Isabella.
Mi celular vuelve a sonar y ya perdí la cuenta de todas las veces que me llamó, tanto así que lo tuve que poner en silencio la segunda vez que sonó porque mi mamá me pegó unas miradas que me dice que sospecha de mi, pero no puedo atender donde es Joshua quien llama, le escribí que no me llame pero sigue llamando sin parar inportandole poco lo que le digo y porque del que no puedo atenderle, son las once de la noche y no fui a verlo como habiamos quedado, mi mamá no me deja salir a ningún lado por dos semanas por subirme al auto de Joshua y no voy a poder ir a verlo, no importa la hora que sea.
—Acá hay algo. —le está explicando a mi hermano una cuenta donde va a sacar una materia en forma libre, me llega otro mensaje y es él de nuevo.
Joshua—. ¿Qué pasa que no atiendes?.
Isabella—. No puedo, estoy con mi mamá.
Joshua—. ¿Y?.
Isabella—. Me tiene castigada. —me da vergüenza decir eso pero es la verdad, tarda en contestar y yo estoy ansiosa.
Joshua—. ¿Hasta cuando?.
Isabella—. Dos semanas.
Joshua—. ¿Qué?
Joshua—. ¿Por qué?.
Isabella—. Por llegar tarde anoche.
Joshua—. Eran las diez por Dios.
Isabella—. Para ella es tarde.
—¿Quién es?. —la miro que me mira muy seria mandar mensaje, solo espero que no me lo pida para ver quien me escribe.
—¿Nora por?.
—¿Y por qué la cara?.
—Se peleó con el novio. —asiente no muy convencida pero vuelve a explicarle las cuentas y yo suspiro aliviada—. Me voy a dormir.
—Si, ve.
Me doy un baño recordando lo de anoche y lo bien que la pasé, me hubiera encantado ir a verlo y así volver a sentirme mujer entre sus brazos, lo que más me gusta es que no me trata como una nena y que hay que tratarla como una nena, ayer cuando hizo que lo disfrute después me agarró con todas las ganas y así lo quiero, poderoso sobre mi y sediento de más, ese hombre siempre me imaginé y quiero que me lo dé, me paso las manos por los pechos recordando sus manos, esas manos grandes y callosas, sus manos tatuadas que lo hacen un poco mas sexi de lo que ya es, me gusta mucho que este tatuado porque se ve mas peligroso y eso me atrae como loca sobre él.
Me acuesto sonriendo y envolviéndome en mis brazos imaginándome que son los brazos de Joshua, empiezo a fantasear que me toca, que me besa el cuello dándome escalofríos y enciende todo mi cuerpo.
—Mmmgggg.
—Shhhh. —mi boca es sellada y ahora siento que es mas real, que no es una fantasia sino que el calor de las manos y besos son mas reales.
—Mmmm. —abro los ojos y ahí lo veo, arriba mío besándome mientras tengo mi llegada por sus dedos que están de intrusos dentro de mi v****a.
—Magnífica.
—¿Qué haces acá? ¿Estas loco?. —miro hacia la puerta asustada—. Si mi mamá entra...
—Le puse llave a la puerta tranquila.
—¿Tiene llave? ¿Como es que no sabia que había llave?.
—Fue mi casa mujer. —se arrodilla sacándose la remera y se baja el pantalón hasta los muslos sacando su magnífico pene—. Obvio que tiene llave.
—¿Y dónde está?.
—En estas dos semanas déjala en la puerta pero en el día sácala o la va a descubrir y te va a castigar. —lo dice con burla y eso a mi me enoja pero aun así me saca el shorts sin objeción de mi parte.
—No te pases. —se cierne sobre mi y yo lo recibo con brazos y piernas abiertas.
—Eres muy enojona mi amor.
—Es que te burlas sin parar de mi. —cierro los ojos y aprieto mis labios y sus brazos cuando entra lentamente en mi.
—¿Duele mucho?.
—Si. —no creí que aún iba a doler y hasta me salen unas lágrimas que él limpia en el viaje hacia mis mejillas.
—Te voy a dar tiempo tranquila. —sube la remera del pijama hasta mi cintura—. ¿Estas cómoda?.
—No... La almohada me molesta.
—Sácala. —la saco tirándola al suelo y pone sus manos debajo de mi cabeza de inmediato, manteniendome justa para sus besos y no me incómoda nada.
—Ahí está mucho mejor.
Me besa el cuello haciéndome suspirar, mordisquea mi oreja y con sus dientes me raspa suavemente, sube de a poco por mi mandíbula y ahí me recorre la cara besándome hasta que llega a mis labios, lo recibo hambrienta de deseo por probar mas, nuestras lenguas pelean con la otra y la sensación es magnífica haciendo que mis caderas se empiecen a mover buscando aumentar el placer obtenido hasta ahora que ya es demasiado, aunque aun no empieza nada, solo besos.
Cuando me vengo queda haciendo presión en mi interior y siento sus ojos sobre mi seguramente cara deformada de placer, suspiro y él empieza otra vez buscando su liberación que no tarda ni dos segundos en conseguir mientras aprieta la boca en mi hombro para amortiguar el grito que casi se le escapa.
—Joshua.
—Aaajjjj... Aaajjjjj. —jadea arriba mío desesperado—. Dios santo.
—Joshua.
—¿Qué Isa?. —a penas y lo oigo donde aun no se puede recuperar.
—Me cuesta respirar. —sale de a dentro mío de inmediato y arrodillado me hace poner de costado—. ¿Qué vas a hacer?.
—Me voy a acostar contigo para descansar un poco. —el pantalón deportivo que lo tenía en los muslos se lo acomoda bien.
—Tienes que irte. —sonrío al sentir sus manos en mi cintura apretando a él.
—No me voy a ir... La noche es larga.—me estremezco como un gatito sobre el calor que me proporciona—. Tienes las mejores piernas de la vida mujer. —sonrío más al sentir sus manos en mis piernas, me envuelve y quedamos apretados—. Tan pequeña que es la cama... Apenas entramos.
—Es para una sola persona... La mía la vendimos y conseguimos está.
—Esta bien. —me aprieta besando mi cuello, cierro los ojos disfrutando de eso—. ¿Vas al colegio?.
—No.
—¿Eh? ¿Cómo que no?.
—No podemos pagarlo. —hablamos en susurros o se termina todo.
—Pero si están los colegios públicos.
—Mi mamá se mata antes de mandarnos a uno... Ella viene de una familia rica, no logra adaptarse a esta vida... Piensa en fortuna sin tener nada. —queda en silencio un rato.
—¿Y cómo vas a hacer entonces?.
—Una amiga me va a empezar a dar clases para poder sacar libre todo y pueda recibirme. —me giro entre sus brazos y me encanta apoyar la cara en su pecho grande—.Quiero buscar trabajo y si debo materias no puedo.
—Si necesitas ayuda dime... Yo puedo ayudarte en lo que sea.
—Gracias.
—Duerme hermosa. —me besa la frente con ternura—. Duerme que lo necesitas.
—Estoy muy cansada. —digo bostezando.
—Estuviste magnífica. —pasa la mano por mis nalgas sobandolas—. Toda una mujer.
—No tengo idea que dices pero aún así gracias.
Me duermo sintiendo sus brazos rodeándome y sus besos en mi cabeza y hombros, suspiro sonriendo y me pierdo en la gloria del placer que me genera ese acto.
Cuando me despierto no está, me acomodo en la cama mirando el techo y me rio recordando el placer que sentí en sus brazos, se sintió magnífico aunque medio irreal porque vino hasta acá, se arriesgó a entrar por la ventana y que alguien lo vea creyendo que está entrando a robar o que mi mamá entre de golpe y eso me hace feliz, de que se arriesgue de esa manera solo para verme, miro la puerta y no está la llave, me levanto viendo mi mesita de luz, esta la llave y un manojo de plata, mis lágrimas se amontonan de odio y bronca, me cambio apurada y enojada.
—¿Isa a dónde vas?.
—Me llamaron que en el centro están necesitando una chica.
—¿Dónde?.
—En una tienda. —meto mi celular y el documento en mi carterita—. Voy a ver y te aviso.
—Dale, suerte. —voy a la empresa de Joshua hirviendo de furia, llego y la chica me mira dudando.
—Busco a Joshua Weishler. —me mira seria hasta que sonríe, si, súper raro que sin aviso previo se presente una persona buscando a uno de los jefes.
—¿De parte de quién?.
—Isabella Lowr. —llama y me apunta el ascensor.
—Dice el señor que suba y espere unos minutos a ser llamada ya que está en una reunión.
—Bien. —subo y me siento mirando a toda la gente que trabaja en este lugar, con mi mano en el bolsillo aprieto la plata con bronca.
—Señorita, puede pasar.
—Gracias. —entro y esta en su escritorio.
—¿Qué pasa? Estoy muy ocupado. —le muestro la plata—. ¿Es poco? ¿Necesitas mas?. —se lo tiro en la cara haciendo que se pare furioso.
—No me dez nunca mas ni un centavo que o no soy una puta.
—¿Y qué eres entonces? Si mal no recuerdo te cojo a cambio de algo, ¿O estoy equivocado?.
—Llegamos a un acuerdo si... Pero por tres meses por lo que me prometiste no esto... No necesito de tu plata Joshua.
—La muerta de hambre eres tú no yo... Haz lo que quieras. —se sienta lo más tranquilo y yo hiervo.
—Me das lo que te pedí y nada más... No voy a ser tu puta amante que se regala por unos mangos... En tres meses se termina.
—Tómatela....Y que yo sepa... —me dan ganas de llorar lo frio que es—. Las putas abren las piernas a cambio de algo, ¿No las abres a cambio de algo?.
*****
Joshua.
Cuando se me pasa el enojo por Isabella junto la plata que me tiró, se la dejé de buena gana y viene creyendo cualquier mierda.
Salgo al mediodía para ir por mis hijos a la escuela, cada día los voy a buscar para poder llevarlos a su casa y comer algo juntos, necesitan estos tiempos conmigo tanto como yo los necesito a ellos en mi vida constante, no me gusta a lo que llegamos con Antonia pero cuando algo no va no va, y menos mal que con ella nos dimos cuenta que ya no iba mas y de ninguna manera posible, cuando salgo de la empresa la veo sentada en la vereda de enfrente de la empresa, cuando me ve alza la mano y viene hacia mi corriendo.
—Le dije a mi mamá que iba a salir a buscar trabajo. —la miro sin decir nada, aun enojado con ella siento que me prende igualmente—. Pensé en que nos podemos encontrar acá o donde me digas en el día porque no quiero que vayas a mi casa nunca más.
—A la noche voy a seguir yendo.
—No Joshua por favor.
—Si, porque me gusta coger mas a la noche, en el día estoy muy ocupado. —se chupa los labios de forma inconsciente donde mis palabras la encendieron—. Pero me parece buena idea que vengas.
—¿A qué hora vengo entonces?.
—¿A dónde le dijiste que ibas a ir a buscar trabajo?.
—En una tienda de ropa.
—Averigua los horarios así nos vemos en esos horarios.
—Esta bien.
—A las cuatro te quiero acá. —me mira sin decir nada—. Y otra cosa. —me agacho a su altura para mirarla con firmeza—. Se supone que si trabajas debes llevar plata.
—No Joshua.
—¿Se supone o no?. —asiente muy molesta pero sabe que no tiene otra opción—. Y avisa que vas a trabajar de tarde, las mañanas son mas apretadas para mi... Las tarde son mas tranquilas.
—Averiguo y te escribo.
—Dale.
—Nos vemos.
—Te llevo a tu casa.
—Me voy sola y tengo que ver los horarios. —la veo irse apurada y yo negando voy al auto, llego a la escuela de mis hijos y bajo a buscarlos.
—¿Papá de Jonás se puede acercar?. —me acerco y me tiende el cuaderno de comunicaciones—. Hoy estuvo muy agresivo y lloró toda la mañana. —él está mirando hacia abajo—. Mire señor, no quiero alertarlo en nada.
—¿Pero?. —eso ya me alertó y para mal.
—Tememos que el nene sufre algún tipo de abuso. —abro grande los ojos por eso—. Cuando hablamos con él dijo que solo quería ir con usted, que no quiere ir donde su madre, ¿Ella tiene novio?.
—No tengo idea. —lo vuelvo a mirar que sus hombros tiemblan donde llora—. Voy a averiguar, si ve otro comportamiento así llámeme de inmediato no espere a que lo venga a buscar por favor.
—Si, y disculpe de decírselo de está forma.
—Gracias por avisarme, no me di cuenta de nada... Vamos hijo debemos irnos. —en el auto llamo a todos para saber si puedo dejar a los nene ahí pero nadie puede.
—¿Qué quieres?.
—Necesito un favor enorme. —doblo hacia el centro y ya no logro tener las manos quietas.
—Todavía estoy esperando el cole.. No hablé con mi mamá.
—Necesito niñera para mis hijos... Te voy a pagar, un par de horas nada más... Por favor Isa.
—Esta bien, estoy en la plaza mayor.
—Estoy cerca.
Paso a buscarla y la llevo a mi departamento, los dejo en la vereda sabiendo que los nenes saben como subir y las claves de todo, voy donde Antonia con el diablo dentro mío, en el viaje me saco la corbata y el saco con fuerza y me importa una mierda si rompo la tela porque es lo menos que voy a romper hoy, cuando llego veo un auto ahí y entro furioso sin tocar ni nada, cuando entro la veo que viene hacia mi y hay un tipo, lo miro bien y lo agarro a golpes, escucho los gritos de Antonia pero me importa una mierda y sinceramente a ella también le daria unos golpes por meter a este tipo en la casa de mis hijos, cuando lo suelto Antonia se para delante mío a los gritos y yo jadeo como un perro rabioso.
—¿QUÉ HACES? ¿ESTAS LOCO?.
—¿Hace cuánto sales con este?. —lo apunto que está en el suelo casi desmayado de tanto que lo golpee.
—Eso a tí no...
—Fui por los nenes al colegio. —la agarro del cuello apretándola y sacudiendola—. Me dijeron que Jonás presenta signos de abuso Antonia. —abre grande los ojos—. ¿Hace cuánto sales con este y lo traes a la casa de MIS hijos?.
—Unos cinco meses.
—¿Los dejas solos con él?. —cierra los ojos y la tiro al suelo con fuerza, lo agarro a patadas al hijo de puta mal parido que me genera deseos de matarlo—. Llama a la policía Antonia. —corre hacia el teléfono y el tipo está tirado mirándome, lo agarro de la ropa y le hablo a la cara con una calma que no poseo—. Por tu bien malnacido hijo de puta... Mas vale que no hayas tocado a mi hijo porque eres hombre muerto.
—Ya vienen. —esta llorando desesperada.
—No puedo creerlo Antonia. —abro los brazos y tiembla mordiéndose las uñas—. No me entra en la cabeza que dejes a mis hijos con un tipo cualquiera... ¿EN QUÉ MIERDA ESTABAS PENSANDO CON UN CARAJO?.
—Solo... —estira las manos para que no vaya sobre ella, jamás golpee a una mujer pero ella me genera esos deseos—. Solo fueron dos veces Joshua y una hora nada más.
—Me llegan a decir que mi hijo fue abusado nunca más los vas a ver.
—No.
—Deje la tenencia para tí porque creí que los ibas a cuidar.
Vuelvo a la casa cuando ponemos la denuncia y me toman declaración por golpearlo hasta casi matarlo porque él tambien me denuncia el infeliz, cuando llego a mi casa veo a Isa que está sentada en el sillón mirando una película con los nenes que la abrazan, cuando me ve viene de inmediato conmigo y me lleva a la cocina.
—Joshua. —me siento y la miro con mis lágrimas saliendo.
—¿Qué te dijo?.
—Que el novio de su mamá le tocaba sus partes privadas. —me tapo la cara gimiendo y ella me abraza, la rodeo por la cintura apretándola con todas mis fuerzas—. Joshua lo siento tanto.—apoyo la cara en sus pechos llorando con toda mi alma hasta llego a gemir.
—No puede ser... Maldita sea no puede ser. —me aprieta fuerte intentando conterme pero me pongo loco al imaginarme lo que mi hijo ha estado pasando y yo ignorandolo—. Mierda... Mierda mierda. —la empujo y rompo toda la cocina a golpes, insulto a todo el mundo de la rabia que tengo encima.
—Joshua ya. —los nenes están detrás de ella mirando muy asustados—. Vamos a llevarlo al medico. —la miro respirando hondo, está llorando igual que ellos—. Yo te sirvo de testigo con lo que dijo.
—Jonás. —me agacho y me mira dudando—. Ven hijo... Vamos ven.
—Si. —me mira con miedo y toco su cara con dolor en mi alma—. ¿Estas enojado conmigo por lo que pasó?.
—No hijo... Jamás estaría enojado contigo... Jamás. —limpia mis lágrimas desarmándome completo—.¿Quiero que me digas todo si? Todo lo que el novio de mamá hacia.
—No. —me envuelve por el cuello—. Me da miedo, dijo que iba a lastimar a Tobías.
—Mírame hijo. —veo el miedo en sus ojos—. Nunca mas te va a lastimar ¿si? Se van a venir los dos conmigo, no van a volver mas donde mamá y ese... Ese ya no va a lastimarte... Yo te voy a cuidar Jonás pero necesito que me digas todo.
—Esta bien. —me rompe el alma ver como se limpia la cara y se hace fuerte con esto—. Solo me tocó mis partes papi.
—¿De qué forma? ¿Con la mano?.
—Si... La metió dentro de mi pantalón y me tocó mi pitito y mi cola. —aprieto los dientes mirando a Isa que se tapa la boca intentando contenerse para Tobías que la aprieta por las piernas.
—¿Te hizo tocar sus partes?.
—No... Me dejó porque me puse a llorar.
—Esta bien. —lo abrazo con fuerza—. Vamos a ir al medico ahora... Una doctora va a mirar tus partes pero yo voy a estar ahí todo el tiempo, no voy a dejar que te hagan nada malo ¿está bien?.
—Quiero a mamá también.
—La llamamos que vaya.
—Si.
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