CAPITULO XXVII. Una mini Luna

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FERNANDO Ha llegado la ambulancia y todavía no logro comprender qué sucede, Joaquín y Samuel están como locos y me presionan para que permanezca al lado de la señorita Luna, ella ha tomado mi mano y yo estoy tan nervioso, ¡no sé qué hacer! LUNA El ginecólogo dijo que ya estaba bien, ¡lo mataré cuando regrese! Espero alcanzar a llegar al hospital. El señor Rivera aún no sabe que es su hijo, pero.... ¡aaaaaaaaaah, otra contracción! — Señorita Luna, respire, tiene que inhalar y exhalar, ¿de acuerdo? — Estoy haciendo lo que puedo — dijo muy agitada — Tome mi mano que yo me quedaré con usted todo el tiempo — ¿Me lo promete? — Por supuesto — Tengo mucho miedo — Pierda cuidado, todo saldrá bien, ya lo verá — Espero que mi bebé se parezca a su padre — Él debe ser un buen hombre — El mejor — Siga inhalando y exhalando, lo está haciendo muy bien — Si algo pasara, por favor salve al bebé — Deje de decir tonterías — ¡Júremelo! — Se lo juro, pero estoy seguro que estará bien — ¡Viene otra contraccióoooooooon!... — No sabía que tenía tanta fuerza en la mano — No se queje — Yo aguanto lo que sea por usted — Creo que viene ¡otraaaaaaaaaaaa!... — Ya estamos llegando Llegamos al fin al hospital, fue un viaje muy largo desde mi perspectiva, la señorita Luna ha sido ingresada a la sala de urgencias para preparala para su parto, una enfermera se acerca para hablar. — ¿El padre del bebé? — Es él — contesta Joaquín mientras Samuel me empuja hacia adelante — Acompáñeme, por favor Sigo a la enfermera sin poder procesar aún lo que Joaquín acaba de decir, no sé lo que me espera, ella me dila una bata para entrar al quirófano y allí me encuentro con Luna, quien ya está más que lista para dar a luz, ella vuelve a tomar mi mano y comienza la labor de parto. Aún no termino de procesar todo lo vivido durante este día, pero mi sonrisa es grande, muy grande, lo sé porque luego de un rato, hasta se me cansaron las mejillas, cuando menos pienso, se escucha el llanto de un bebé, proviene del bebé que Luna acaba de parir, mi hijo. La enfermera lo pone entre mis brazos para mostrárselo a Luna con cuidado, ella llora por tanta emoción y yo, yo quiero gritarle al mundo que soy el hombre más feliz sobre la tierra. — ¡Es una niña preciosa! — dice Luna — Se parece a ti — menciono — Espero que tenga tu carácter y no el mío — Qué miedo — Había pensando en un nombre, pero no quise decidir sin tí — dice ella entre llanto — ¿Cuál? — Camila — ¿Camila? Es un nombre hermoso — Tan hermoso como ella — Así se llamaba mi madre — menciono — Lo sé — ¡No puedo creerlo! — Perdóname, quería decírtelo, pero... — ¡Olvídalo! Debiste pasar por mucho La enfermera dijo que Luna sería trasladada a una habitación y Camilla al cunero para la revisión del pediatra. Joaquín y Samuel me están esperando afuera para que les cuente. — ¿Cómo está mi hermana? — pregunta Joaquín — ¿Y cómo está el bebé? — pregunta Samuel — Las dos están bien — ¿Las dos? ¡Es una niña! — exclama Samuel — ¡Muchas felicidades Rivera! Aunque todavía me debes una explicación — comenta Joaquín — ¡Felicidades señor Fernando! — menciona Samuel — aunque lo siento por usted — ¿Porqué lo sientes? — pregunto — Una Luna y una mini versión de ella reforzada, ¡imagínate! — responde Joaquín — ¡Te volverán loco! — comenta Samuel — ¡Definitivamente! — insiste Joaquín — Tengo que agradecerles que me obligaran a entrar a ver el nacimiento de mi hija — menciono — Ni lo menciones, cuando gustes, siempre y cuando sea mi hermana la madre Luego de esa advertencia, pasamos a los cuneros para ver a la bebé, mi pequeña Camila es un angelito, y desde luego, la más linda de todos los bebés y los tres admiramos su ternura mientras nos debatimos sobre quién cedería más ante sus caprichos. — Obviamente el papá lleva las de perder — comenta Samuel — ¡Y del tío ni se diga! — menciono — Y del padrino ni hablemos — dice Joaquín — porque así como te manda mi hermana, esa pequeña Lunita hará contigo lo que se le de la gana — ¿Yo el padrino? Eso no nos corresponde a nosotros decirlo, bro — replica Samuel — además, la pequeña Lunita todavía tiene salvación — ¿Pequeña Lunita? — replico — Pues es que no nos has dicho cómo se llamará — responde Samuel — y no podemos llamarla "la bebé" por siempre, ¿verdad? — Se llama Camila — respondo — ¿Y mi hermana ya sabe? — Ella misma lo eligió — Entonces, si te creemos — contesta Samuel burlón Luna está exhausta y debe permanecer en el hospital hasta el siguiente día. Yo me quedo para acompañarla, pero ella no está de acuerdo. — Señor Rivera, usted debería irse a descansar — De ninguna manera, futura señora de Rivera, yo me quedo aquí con usted y con mi hija — Con lo terrible que debió ser para usted, tener que dormir en ese espantoso lugar — Sí fue difícil, pero valió la pena — ¿Está feliz, señor Rivera? — Soy el más feliz del mundo, ¿y usted señorita Luna? — ¡Soy la más feliz del mundo! — Oiga, que copiona, invéntese sus propias frases — ¿Tiene ganas de pelear o qué? — Siempre que sea contigo. Deberías descansar — No, no quiero, ya casi es hora de cambiarle el pañal a la bebé — Duerme, yo me encargo JOAQUÍN — ¡Mamá! Adivina qué... — ¿Qué pasó hijo? — contesta mi madre al teléfono — ¡Ya nació tu nieta! — ¿Cómo que ya nació?, ¿porqué nadie nos avisó nada? — ¡Ay, mamá! Te estoy avisando — ¿Y cómo están Luna y mi nieta? — En perfectas condiciones, mamá, no te preocupes, en cuanto las den de alta nos regresamos — ¡Qué bueno hijo, cuida mucho de tu hermana y de mi nieta, voy a avisarle a tu papá — Hasta luego, mamá — ¡Yo sabía que sería una niña! ¡Carmelita, págame lo de la apuesta! ¡Mi hija tuvo a una niña! Todavía no cuelgo el teléfono y mi mamá ya está cobrando sus apuestas, fue la única que siempre supo que sería niña, intuición de abuela, supongo. SAMUEL Mi señorita Luna ya es mamá, ¡no me la puedo ni imaginar! De seguro se ve hermosa con su bebé en brazos, una mini Lunita, ¡qué bendición! Y el señor Rivera ésta feliz, creo que me quedaré para vestir santos... para desvestir santas, mejor dicho. Mayté y Yoselín nos están esperando para otra noche inolvidable, ¿cómo rechazar esta oferta? Espero que esta vez, ¡Joaquín al fin logre su objetivo! ¿Logrará Joaquín deshacerse del chantaje?
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