- el se rei y me da un abrazo.

Al contrario de lo que muchos creían cuando lo veian por primera vez mi padre era un amor de persona al menos con nosotros, era un padre muy cariñoso al que adoraba con todo mi corazon, mientras mi mama era mas estricta el era el consentidor y el alcahueta de nuestras locuras, lo amaba de sobre manera.

-Y asi debe de ser siempre mi amor, tu eres lo mas valioso de esta casa, no puedes dejar que nadie te trate como menos- esas palabras de mi padre me hubiesen ahorrado mucho tiempo de terapia, pero sabia que hace unos dias no las hubiese podido entender.

Charlamos un rato mas sobre como me iba en el trabajo y de que me iba a mandar a remodelar una de sus oficinas, le dije que a el se lo hacia de gratis pero insistio que fuera a ver lo que era y luego le pasara el presupuesto, en medio de nuestra charla aparecieron mis hermanos, y terminamos los cuatros riendo y bromeando en el medio de la sala como teniamos tanto tiempo sin hacer, porque jamas coincidiamos todos juntos.

Habia extrañado tanto esto, los ultimos años me había enfrascado tanto en mi relacion que en ocasiones se me olvidaba lo importante que era la familia, y que ellos, estas personas con sus defectos, y todo lo demas eran los que siempre iban a estar para mi sin importar nada, sin importar lo que pasara jamas.