CAPITULO LXI. Problemas en el buffet

1061 Words
ANDRÉS La reunión con mis socios ha terminado, me he perdido de mucho, no sabía realmente lo mal que estábamos, tendremos que trabajar muy duro para sobreponernos a la crisis, aunque tocaron varios puntos que no me gustaron en lo absoluto, no sé si debería permanecer en este buffet o vender mis acciones, le dejaré el trabajo a la almohada. Ahora debo organizar mi agenda e ir a casa a comer, no me puedo perder las delicias de Carmelita, además ya me acostumbré a comer en familia, no sé si pueda continuar con la vida solitaria que llevaba, he pasado tanto tiempo viviendo así de picaflor sin comprometerme con nadie, sin nadie me espere en casa que, realmente, no sabía de todo lo que me habia perdido, sí se siente muy bien tener a alguien que se preocupe por mí, que me de los buenos días y me pregunte si dormí bien, si ya comí, si tengo algo, alguien con quien bromear y platicar aunque sea de lo que se ve en la televisión, quizá sea el momento de buscar a una buena candidata para hacer mi vida, aunque sé que nunca volveré a amar como a ella, como a mi Dulce, era un amor de juventud, supongo que es momento de dejarla ir y abrir de nuevo mi corazón, tal vez casarme con Samuel no sea tan mala idea... ¡es broma! Aunque sí me encantaría que Carmelita me adoptara, si ella hubiera sido mi madre, mi vida hubiera sido tan diferente. SAMUEL Andrés ya está de regreso en casa, me esperan mas burlas, lo sé, sinceramente, ya me acostumbré y es más, hasta yo mismo me burlo de nuestra mentira. — No sabía que me extrañabas tanto como para volver tan temprano del trabajo — le digo — Claro, mi cielo, no puedo vivir sin tí — me responde burlándose también — Llegas justo a tiempo para comer — Lo ves, yo te convengo, soy muy puntual — Lo sé, por eso te elegí a tí — Ya lávense las manos, niños — Carmelita nos manda a todos — Me alegra mucho que pudieras venir a comer con nosotros — expresa Luna — ¡No me perdería una comida de Carmelita! — injiero — ¿Y qué tal te fue en tu reunión? — pregunta Fernando — De hecho, tengo muchas cosas que consultarte, — respondo — pero me parece de pésima educación hablar de trabajo a la hora de la comida — Tienes razón, este momento es para disfrutar en familia — añade Fernando — ¿Y la ahijada más linda del mundo cómo se ha portado? — pregunto dirigiéndome a la niña mientras le hago una caricia en las mejillas — Ella está conociendo el lugar, creo — responde Luna — Mi ahijada siempre se porta bien — responde Samuel — ¿Acaso le gusta la casa del padrino? — pregunto — La casa de los padrinos, cariño — añade Samuel burlón — Yo creo que ya te gustó la idea de casarte con Andrés, hijito — expresa Carmelita — y por mi encantada de tenerlo como yerno de verdad — ¡Ni lo digas, mamá! Le quitas lo gracioso — exclama Samuel — Ya deberías aceptar tus preferencias, mi cielo — añado — Y tú admite que me amas, entonces — sugiere Samuel — Bueno, pues, pero hoy sí te presento a mis amigas, así que alístate porque más tarde saldremos — Por lo visto son una pareja muy abierta — menciona Fernando — Bastante, diría yo — añade Luna — En mis tiempos esas cosas no se sabían — expresa Carmelita — Esque nosotros somos la pareja perfecta — indica Samuel — Lo sabemos — menciona Luna con ironía Después de comer, paso al despacho con Fernando para pedirle su opinión sobre los asuntos de la reunión, él y yo solemos hacer este tipo de consultas para nuestros negocios, así perfeccionamos todo lo que emprendemos y nos apoyamos mutuamente. — El buffet tiene problemas graves — informo — ¿Y qué sugieren los directivos? — pregunta Fernando — Reducir costos, ya sabes, papelería, gastos innecesarios, recorte de personal — Eso suena muy mal — ¿Y tú estás de acuerdo? — Siento que... no lo sé, no creo que despedir gente sea lo mejor, pero yo ni siquiera he estado aquí — ¿Y porqué no te empapas de la situación real del buffet y buscas desde adentro? — ¿Empaparme? — Sí, podrías trabajar — dice Fernando burlándose de mí — Aunque no lo creas, yo sí trabajo — Me refería a que trabajes en cada departamento por un tiempo hasta que conozcas cada elemento, cada lápiz que se gasta y en qué se gasta, cada nombre de cada persona, ¿me explico? — Y así podré conocer todo — Así es — Me gusta tu idea — Por cierto, ¿crees que podrías ayudarme a vender la casa donde vivía con Giselle? — Claro, cuenta con ello, mañana mismo me encargo de que sea puesta en venta — Y también quiero pedirte otro favor — No abuses — ahora yo me burlo de él — Sí, me gusta abusar de tí... pero no como Samuel — ¡Oyeeee! — En realidad quiero pedirte que me acompañes a la casa — No tienes ni que pedirlo, pero ¿estás seguro? — Es algo que tengo que hacer para cerrar el ciclo, ya sabes — Entiendo y cuenta con ello también, ¿quieres ir de una vez? — No, mejor mañana — De acuerdo — Volvamos con los demás — Sí, yo debo llamar a un par de chicas Ya llame a mis amigas y quedamos de vernos esta noche. Estoy en mi habitación y necesito meterme a bañar, pero antes, me recuesto en la cama, mi mente no ha podido dejar de viajar al pasado recordando a Dulce. Recuerdo el día en que nos conocimos en la preparatoria, algunos idiotas la molestaban por ser una chica becada, Fernando y yo la defendimos y desde entonces nos hicimos sus amigos, desde esa primera vez en que la ví se robó mi corazón y mi voluntad, cada día nos veíamos y Fernando hasta bromeaba con que yo también le gustaba a ella, me sentía tan avergonzado que quería salir corriendo cada vez que me lo decía...
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD