CAPITULO XXVIII. De regreso

1076 Words
LUNA Estaba tan cansada que dormí toda la noche, no puedo creer que dejé a Fernando solo con la bebé por tanto tiempo, debe estar agotado, aunque ser mamá es lo mejor que me ha pasado en la vida, ¡y mira que he vivido muchas emociones fuertes y bonitas!, debo decir que la maternidad implica una gran responsabilidad, prácticamente consiste en mantener a un pequeño angelito con vida mientras intentas seguir siendo la persona que eras antes, pero ese pequeño angelito demanda mucho tiempo y energía. Fernando y yo ahora somos padres, debo confesar que su faceta de papá me enamora aún más, ¡él es encantador! Trata a nuestra bebé con tanto amor y tanta ternura que derrite a cualquiera, y al decir cualquiera me refiero a las enfermeras y cantidad de mujeres que pasan cerca de él admirando su labor de padre, de por sí tengo todas las hormonas revueltas y haciendo de las suyas y todavía tener que lidiar con esta inseguridad y todo porque quedé hinchada, estoy gorda y fea, todas mis energías son para mi hija y siento que en cualquier momento él se irá con otra, además, ni siquiera sé qué tipo de relación tendremos de aquí en adelante. FERNANDO Luna se ve tan linda de mamá, me encanta cómo trata a nuestra pequeña, cómo la ha vuelto la prioridad de su vida, cómo hace que el mundo gire en torno a Camila, ¡aunque no sabía que era tan celosa!, no puedo ni voltear a ver a las enfermeras porque se me arma un problemón, dice que está gorda, pero no es así, su cuerpo quedó muy bien después del parto, esos pechos y esas caderas enloquecen a cualquiera... creo que seguiré sintiendo celos para siempre, aunque ella haya decidido hacerme la competencia, pero sé que es temporal. Además, aún no logro comprender la relación que tiene con Samuel. JOAQUÍN ¡Mi hermana se ha vuelto loca de remate!, por todo cela al pobre de Fernando, si me hubiera dado tiempo, le hubiera advertido desde un principio, mi esposa tardó meses para liberarse de todos los efectos de las hormonas, pero ella sí se molestaba por todo, con cualquier cosita insignificante ya estaba gritándome y regañándome, ya ni mi Carmelita cuando era un adolescente desordenado... Fernando sí que ésta en la gloria. SAMUEL Camilita es una niña preciosa y muy afortunada, tiene a sus padres que la aman, unos abuelos consentidores, un tío que, seguro, la echará a perder, y además nos tiene a mí y a mi mamá para cuidarla siempre, ¡cómo me hubiera gustado haber sido yo quien le diera vida a esa muñequita! ANDRÉS Vengo a conocer a mi ahijada, espero que se parezca a Luna para sea muy bonita, ¿en cuál habitación estará? — Buenas tardes, licenciado, soy Samuel, el chofer de la señorita Luna, ¿me recuerda? — me intercepta — ¡Samuel! Justo estoy buscando la habitación de Luna, traje unos regalos para la niña — ¡Ya veo! Permítame acompañarlo Nos dirigimos a la habitación donde están Luna, Fernando y Camila. — ¡Fernando! — exclamo — ¡Andrés! ¡Qué bueno que viniste, hermano! — él me recibe — Señorita Luna, muchas felicidades, estas flores son para usted y éstas bolsas son para la niña — me dirijo a Luna — Muchas gracias, Andrés, no era necesario — responde Luna — No es molestia, pero, por favor, Fer, dime que yo seré el padrino de esta belleza — comento — De hecho, no hemos hablado del tema, más bien no hemos hablado de nada — responde Fernando — Te prometo que pronto tocaremos el tema — injiere Luna — Es una niña preciosa, Fer, ¿ya sabes quién es el padre? — comento para molestar a Fernando — ¡Estás frente a él! — responde — ¿Dónde se esconde? Porque no lo veo — bromeo y todos nos reímos — ¿Samuel no estaba por aquí? — pregunta Luna — Se salió, ¿le hablo? — respondo — Por favor Salgo a buscar a Samuel y luego regresamos juntos a la habitación, de nuevo — ¿Me buscaban? — Sí, Samy, ¿podrías ayudarme a empacar las cosas que dejé en el hotel, quiero ir directo a casa? — Desde luego, en un momento regreso, ¿necesitan alguna otra cosa? — responde Samuel — Sí, ¿sabes algo de Joaquín? No lo he visto — injiere Luna — Ammm — luego de un incómodo silencio, Samuel respondió — hay algo que no te hemos dicho — ¿Y ahora qué hizo ese tarado? — Es mejor que lo esperes — ¡Samuel! — ¡De verdad! — Contaré hasta tres y te juro que si para entonces no ne has dicho toda la verdad, no podrás reproducirte jamás. Uno... dos... — ¡Se fue a ver a Yoselín! — ¿Otra vez con esa arribista? — Sólo fue a despedirse — A que le tomen otras fotos, querrás decir. Por cierto, recuperó las otras fotos, ¿sí o no? — Sí, esta mañana las quemamos todas, ¡lo juro! — Bien, entonces, también recoge sus cosas — Pero es yo no sé si deba, ¿y si se me olvida echar algo importante? — Ni modo La señorita Luna sí que tiene carácter, esta hecha un cuero, Fernando sí que se sacó la lotería con ese mujerón, ¿tendrá una hermana? JOAQUÍN — Gracias por todo, linda, la he pasado increíble estos días y lamento que me tenga que regresar — Qué mal que te tengas que ir tan pronto, me gustó divertirme contigo — A mi también y créeme jamás te olvidaré — Es una lástima que no existan más fotos nuestras — Sí, lo es, porque no existen, ¿verdad? — Claro que no. Cuando gustes, ya sabes cómo contactarme — Cuídate LUNA Al fin estamos de regreso en casa, traje a Fernando conmigo, espero que mis padres sepan comportarse, recuerdo lo mucho que me sermonearon luego de saber que estaba en la cárcel y de verdad, puedo escuchar lo que dirán: ”¡te dijimos que rompieras todo tipo de trato con ese hombre, es un asesino, no lo queremos cerca!", no sé a quién le dará primero el infarto cuando sepan que él es el padre de mi hija, si a mi padre o a mi madre, pero por si acaso, llevo refuerzos.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD