Tentación. Maldecido por tí

CAPITULO LX. La casa de Andrés

LUNA

La casa de Andrés es bellísima, aunque no sé si pueda sobrevivir a tanto color blanco a mi alrededor, ¡sí que le gusta ese color! La niña está un poco necia, supongo que es el cansancio del viaje, iré a recostarla en la habitación que Andrés nos mandó preparar...

FERNANDO

Hacía tanto tiempo que no pisaba esta casa, se siente muy bien estar de nuevo por aquí, en este lugar en el que pasé tantas alegrías y aventuras... Luna estaba tan cansada que se ha quedado dormida junto a la niña, se ven tan tiernas así juntas y tan tranquilas que me llena de ternura, siento tanto orgullo de tenerlas a mi lado.

SAMUEL

Esta casa es muy bonita, no me costaría nada vivir aquí.

— Me alegra mucho que nuestra casa sea tan linda, cariño — bromeo con Andrés — tu yerno sí tiene gusto decorando casas, mamá

— Sí, podría acostumbrarme a que fueran una pareja real — admite mi madre

— Y a mi me encantaría que vivieran todos conmigo — expresa Andrés

— Bueno, niños, es hora de dormir — sugiere mi madre

— Pensé que probarían la cena que dejó mi muchacha — expresa Andrés

— Hijo, estoy tan cansada que podría dormirme sobre la mesa — expresa mi madre

— Carmelita, no te e preocupes, te acompaño a tu habitación

— Yo te acompañaré a cenar, cariño, así podremos tener una cena romántica — menciono mientras doy una probadita a lo que hay en un sartén

— ¡Sólo recuerda que yo soy el marido!

Su respuesta no me ha gustado, ya que insinúa cosas que no van con mis gustos, obviamente sólo bromeamos, pero no vaya a ser...

Después de cenar, cada quién se va a su habitación, sí, por separado, no dormimos juntos si eso es lo que crees, no llevamos la broma tan lejos. Estoy tan cansado del viaje que, esa bienvenida de las amigas de Andrés tendrá que esperar a mañana.

LUNA

Estaba tan cansada que solamente recuerdo haberme acostado junto a la niña para tranquilizarla, la observaba dormir cuando de pronto ya no supe de mí, Fernando debió reacomodar las cobijas para taparnos y evitar pasar frío, el clima es menos cálido aquí, creo que ni siquiera me percaté de ello anoche. Él y la niña siguen dormidos, iré al comedor, muero de hambre, espero que Samuel no se haya devorado la cena que era para nosotros, conociéndolo...

— ¡Buenos días, Andrés! — exclamo en cuanto noto su presencia en la cocina

— ¡Buenos días, Luna! ¿Dormiste bien? — pregunta

— De maravilla, — observo el sartén — ¿eso era la cena?

— Así es, y ya está listo para que lo pruebes

— ¿En serio?

— Sí

— Me extraña que aún exista

— Aunque no lo creas, Samuel y yo no pudimos comer mucho anoche, también estábamos agotados

— Me alegra que así fuera porque así, los demás tenemos la oportunidad de probarlo

— ¡Buenos días, niños! ¿Qué hacen despiertos tan temprano? — pregunta Carmelita

— Yo tengo que presentarme en el buffet de abogados — responde Andrés

— No sabía que trabajabas en un buffet — comento

— En realidad soy socio

— Ahora entiendo

— Sí, esas vacaciones eran realmente necesarias

— Eso suena muy interesante, Andrés — expresa Carmelita

— Yo también tengo lo mío, suegrita — responde

— Ya veo, hijo. ¿Y Camilita sigue dormida? — pregunta Carmelita

— Sí, nana, como el angelito que es — respondo

— Me tengo que ir, me hubiera gustado despedirme de mi ahijada antes de irme a trabajar, pero ya la veré más tarde

— ¿Y de mi hijo ya te despediste? — bromea Carmelita

— De beso y todo, Andrés — le sigo la corriente

— Ustedes dos son terribles... terriblemente adorables. Se quedan en su casa

— Gracias, Andrés — expreso

Andrés se ha ido y ahora debo pensar en lo que haré con la tal Yoselín, debo dejarle claro a esa mujer, que Joaquín no puede estar metido en problemas por su culpa, yo sé que mi hermano es irresistible, pero tendrá que alejarse para siempre de él y resignarse a no volver a verlo... al menos hasta que logre su divorcio. Bien, creo que eso le diré, debo ser muy convincente si quiero lograr ayudar a mi hermano, ¡y pensar que yo ocasioné que se conocieran! Creo que empiezo a entender porqué le temen a mi mirada de plan alocado.

SAMUEL

Está sonando mi teléfono, ¿quién rayos llama tan temprano? ¡Joaquín! ¿Le habrá pasado algo?

— ¿Sí? — respondo

— ¡Samuel! Perdón por despertarte

— No hay problema — respondo mientras trato de recordar quién soy, ya que aún seguía dormido

— Yoselín me volvió a escribir — dice susurrando

— ¿Quéeee?

— Dice que si no me presento en unos días, ¡todo se irá al carajo!

— ¿Todo?

— Sí, mi matrimonio, ¡ella subirá las fotos a las r************* ! — eso me despierta

— Tranquilo, la buscaré, te lo prometo

— ¿De verdad, harías eso por mi?

— Por supuesto, hermano

— Te estaré eternamente agradecido

— Lo sé, Samuel al rescate — que en realidad será "Luna al rescate" como tantas veces, creo que ella es la única que podría convencer a esa mujer de alejarse

— Sólo recuerda que mi hermana no debe enterarse de nada — ¡Rayos! Sí tendré que ser yo

— Pierde cuidado, sigue con tu plan

— Por favor, tienes que mantenerme informado y no seas tan duro con ella

— No te preocupes, me encargaré de que esté disponible para cuando te separe de la bruja... digo de Liz

— Bien, hasta luego

Ya que me desperté, iré tras el almuerzo, espero que aún esté ese platillo tan delicioso de anoche. Cuando llego a la cocina, ya están todos almorzando, excepto Andrés.

— Buenos días, dormilón — expresa Luna

— ¿Cómo dormiste, hijo? — pregunta mi madre

— Buenos días, dormí muy bien, ¿y ustedes? — respondo

— También, muy bien. Andresito se fue a trabajar, hijo — comenta mi madre

— Y no se despidió de tí — bromea Luna

— ¡Eso cala! — continúa la broma Fernando

— No es necesario, yo lo tengo en las noches

Todos nos reímos y terminamos de almorzar.