CAPITULO LXV. La diosa interesada

1046 Words

Andrés paga la cuenta con su dinero y el dinero que le dí a escondidas cuando ellas no estaban, soy un mentiroso, pero también un caballero, como puedes darte cuenta. Luego nos subimos a su auto y comienza a conducir por un rumbo que no conozco, confirmando que, obviamente, no iremos a su casa. — ¿Y tu casa es muy grande, Andrés? — pregunta Rocío — Claro, preciosa, me gusta lo bueno — se nota que son unas interesadas — No pensé que tu casa estuviera por esta zona residencial — puedo notar cómo sus ojos se hacen grandes al mirar a su alrededor — ¿Y porqué no? — replica Andrés — Yo soy un hombre exitoso, ¿o lo dudan? — Bueno, tú y tu amigo no parecen ser de los que trabajan mucho — replica Rocío — Pues yo no — respondo — pero él sí, es muy trabajador, un excelente partido y el sueño de

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